ECONOMÍA: EL FMI DEFINIÓ LA META CRUCIAL QUE DEBERÁ CUMPLIR EL GOBIERNO Y QUE INCOMODA AL MINISTRO DE ECONOMÍA CAPUTO
El FMI estaría pidiendo que en el primer trimestre del acuerdo el Banco Central acumule unos u$s5.000 millones en reservas. Puntos destacados

El ministro de Economía, Luis Caputo, le pidió al Fondo Monetario Internacional (FMI) que el primer desembolso del organismo sea de un volumen tal que permita borrar de plano las dudas del mercado sobre una devaluación.
Serían más de u$s8.000 millones, por encima del 40% del monto total del paquete de ayuda de u$s20.000 millones.
El argumento de Caputo es que el gobierno se excedió en 2024 en el plan de ajuste, que superó cualquier expectativa que habría podido tener el organismo. «Si nosotros sobrecumplimos las expectativas, es lógico que ahora llegue un paquete de fondos mayor», es el argumento que el ministro usó ante los técnicos del organismo.
Si ese objetivo se cumple, la Argentina podría recibir hacia fines de abril fondos frescos por poco más de u$s8.000 millones. Suficientes, creen en el gobierno, para borrar de un plumazo las especulaciones del mercado sobre un salto del tipo de cambio.
La Argentina debería cumplir metas exigentes a cambio de ese esfuerzo. En especial en la acumulación de reservas, una variable clave que el FMI sigue con atención, y que obligó a darle un perdón al país porque fue el único objetivo que incumplió en el acuerdo anterior.
La salida de divisas y la consiguiente balanza de pagos negativa ha sido un dolor de cabeza históricos para las cuentas del país.
Ahora, el Fondo estaría pidiendo que en el primer trimestre del acuerdo el Banco Central acumule unos u$s5.000 millones en reservas.
¿Por qué los operadores consideran que existe atraso cambiario?
Es uno de los flancos débiles de una economía en las que los principales operadores consideran que existe atraso cambiario. Para acumular reservas, el gobierno se vería obligado a tocar el tipo de cambio. Lo haría a través de bandas de flotación. La más alta sería de $1.300. Fuera de ese rango, el Banco Central intervendría.
Además, el Gobierno iría eliminando el dólar blend y de a poco también el crawling peg. Otra exigencia del FMI es que se termine la intervención tan fuerte en el mercado de cambios.
Caputo intentó disimular el tema en la entrevista que dio el domingo para tratar de calmar a los mercados. Incluso, negó que el Gobierno esté interviniendo para mantener el precio del dólar. «Hay más importaciones que exportaciones», intentó explicar. De paso, volvió a apuntar a la dirigencia política y algunos periodistas por operar a favor de una devaluación, fogoneados supuestamente por sectores empresariales.
«Las reservas que se van a perder hoy se van a recuperar en los próximos días», garantizó Caputo, quien ve cómo los argumentos se van acabando y el mercado sigue descreído. A esta altura de los acontecimientos, solo el cierre del acuerdo con el FMI y el cese de las intervenciones del BCRA terminarían con las especulaciones, creen operadores.
Caputo aseguró que «este es un esquema monetario tan robusto que puede haber volatilidad, pero no cimbronazos».
«No estamos mirando el día a día, porque sabemos que diseñamos algo sólido, que va a durar y es de largo plazo. La inflación en Argentina va a terminar colapsando y el dólar no va a ser un problema. La gente lo va a ver en la práctica», auguró Caputo, quien minutos después de su entrevista recibió un fuerte respaldo del presidente Javier Milei.
El ministro confirmó el monto del acuerdo: «El total del paquete será de u$s 20.000 millones, pero habrá que definir cómo se va a ir desembolsando». Y reveló que el Gobierno pidió un primer desembolso mucho más grande de lo que saben que suele dar el Fondo.
«Suelen dar un 10% o 20%, nosotros pedimos más del 40%», dijo Caputo.
Los bancos empezaron a prepararse para un esquema cambiario más flexible
El jefe de Economía destacó que «nunca hubo tanta cobertura de la deuda en pesos como la que va a haber ahora en el Banco Central, con el agregado de que no hay emisión ni déficit. Esto último es la gran diferencia con la convertibilidad, que cayó porque hubo déficit. Si no, la convertibilidad podría durar hasta el infinito».
Sin embargo, todavía quedan por conocer muchos puntos del acuerdo. El volumen de dólares frescos es una de las claves, y sobre todo, cuánto adelantará el FMI en el primer desembolso.
A los dólares que aporte el FMI, Caputo le quiere sumar fondos del Banco Mundial y el BID. Con el primero de los organismos se esperar avanzar en un acuerdo esta semana, cuando su presidente, Ajay Banga, visite la Argentina. En cuanto al BID, su titular, Ilan Goldfajn, ya confirmó que trabajan con el Fondo Monetario para canalizar más divisas al país.
En total, el gobierno espera recibir respaldos por más u$s 25.000 millones, suficientes, creen, para transitar el año electoral sin fisuras y llegar a fin de año con expectativas concretas de levantar el cepo cambiario.
Entre las dudas que tienen aún los especialistas sobre el acuerdo, sobresalen preguntas como ¿qué plazos tendrán los desembolsos? ¿Qué restricciones tendrá el Banco Central para intervenir en el mercado oficial y en el paralelo? ¿Qué pasará con la brecha si se elimina el dólar blend? ¿Cómo se financiará el déficit de cuenta corriente?».
«No habrá cambios en la política cambiaria hasta que el equipo económico no esté seguro de que no hay ningún riesgo», dijo el director del BCRA Federico Furiase.
En este escenario, los bancos empezaron a prepararse para un esquema cambiario más flexible. Por estas horas, asumen un plan en etapas con bandas de flotación, salida gradual del cepo, y un dólar e inflación mayores a lo previsto.
Aguardan que el Gobierno logre mantener un deslizamiento suave del tipo de cambio hasta octubre, para que no se dispare el costo de vida.
En el gobierno saben que ls bancos fueron de los primeros en correrse del «carry trade» (la operación que se hace para aprovechar la tasa en pesos con el dólar quieto) que sostenía la acumulación de reservas.
Y notaron que muchas entidades empezaron a internalizar el posible desembarco de las bandas cambiarias o de intervención, cuando Caputo dejó en el aire la posibilidad de abandonar el deslizamiento mensual del dólar (crawling peg) que se consideraba inamovible.
Desde entonces, se aceleraron las expectativas devaluatorias. Por eso el BCRA vendió más de u$s1.700 millones en dos semanas.
Y el dólar paralelo superó los $1.300 por primera vez.
La principal preocupación de Caputo es tener capacidad de fuego para controlar el dólar.
Y la del Fondo es que la plata que preste no sea «quemada» para sostener una cotización artificial de la divisa, como pasó en 2018.
De qué dependerá el nuevo régimen
El nuevo régimen dependerá del cronograma de desembolsos y la velocidad con la que se levanten los controles de capitales. La expectativa es una banda más «angosta» que en 2018, y que luego se vaya ensanchando.
Las experiencias anteriores con esta estrategia fallaron en la Argentina y por eso hay tensiones con el Fondo.
Las reservas netas serían negativas en torno a u$s8.000 millones.
Por eso, aunque el Gobierno dice que sobrarán dólares en la Argentina por el ingreso de divisas de la energía y la minería, por ahora el mercado es cauteloso.
El Gobierno busca que el resto de los aportes se concentren en los primeros meses para pagar otros vencimientos de deuda. Por lo pronto, este año el país enfrenta alrededor de u$s6.300 millones de vencimientos en moneda extranjera.
Luego hay vencimientos de u$s300 millones con el Banco Mundial, u$s1.100 millones con el BID y u$s600 millones con otros organismos multilaterales. La idea es reprogramar todo. Ambición no falta. Optimismo tampoco. Solo resta que la realidad acompañe.