POLÍTICA: LAS CHANCES DE MILEI SON TAN FRÁGILES COMO SU IMAGEN
Por otro lado, no todo parece ir mal en la visión panorámica del oficialismo y esto se da porque del otro lado de la vereda se encuentran aturdidos por la falta de conducción política

Por Carlos Sena. El eje central de las preocupaciones en el entorno del presidente Javier Milei está girando alrededor de su imagen. Es cierto que su imagen decayó en este mes y, además, es una tendencia que se viene repitiendo mes tras mes. Es una realidad que la confianza del pueblo es frágil, no es algo sencillo de manejar en un País con una clase media dinamitada, con empresarios que no están del todo conforme con la situación actual y con el campo que te mira de reojos porque no entiende bien hacia dónde vamos.
En este contexto, de sobra sabemos que se pone a prueba la imagen del presidente y con un marco así ¡no hay imagen que aguante! La inflación está siendo “domada”, dicen los partidarios libertarios. Sin embargo, a pesar de viajar a un ritmo inflacionario de 66,9 % (interanual), la clase trabajadora no encuentra sosiego para llegar a fin de mes, ni hablar de los jubilados que están sumidos en el descontento, recordemos que les han quitado los medicamentos gratuitos en muchos casos y además los aumentos imperceptibles que han percibido en los últimos meses, hacen un caldo de cultivo para el malestar general.
Por otro lado, no todo parece ir mal en la visión panorámica del oficialismo y esto se da porque del otro lado de la vereda se encuentran aturdidos por la falta de conducción política. No hay una definición certera de quienes serán los candidatos o los padrinos para los elegidos. Algunos asoman el bochín, como tanteando la situación (caso Massa), otros hablan disparates como siempre, intentando hacer un ruido distinto en el ambiente (como Grabois) y otros, como el caso del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires están en un momento de “trágame tierra ¡por favor!”, no solo la economía provincial está al rojo vivo, sumándose al malestar colectivo; a eso se le suman las catástrofes (como Bahía Blanca) y eso afecta su imagen de posible conductor de la oposición. Con este panorama, el oficialismo se visualiza a sí mismo mejor posicionado de cara a las elecciones, aunque falte una eternidad (hablando en tiempos políticos) y es por ello que se ven optimistas. En mi humilde opinión es un aliciente un tanto ilusorio y es que el pueblo está cansado de bailar con la más fea, por eso considero que las elecciones se definirán prácticamente en un día a día.
Finalmente, la imagen del presidente podrá estar siendo afectada por eventos como lo del caso “libra” o “Libragate” como lo llaman por ahí, pero aún tiene oportunidad de llegar a ser un oficialismo fuerte. Hoy lo pongo en un 50 y 50, tiene muchas de ganar, pero las mismas chances de perderlo todo. Sus posibilidades de tener gobernabilidad de aquí al final de gestión son tan frágiles como su imagen.
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