CARTA AL SR PRESIDENTE JAVIER MILEI

Por Mirian Azá. Ya son varios los meses que lleva este gobierno, presidido por el extravagante Javier Milei y en el transcurso del tiempo, hemos notado que la famosa «motosierra» ha sido el latiguillo utilizado para desmembrar muchos focos de corrupción, o eso es lo que nos quisieron vender.

Pero, también hemos visualizado que se realizaron actos incomprensibles que solo pueden llevarse a cabo en el mundo de la política, con todo lo que engloba esa palabra, mal llamado por Milei como «la casta».

Desde que el señor Javier Milei inició su gestión al frente de la Nación, con su célebre frase «no hay plata», pensábamos que era una frase para todos, pero  el pueblo trabajador hasta ahora es el único que esta sufriendo todo tipo de situaciones, sobre todo las económicas.

Las mismas son inaguantables,  en la mayoría de los casos, hasta imposibles de poder superar o llevar adelante, ya sea por el atraso en los sueldos (si tienen la suerte de contar con uno), sean estos empleados estatales, obreros,  médicos, docentes, fuerzas de seguridad, Fuerzas armadas y ¡ni que hablar! de los jubilados. Ellos que deberían ser la clase privilegiada.

Es cierto que los aumentos de tarifas en luz, gas, combustibles, alimentos, vestimenta, medicamentos y otros, son necesarios; pero tremendo ajuste que el señor Milei ha hecho, logró que la gente deba de elegir entre comer y pagar deudas.

Las personas compran velas a todos los santos para llegar a fin de mes, se muda a  vivir con su familia, todos amontonados, aunque los ambientes no alcancen. Esto conlleva a que haya conflicto permanente entre los distintos sindicatos, quienes intentan (si es que lo hacen) paliar la situación. Aunque, hay que reconocer en este punto que muchos de ellos también han usufructuado (me refiero a los líderes) de la mieles de la corrupción.

Es bien sabido que los gobiernos pasaron, ya sea el Macrista y los Kirchneristas, pero en especial estos últimos, estuvieron 20 años y solo lograron sumirnos en la miseria total. Pero, eso no es todo, el presidente actual con sus actuaciones «artísticas», pareciera que se esmera en empeorar la situación de la clase media. Lo Digo como una integrante de esta sociedad que  viene trabajando y aguantando que cada gobierno que pasa nos haga de todo, menos hacernos la vida más placentera. Todo se resume a  un gran dolor de cabeza y cada medida lo empeora aún más.

“No hay plata”, dice Milei, pero la SIDE recibe una millonaria cantidad de dinero y ¡encima! no debe dar explicaciones. Los legisladores de nuestro país ganan sumas suntuosas relacionadas con lo que recibe un ciudadano. Además de ello, como ¡si todo fuera poco! cuando finaliza su gestión, son receptores de una jugosa jubilación, que ni se compara a la que tiene el jubilado normal.

La pregunta que nos hacemos la mayoría de los argentinos es si Milei y todo su elenco, se dan cuenta realmente, de lo que sufrimos por algunas cosas que menciono en esta nota. Me parece claramente que no, porqué toda “la casta”, como él dice, ¡él también las integra! Usted observe, no tiene problemas, no viaja en colectivo, no come salteado, no cobra una jubilación mínima, no tiene problemas para pagar un alquiler,  las tarifas de luz, gas, agua, como cualquier ser normal y ni hablar de su equipo.

Señor Presidente: la mayoría de los ciudadanos que integran el territorio argentino tenemos conocimiento del desastre que recibió, pero también le recordamos que usted fue votado por solo cuatro años. Quién hoy le escribe y mucha gente, en las diferentes «encuestas serias», creen que en tan poco tiempo no podrá arreglarlo, Y NO ES FALTA DE FE, solo la realidad de lo que estamos viviendo.

No sé de economía, pero además de periodista voy al mercado y ahí me doy cuenta que la Inflación del Indec no es la que se nos menciona, solo bastaría que usted «se disfrace» y haga lo mismo, se daría cuenta y quizá así escuche o tal vez, vea lo que  hoy le cuento.

Quiera Díos puedan hacerle llegar estas humildes palabras de un ciudadano que realizó acciones para que usted pueda llegar al lugar en que se encuentra para comenzar a solucionar los problemas que nos aquejan, no para crearnos otros que hacen que no lo podamos acompañar a pié juntillas y al parecer estaría logrando que en algún momento vuelvan aquellos que en la última elección el pueblo dijo basta.