lunes 24 de febrero de 2025 12:42:54

INTERNACIONAL: LAS 3 EXIGENCIAS QUE DEBERÁ CUMPLIR EL GOBIERNO ARGENTINO PARA SELLAR EL ACUERDO Y RECIBIR DÓLARES DEL FMI

El Gobierno y el FMI acercan posiciones para un nuevo acuerdo y el equipo económico confía en que pueda concretarse antes de que termine abril

Aunque no hubo muchos comentarios del Gobierno, la reunión que mantuvo el presidente Javier Milei con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y su segunda, Gita Gopinathel jueves pasado en Washington, al parecer, fue positiva.

«Recibí al presidente Javier Milei en el FMI para hablar sobre el plan de estabilización y crecimiento de Argentina, que está dando resultados significativos. Nuestros equipos siguen trabajando de manera constructiva en pos de un nuevo programa con el FMI», tuiteó la titular del organismo en un tono protocolar el jueves por la tarde.

Milei estuvo acompañado por su hermana, Karina Milei, secretaria general de la Presidencia; el ministro de Economía, Luis Caputo; el canciller, Gerardo Werthein; y el vocero, Manuel Adorni. El encuentro duró más de una hora. Luego de esa reunión, la hoja de ruta de la negociación con el organismo continuará la semana que viene en otro lugar.

El ministro de Economía, Luis Caputo, quien estuvo presente en Washington, se reunirá con Georgieva en los próximos días en Johannesburgo, Sudáfrica, en el marco de la reunión del G20. Caputo y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, encabezarán la comitiva argentina en la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de ese foro internacional.

En 2024, el primer encuentro también se realizó en febrero, en San Pablo, y fue el escenario de una foto entre Caputo y Georgieva tras un primer contacto en el Foro de Davos. En esa ocasión, también se reunió con la entonces secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, quien expresó un primer respaldo de la Casa Blanca a Milei. Sudáfrica podría ser el escenario de un encuentro entre Caputo y Scott Bessent, el nuevo secretario del Tesoro nombrado por Donald Trump.

Los operadores del mercado financiero local y de Wall Street interpretan que el nuevo acuerdo está en su etapa final, pero para concretarlo aún falta definir qué le pedirá el FMI al Gobierno. El lunes pasado, en una entrevista con TN, Milei manifestó que «está todo listo y solo hace falta ponerle el moño».

Por el momento, fuentes cercanas al Gobierno explicaron que las versiones sobre un acuerdo inminente tras el viaje de Milei a Washington deben descartarse.

En el equipo económico hay mucha confianza en que el acuerdo se cierre antes de fines de abril. Cabe destacar que entre el 24 y el 27 de abril se realizará en Washington la Reunión de Primavera del FMI y el Banco Mundial, donde las autoridades del FMI podrían anunciar el cierre del nuevo acuerdo.

La gran duda es si se utilizarán los u$s7.000 millones que quedaron disponibles del megapréstamo de aproximadamente u$s52.000 millones que el FMI otorgó en 2018 al Gobierno de Mauricio Macri, de los cuales se utilizaron unos 45.000 millones.

Otra posibilidad es un nuevo acuerdo Stand-By que incluya fondos adicionales de entre 11.000 y 15.000 millones de dólares, que se destinarían a capitalizar el Banco Central de la República Argentina (BCRA).

Esos fondos ingresarían al Tesoro, que los utilizaría para cancelar la deuda del BCRA en Letras Intransferibles, colocadas entre 2006 y 2015 por los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

Una de estas letras, por unos 10.000 millones de dólares, fue emitida por Néstor Kirchner cuando canceló la deuda con el FMI. Otro caso es el Fondo del Bicentenario de 2010, por unos 6.500 millones de dólares, que derivó en la salida de Martín Redrado de la presidencia del BCRA, luego de que se negara a entregar esos fondos al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

El acuerdo con el FMI pasará por el Congreso
En los últimos días, Caputo confirmó que el resultado del entendimiento técnico será enviado al Congreso para su aprobación.

En un principio, surgió la posibilidad de que el acuerdo no fuera remitido al Congreso de la Nación, ya que no implica un aumento en la deuda neta, sino un cambio de acreedor. Los dólares del FMI se utilizarían para que el Tesoro cancele Letras Intransferibles en manos del BCRA, convirtiendo deuda intra sector público en un pasivo con el organismo de crédito.

Caputo no precisó el monto del nuevo programa, que aún está en discusión, al igual que la secuencia de desembolsos.

Estos dos elementos resultan clave para determinar si la asistencia permitirá acelerar la salida del cepo. Milei mencionó una cifra de u$s11.000 millones, aunque los funcionarios negociadores no la ratificaron. El ministro afirmó, además, que el FMI no exigió una devaluación y aseguró que el esquema cambiario posterior al acuerdo ya está definido, aunque persisten muchas dudas al respecto.

Entre los cuestionamientos que hacen los técnicos del FMI está el mantenimiento del sistema de crawling peg, o devaluación mensual del peso frente al dólar en el mercado oficial único libre de cambios (MULC).

El BCRA redujo su ritmo de devaluación este mes del 2 % al 1 % mensual. El FMI prefería una nueva devaluación del peso y luego mantener un tipo de cambio fijo para unificar el mercado cambiario, donde el valor del dólar oficial y el de los dólares financieros alternativos sea el mismo.

De este modo, el BCRA no perdería parte de sus reservas internacionales brutas, que suman unos u$s28.500 millones, las cuales vende en el mercado del dólar CCL para evitar que la cotización de los dólares financieros suba, lo que llevó a un significativo uso de reservas internacionales el año pasado.

Los técnicos del FMI piden la eliminación del mecanismo del dólar blend exportador, mediante el cual los exportadores liquidan un 80 % en el MULC y el 20 % restante en el mercado del dólar Contado con Liquidación (CCL). Esta es otra fuente de pérdida de divisas para el BCRA.

Los pedidos del FMI al Gobierno
El FMI también exige la eliminación de todas las restricciones cambiarias vigentes, como el límite entre operaciones en el mercado oficial y los paralelos o la remisión de utilidades a casas matrices. Estos puntos son centrales en la negociación con el FMI, cuyo objetivo es mejorar la posición de reservas internacionales netas del BCRA, actualmente negativas en unos u$s6.000 millones.

Caputo destacó en reiteradas oportunidades que un futuro acuerdo con el FMI no implicará una devaluación del peso frente al dólar ni un levantamiento inmediato del cepo cambiario.

La última vez que el equipo técnico del FMI se pronunció públicamente sobre el plan económico del Gobierno, además de elogiar la estabilización, mencionó algunos desafíos futuros.

Principalmente, advirtió que el Poder Ejecutivo debería procurar una recuperación más rápida de las reservas y que el perfil del ajuste fiscal podría modificarse en 2024 para garantizar su sostenibilidad.

«Para allanar el camino hacia la recuperación del acceso a los mercados será necesario adoptar una estrategia creíble para desmantelar los controles cambiarios, una mayor flexibilidad cambiaria y un papel más significativo de la política monetaria», señalaron los técnicos del FMI en el último informe publicado en enero, sobre el cierre de la evaluación Ex Post del programa Extended Fund Facility (EFF), iniciado en marzo de 2022.

«Estos factores sugieren que, a pesar de los importantes avances logrados en los últimos meses, el camino para resolver el problema de la balanza de pagos de Argentina sigue siendo desafiante», concluyeron.

En el plano fiscal, el FMI reconoció la rápida transición hacia el superávit fiscal decidida por el Gobierno, aunque realizó observaciones sobre la sostenibilidad de dicho ajuste.

«Para mantener y consolidar los avances iniciales en la estabilización, probablemente será necesario ampliar el esfuerzo de reforma fiscal y mejorar las condiciones sociales para fortalecer la aceptación de la población», indicó el organismo.

En este sentido, subrayó que, además de medidas fiscales de alta calidad, la recuperación fiscal inicial se logró mediante recortes profundos en el gasto discrecional, como la inversión pública y los salarios, así como medidas de ingresos temporales.