POLÍTICA Y ECONOMÍA: EL J.P. MORGAN QUE SIEMPRE TUVO RAZÓN, VUELVE A ADVERTIR
Un nuevo informe de JP Morgan sostuvo que la prioridad económica de Argentina para 2026 debe ser la acumulación de reservas, el sostenimiento de la estabilidad cambiaria y el aprovechamiento del apoyo de Estados Unidos.
Por Carlos Burgueño. La historia financiera de la Argentina de Javier Milei y su gobierno, se contará de varias maneras. Una de ellas es siguiendo los informes del J.P.Morgan; los que, casi siempre (o siempre) tuvieron razón. La cuestión es que se conoció en las últimas horas un nuevo opus sobre el banco y el país, a partir de un nuevo trabajo publicado ayer para circulación de sus clientes (lo que en general luego deriva en su conocimiento masivo), donde se expone sin eufemismos que la prioridad para 2026 será acumular reservas internacionales, mantener la estabilidad cambiaria y aprovechar el respaldo de Estados Unidos para sostener la desinflación y atraer inversiones.
JP Morgan subraya que aumentar las reservas debe ser la prioridad en 2026, para fortalecer defensas antes de las elecciones de 2027. El banco advierte además que la fuga de capitales del peso al dólar no puede sostenerse sin recomponer reservas; y estima que el sector público podría acumular reservas, aunque probablemente por debajo del 1% del PBI. El banco reconoce además que el esquema de bandas cambiarias ayudó a limitar el traslado de la depreciación del tipo de cambio a los precios y señala que el tipo de cambio subió 21% en tres meses, pero la inflación mensual apenas se movió, lo que muestra eficacia del esquema.
Toda esta afirmación se conoció en el mercado financiero el mismo día en que en un seminario, tanto el presidente Javier Milei como el ministro de economía Luis “Toto” Caputo, defendieron la política cambiaria oficial y dejaron en claro que recuperar reservas en el Banco Central es una alternativa eventual no obligatoria; ya que la prioridad es bajar la inflación. Y no devaluar.
Habrá que ver hacia delante que es lo que mencionar el J.P.Morgan sobre esta posición contraria a la visión del banco sobre la acumulación de reservas. Y ver si es condescendiente con la posición oficial, o si adopta una visión más crítica. Que incluya alguna recomendación.
Vale la pena entonces repasar la relación 2025 entre el gobierno y la entidad financiera norteamericana.
Todo comenzó aquel 30 de junio, cuando un primer informe tan serio como lapidario y honesto del JP Morgan sobre la Argentina, titulado “Tomando un respiro”, anticipó la crisis que se venía al aconsejar a sus clientes (y amigos) que había llegado el momento de decirles “hasta luego” a las posiciones en pesos. La entidad explicó que “con el pico de ingresos agrícolas ya atrás, la probabilidad de salidas continuas por turismo, posibles ruidos electorales y cierto bajo rendimiento del peso que motivó intervenciones cambiarias en el dólar futuro, preferimos dar un paso atrás y esperar mejores niveles de entrada para volver a posicionarnos”.
Eran tiempos en los que a los economistas y analistas del mercado local que se atrevieran a cuestionar la política de no compra de reservas –se supone que más por motivos ideológicos que técnicos– se los tildaba de “mandriles”. Nadie se atrevió a tamaña falta de respeto hacia una entidad como la norteamericana, pese a conocer el poder de fuego casi lapidario que podía tener (y tuvo) su informe entre los tenedores de deuda y papeles de empresas locales, tanto en el país como en Wall Street.
En concreto, el banco norteamericano llamaba a desarmar las posiciones de carry trade, es decir, tomar ganancias y pasarse de pesos (en concreto, de las Lecap largas) a dólares, afirmando que “con la estacionalidad positiva a punto de terminar y las elecciones a la vuelta de la esquina, preferimos dar un paso atrás y esperar a que mejores niveles de entrada permitan retomar las operaciones alcistas en los mercados locales”. Agregaba que “los acontecimientos recientes justifican una estrategia más cautelosa a corto plazo”.
La posición defensiva del JP Morgan se mantuvo hasta pocas horas antes de las elecciones. Entre el miércoles y el viernes previos a renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, el banco publicó un nuevo informe, también negativo, sobre la realidad del país, fechado el 22 de octubre, a horas de ir a votar. Señalaba que los valores deprimidos de las acciones argentinas reflejaban que el mercado descontaba una derrota de Milei en las legislativas. Afirmaba que los índices locales cotizaban a sólo siete veces ganancias futuras (un nivel de votos del 30%), lo que indicaba una percepción pesimista del mercado sobre el oficialismo.
El banco proyectó una caída del riesgo país de 400 puntos y bonos en recuperación
Tomaba como antecedente inmediato la derrota libertaria del 7 de septiembre, cuando el peso se depreció casi un 10 %, sugiriendo que el panorama indicaba un resultado adverso para La Libertad Avanza (LLA). No obstante, dejaba una llama de esperanza, solo para valientes: si LLA lograba superar el umbral de un tercio de los escaños en Diputados, las acciones podrían revalorizarse rápidamente. Se animaba incluso a recomendar acciones energéticas y algún bono en dólares, pero aclarando que la norma debía ser “cautela y selectividad”.
Finalmente, el lunes 27 de octubre, el JP Morgan se sumó a los festejos. Emitió un informe ya netamente positivo y, con estiletazos tenues, marcó la cancha sobre lo que debería suceder con la economía argentina. Ese trabajo destacó una fuerte mejora en las perspectivas financieras del país tras el triunfo electoral de La Libertad Avanza. El banco proyectó una caída del riesgo país de más de 440 puntos básicos –hasta los 650– y una recuperación acelerada de los bonos soberanos.
Mantuvo una posición de portafolio de inversiones moderada pero firme, asegurando que la Argentina podría ofrecer el mejor desempeño entre los emergentes hacia fin de año. Resaltó el respaldo de Estados Unidos como clave para impulsar la demanda de bonos en dólares, incluso mediante potenciales recompras.
Además trazó una hoja de ruta para avanzar en la reformas promercado
Finalmente, el trabajo del JP Morgan fue a lo esencial: trazó al gobierno de Javier Milei una hoja de ruta para avanzar en las verdaderas reformas estructurales necesarias para mantener el apoyo internacional. Señaló que la renovada capacidad política de Milei podría reactivar la agenda de reformas pro mercado, fortaleciendo la narrativa de disciplina fiscal y acumulación de reservas. Advirtió que el sistema de bandas cambiarias mostró vulnerabilidades y podría requerir ajustes.
En definitiva, nada que sorprenda a Milei ni a Caputo. Lo que reclama el JP Morgan en esta primera semana de diciembre 2025, es lo mismo que antes exigieron el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el propio secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent. Desde Buenos Aires saben que hay que prestar atención a lo que pide, reclama y casi exige el JP Morgan. Porque, en lo que va del año, siempre tuvo razón.