POLÍTICA Y ECONOMÍA: CRIPTO BOMBA ¿ERROR O ACTO PREMEDITADO»
El presidente por más buenas intenciones que tenga debería dedicarse a conducir los hilos de la Nación y dejar los mercados a los que saben
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Por Carlos Sena.El fin de semana pasado estalló una dinamita en torno a la figura presidencial, una criptomoneda denominada “Libra”, tuvo una fuerte caída de su valor en el mercado lo que conllevó a millonarias pérdidas para los que apostaron por invertir en ella y el suceso tuvo trascendencia en el mundo político a nivel internacional, con repercusiones aparentemente negativas para el presidente argentino.
Bueno, vamos explicar a los lectores que quizá no estén tan familiarizados con el tema y proseguiremos a analizar esta cuestión polémica, que a esta altura es de público conocimiento. Para ello debemos resaltar una realidad, esto no sería noticia en torno al presidente argentino, a no ser por un detalle (no menor) y es que el señor Javier Milei, un tipo “pro tecno”, como él se autodenominó en una entrevista con Jonatan Viale, le dedicó un posteo haciendo referencia a esta criptomoneda o “memecoins”, lo que en el mundo de los mercados, es visto como una señal de apoyo. Algo así como “si el señor tal hace referencia a X cosa, significa que X cosa es buena o como mínimo confiable”. Este espaldarazo se lo denomina en inglés “endorsement” (respaldo) o “shilling” (promoción interesada). He aquí la primer arista de la polémica y es que para difundir o promocionar este tipo de cuestiones mercantiles debe existir un interés y siendo el señor presidente un economista, se torna dificultoso creer que haya pecado por ignorancia o impericia.
En segundo lugar, la oposición no tardó en aprovechar el traspié para hacerse eco del tema, instrumentando denuncias y hasta demandando juicio político para el presidente. Lo cierto es que si analizamos detenidamente, en los argumentos denotan un desconocimiento sobre el tema muy evidente y eso tampoco es útil. Cabe destacar que en año de elecciones, cualquier traspié será utilizado al máximo por la oposición.
Ahora bien lo que podríamos concluir del tema, así someramente, es que el presidente por más buenas intenciones que tenga debería dedicarse a conducir los hilos de la Nación y dejar los mercados a los que saben. Como mínimo, debe darle tal libertad, como la que el oficialismo pregona, para que se desenvuelva absolutamente solo y sin que se originen este tipo de espectáculos innecesarios.
Sin embargo, ha quedado en la atmósfera una incertidumbre en torno al presidente de la Nación que se verá reflejado en los mercados indudablemente y es que el suceso tiene trascendencia internacional, cosa que no podrán tapar con un dedo, ni hacer oídos sordos a esas consecuencias, dado a que la duda está en torno a si ha sido un error de principiante o un acto premeditado. El mercado en muchos aspectos es una timba, es apostar y repito, cuesta creer en la impericia de una persona instruida.