POLÍTICA: ARGENTINA FORMALIZÓ SU SALIDA DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD Y LA DECISIÓN SERÁANALIZADA EN GINEBRA
De concretarse, Argentina se convertiría en el único país del mundo, junto a la administración de Donald Trump, en abandonar una organización central para la salud global.

En una decisión histórica para el país, el gobierno de Javier Milei oficializó la salida de la Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La carta de renuncia fue enviada el 25 de febrero pasado por el canciller Gerardo Werthein y fue comunicada este miércoles por la sede central del organismo a los Estados miembros. La Asamblea Mundial de la Salud, que sesiona en Ginebra, evaluará el sábado si acepta el pedido, ya que el tratado constitutivo del organismo no contempla de forma explícita la posibilidad de renuncia.
Según la nota oficial elevada por la Cancillería, la Argentina sostiene que «la OMS ha fracasado al promover políticas como las cuarentenas eternas que limitan la soberanía y se imponen por encima de los países». Esta misma postura fue ratificada en un comunicado posterior donde se denuncia la existencia de «restricciones incompatibles con los intereses nacionales». La decisión, sin embargo, generó preocupación entre expertos en salud pública y diplomáticos, debido a las implicancias sanitarias, políticas y jurídicas que tendría concretar el retiro.
Desde el gobierno libertario argumentan que la pertenencia al organismo es una amenaza a la autonomía nacional, alineando así su posición con la del presidente estadounidense, Donald Trump, quien también había solicitado retirarse de la OMS durante su primer mandato. Sin embargo, especialistas advierten que, a diferencia de Estados Unidos, «Argentina no hizo ninguna reserva al momento de adherir al tratado», lo cual complica su salida sin intervención del Congreso Nacional. De hecho, la propia ley 13.211 del 30 de junio de 1948, que ratificó la constitución de la OMS, fue sancionada por el Parlamento.
Los argumentos del Gobierno de Javier Milei para salirse de la OMS carecen de objetividad
En los considerandos del retiro, el Gobierno señala que «los efectos adversos del sistema tal como actualmente se encuentra regulado requieren un reordenamiento», y cuestiona la influencia que organismos internacionales como la OMS pueden ejercer sobre las decisiones sanitarias internas. No obstante, los hechos históricos contradicen ese argumento: durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, fue el Estado argentino el que decidió extender las cuarentenas, incluso cuando la OMS ya las había desaconsejado a partir de octubre de 2020.
La medida también fue fuertemente criticada por dejar vacía la silla argentina en momentos clave. «Silla vacía. Ayer Argentina estuvo ausente en la aprobación del nuevo Tratado Mundial para Prevención de Pandemias de la OMS. Fue el único país del Sur Global en no apoyarlo», señaló el analista internacional Bernabé Malacalza en su cuenta de X, hecho confirmado luego por fuentes del Ministerio de Salud. En consecuencia, la ausencia del país se interpretó como un gesto político que contradice décadas de participación activa en organismos multilaterales.
Desde el punto de vista jurídico, especialistas alertan que el procedimiento de salida «podría ser inconstitucional» si no interviene el Congreso Nacional, ya que los tratados internacionales tienen rango superior a las leyes ordinarias, según el artículo 31 de la Constitución. Además, retirarse de la OMS implicaría que la Argentina pierda acceso directo a insumos sanitarios, programas de cooperación técnica, y votaciones sobre estándares que afectan incluso a sectores como la industria alimentaria o farmacéutica.
Por ahora, la Asamblea Mundial de la Salud decidirá si concede el pedido argentino o si lo pospone para el año próximo. Mientras tanto, la decisión del Gobierno nacional es interpretada como una señal de repliegue en política internacional.