POLÍTICA: EL PRESIDENTE MILEI INTERVIENE LA CÙPULA DE SALUD «RENUNCIAS, REEMPLAZOS Y UNA ADVERTENCIAAL SISTEMA DE OBRAS SOCIALES

El Gobierno de Javier Milei avanzó este lunes en un fuerte recambio de autoridades en la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), en un movimiento que expone las internas, los cuestionamientos y la necesidad de mostrar eficiencia en uno de los sectores más sensibles del Estado. A través del Decreto 440/2025, publicado en el Boletín Oficial, se oficializó la renuncia de Gabriel Gonzalo Oriolo y de otros dos altos funcionarios del organismo. En su lugar, fueron designados Claudio Adrián Stivelman como nuevo superintendente y Juan José Picón como gerente general.

El texto lleva la firma del presidente Javier Milei y del ministro de Salud, Mario Iva Lugones, y justifica los cambios en la necesidad de “asegurar el normal desenvolvimiento” de las funciones del organismo. Pero lo que se oculta detrás de la fórmula burocrática es un trasfondo cargado de tensiones, reclamos gremiales y advertencias sobre posibles irregularidades en la gestión de los fondos.

Una salida con ruido interno
Fuentes oficiales y sindicales reconocen que la salida de Oriolo no fue sorpresiva, pero sí precipitada por un desgaste progresivo. Su gestión, informó NA, había sido blanco de críticas por demoras en los pagos a prestadores, falta de claridad en la asignación del Fondo Solidario de Redistribución y una creciente presión desde el Ministerio de Salud para mostrar resultados concretos en la reducción del gasto y el control del sistema de obras sociales.

En ese marco, las tensiones llegaron a un punto crítico. “El problema no era solo técnico, había un problema político: el Gobierno quería resultados inmediatos en un área estructuralmente compleja”, confió a este medio una fuente con acceso al organismo.

Stivelman, el nuevo hombre fuerte
Desde el 1° de julio, Claudio Adrián Stivelman será quien tome el timón de la SSS. Médico y con larga trayectoria en la gestión tanto pública como privada, Stivelman ya ocupaba la Gerencia General del organismo, por lo que su designación busca garantizar continuidad operativa, aunque con un enfoque más agresivo en términos de control y reordenamiento del gasto.

En paralelo, Juan José Picón—quien ya venía cumpliendo funciones clave en el área de reintegros—pasará a ocupar la Gerencia General. Se trata de una figura con fuerte perfil técnico, cuya tarea será ordenar los flujos financieros en un contexto en el que las obras sociales vienen reclamando mayor previsibilidad y menos burocracia.

Un sistema bajo presión
El cambio de nombres no oculta los problemas estructurales que atraviesa el sistema. El nuevo equipo tendrá que lidiar con reclamos gremiales, auditorías pendientes y procesos judiciales abiertos. Entre los desafíos urgentes están:

Agilizar los reintegros y subsidios, en especial hacia las prestadoras más afectadas por el ajuste.
Controlar desvíos y malas prácticas dentro del registro de agentes del seguro de salud.
Coordinar con otras áreas del Estado la digitalización total del sistema y el cruce de información con AFIP, ANSES y SINTyS.
Enfrentar el enojo sindical, que se viene manifestando por la falta de respuestas y recursos.
En un contexto de ajuste fiscal y reforma estructural, el Gobierno busca imprimirle a la Superintendencia un nuevo ritmo, más cercano a los lineamientos de control férreo que promueve la Casa Rosada. Pero en el sector no todos están convencidos de que la nueva gestión pueda sortear el vendaval político, judicial y gremial que rodea a la salud.

Lo que es seguro es que Milei eligió mover piezas claves en silencio, pero con la mirada puesta en uno de los pilares más difíciles de domar del aparato estatal: el que maneja el dinero y la regulación de las obras sociales y la medicina prepaga.