POLÍTICA: MÁXIMO KIRCHNER Y LOS TRES TIPOS DE LIDERAZGOS QUE HAY HOY “CRISTINA, MILEI Y MACRI”
Le adjudicó el liderazgo político a su madre; el antipolítico al presidente actual y el “oscuro” al líder del Pro. Habló de la “proscripción” a la expresidenta y calificó de “demagogia barata” la decisión sobre la jubilación de privilegio de CFK.
Máximo Kirchner expresó que Cristina Fernández de Kirchner ha sido la principal perjudicada por lo que definió como maniobras persecutorias del “partido judicial”, intensificadas tras su salida del poder. Según él, hay una clara intención de proscripción contra la flamante presidenta del Partido Justicialista.
“Cristina construyó en una situación donde el partido judicial se echaba sobre su figura, lo mismo que el gran conglomerado de medios argentinos, el poder económico, los servicios de inteligencia, todos sobre su figura. Y sin embargo, se pudo construir una victoria en el 2019. Ellos aprendieron la lección y esta vez la proscriben y la condenan definitivamente, como están haciendo de esta manera, con una perpetua”, sostuvo.
El legislador nacional indicó que ciertos sectores del Poder Judicial, económico y político “subestimaron a Cristina en 2019, creyendo que estaba políticamente acabada, basándose en el discurso predominante de los medios. Sin embargo, su triunfo demostró que esas proyecciones eran erróneas”.
Kirchner señaló que actualmente en la Argentina hay tres tipos de liderazgos: el político de Cristina Fernández, el “antipolítico” de Javier Milei, y el de Mauricio Macri, al que calificó de “oscuro” por residir en influencias fuera de la voluntad popular, como el poder mediático, judicial y económico. Según él, “Macri no tiene votos, pero sí un poder”.
En declaraciones al portal Infobae, cuestionó duramente la decisión de quitarle la jubilación de privilegio de Cristina, calificándola de “demagogia barata”. Consideró que “este tipo de medidas, que buscan presentarse como actos de justicia, pueden sentar un precedente peligroso”.
Sobre Javier Milei, Kirchner ironizó que no alcanza la categoría de león, como el propio economista se autodenomina, y lo describió como respaldado por un poder significativo. También se refirió a su afinidad con Donald Trump, señalando que Milei “saltó como un koala” en defensa del expresidente estadounidense y su política proteccionista.
Máximo rechazó las acusaciones de “casta” contra Cristina, sugiriendo que Milei utiliza este término de manera inconsistente, ya que figuras asociadas a él, como Daniel Scioli, forman parte de la misma clase política que crítica.
En cuanto al peronismo, afirmó que “nunca había estado en una posición tan debilitada, gobernando solo unas pocas provincias. Atribuyó esta situación a una desconexión con los intereses de la sociedad.
Kirchner criticó a quienes intentan posicionarse políticamente enfrentándose a Cristina y encuentran apoyo en ciertos sectores mediáticos. Según él, “algunos dirigentes parecen más interesados ??en ganar puntos atacándola que en resolver el problema”.
En relación con los conflictos internos del Frente de Todos, defendió las formas de Cristina y afirmó que, aunque algunas críticas se refieren a su estilo, siempre ha tratado con respeto a sus aliados políticos, como Axel Kicillof.
Kirchner también destacó “la necesidad de madurez política dentro del peronismo para superar las disputas internas y construir un proyecto colectivo más sólido, dejando de lado las actitudes de quienes se creen predestinados a ocupar ciertos lugares de poder”.
Reflexionó sobre las diferencias entre las relaciones de los gobiernos kirchneristas con presidentes republicanos y demócratas en Estados Unidos, señalando que, a pesar de las dificultades, su padre, Néstor Kirchner, logró una buena relación con George W. Bush, mientras que Cristina tuvo una vinculación más complicada con Barack Obama.
Hablando sobre 2019, insistió en que “Cristina debería haber sido la candidata”, pero reconoció que “hubo presiones internas dentro del justicialismo para que optaran por otra figura, aunque siempre estuvo claro que sin ella no sería posible ganar”.
Finalmente, defendió la postura de su madre durante el gobierno del Frente de Todos, asegurando que siempre marcó los errores con el objetivo de evitar fracasos, aunque sus advertencias fueron desoídas. En cuanto a su propio rol político, negó ser “caprichoso” y lamentó las actitudes individualistas dentro del espacio, mencionando que algunos, como Martín Guzmán, no entendieron el carácter colectivo del proyecto político.