SIGUE EL DIÁLOGO ENTRE EL GOBIERNO CON LA CGT Y LOS EMPRESARIOS Y HAY SEÑAL DE ALERTA
Tras las reuniones del secretario de Trabajo, Julio Cordero, con los dos sectores, habrá una mesa técnica y se definirán los puntos para negociar. El aporte de la OIT. Reglamentar la reforma laboral, el desafío que viene. Qué postura llevarán la parte empleadora y la sindical
El diálogo social que busca inaugurar el Gobierno con la CGT y los empresarios está más cerca de realizarse, pero, a la vez, aun lejos de que finalmente cumpla sus objetivos. Tras las reuniones con ambos sectores, el secretario de Trabajo, Julio Cordero, apunta a que la semana próxima delibere una mesa técnica para consensuar el decreto reglamentario de la reforma laboral. Y proyecta que la siguiente semana los representantes oficiales, gremiales y empresariales inauguren una instancia tripartita cuya primera misión será acordar una agenda de temas para resolver.
Mientras, Cordero llevará la agenda de cada sector al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y si logra avances en las charlas con la CGT y el empresariado quiere replicar las mesas de diálogo en cada región del país. Incluso se prevé que, cuando las conversaciones tengan cierto rodaje, participe la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como veedor del nivel técnico de los acuerdos.
Los empresarios del Grupo de los Seis (G6), que se reunieron este miércoles con Cordero, ya anticiparon que entre los puntos que quieren tratar están algunas propuestas laborales que figuraban en el DNU 70 y que quedaron afuera de la Ley Bases. Es una señal de alerta para la CGT, que piensa debatir algo que logró frenar en la Justicia con su presentación de hace 7 meses.
Lo dijo el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, tras la reunión con Cordero en la que se hizo “la convocatoria a una mesa tripartita de diálogo social para, antes que nada, formar una agenda”. Luego, “fijada esa agenda por consenso -agregó-, la idea es debatir los temas que la integren, donde no cabe la menor duda que las cuestiones referidas a la reglamentación de la reforma laboral en la Ley de Bases van a ser parte del objetivo acordado; también los temas que figuraban en el DNU y que no fueron incluidos y que sean interés de las partes”.
Destacó que “hay temas que al sector empresario le interesan, aunque hay que ver qué dice cada entidad al respecto”, y afirmó que “nadie fijó una agenda (en la reunión con Cordero), sino que la agenda será fijada en forma tripartita con la colaboración tanto de la CGT como de las entidades del Grupo de los Seis”. “Obviamente, hay distintas problemáticas según los sectores -enfatizó-. No es lo mismo la regulación y los convenios colectivos de los bancos que los que puede haber en las otras ramas de la producción. Y probablemente son muy distintos de la única de las actividades que tiene 800 convenios colectivos y acuerdos, como es el caso de la industria. Así que hay una diversidad temática, de impacto geográfico y también de metodología por razones de productividad, competitividad y empleabilidad, más allá de que haya temas claramente transversales”.
Por su parte, luego de su encuentro de la semana pasada con Cordero, la CGT convocó a su Consejo Directivo para este jueves, a las 15, en la sede de Azopardo 802, con el fin de debatir sus próximos pasos. El sector dialoguista, como anticipó Infobae, está decidido a sumarse al diálogo social impulsado por Cordero y a postergar cualquier medida de fuerza a la espera de que prosperen las negociaciones tripartitas. La fracción dura, integrada por moyanistas y kirchneristas, no se opondrá porque considera que todavía no es el momento para el tercer paro general contra Javier Milei, aunque desplegará una ofensiva contra el Impuesto a las Ganancias, que incluye una movilización.
El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja (Foto EFE/Alejandro Bolívar)
Algunos dirigentes propondrán esta tarde definir “una agenda de reclamos más ajustada a la realidad” ante un temario de los dialoguistas para llevar a la mesa de negociaciones tripartitas que no contempla la cuestión salarial, el desempleo y los despidos en el sector público. Otra preocupación de los sindicalistas que queda afuera del diálogo social es la crisis financiera de las obras sociales, que la CGT insistirá en resolver en tratativas -hasta hoy infructuosas- con el Ministerio de Salud.
En realidad, el sector moderado cegetista procurará que en el diálogo tripartito se alcancen acuerdos sobre temas medulares de la economía, como anticipó a Infobae el secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, Gerardo Martínez (UOCRA): “Es importante bajar la inflación, pero no alcanza: queremos una política de ingresos y un plan de producción y trabajo”, afirmó.
Hay sindicalistas que buscarán llevar al diálogo las propuestas concretas incluidas en el documento de la CGT Agenda para un Nuevo Contrato Social, difundido en mayo pasado, para ser debatidas con distintos sectores. Allí figuran “desarrollar una nueva normativa de accidentes de trabajo que haga centro en una efectiva política de prevención garantizando la seguridad y la salubridad en los ámbitos de trabajo”; “una ley del primer empleo con beneficios impositivos a las pequeñas y medianas empresas que contraten personal”; “una reforma del sistema integrado de inspección a fin de garantizar avances en materia de precariedad e incumplimientos laborales” y “configurar un programa nacional de lucha contra el trabajo precario, la informalidad y el trabajo infantil”.
El dirigente de la CGT y titular de la UOCRA, Gerardo Martínez
En la otra vereda, las entidades empresariales ajustan sus planteos para la negociación tripartita. Como integrante del G6, la Cámara Argentina de Comercio (CAC), que encabeza Natalio Mario Grinman, le entregó a Cordero una carta en la que enumera “cuestiones a tratar y reformar” en el diálogo: la actualización de los créditos laborales, la “rápida reglamentación” del nuevo sistema indemnizatorio vía convenio colectivo (”aunque no tiene el consenso de todo el arco empresario”), la digitalización de recibos de haberes y entrega de certificados de trabajo, la corrección de “rigideces” de la Ley de Teletrabajo que quedaron afuera de la Ley Bases, la inclusión de los conceptos de productividad y formación profesional de los trabajadores, y la declaración del transporte y la educación como servicio esencial para garantizar una prestación mínima de aquellos servicios del 75 por ciento.
Antes, de todas formas, la mesa técnica tripartita, con un mayor protagonismo de los abogados de cada sector, afrontará el desafío de consensuar la reglamentación de la reforma laboral. Las discrepancias son profundas y están a la vista. Para la CGT, hay que atenuar artículos como el que crea la figura del trabajador independiente que puede tener a su cargo hasta otros 3 trabajadores autónomos y el que penaliza los bloqueos sindicales al considerarlos una “grave injuria laboral”. Las entidades del G6 se juramentaron en defender toda la reforma laboral, aun cuando discrepan con el recorte de 42 artículos que aceptó el Gobierno a pedido de la CGT para sancionar la Ley Bases.
El cotitular cegetista Pablo Moyano (Camioneros), ultraopositor al Gobierno, advirtió que “no sirve para nada buscar acuerdos con el Gobierno; fueron compañeros de la CGT a negociar y hoy el Gobierno les reglamentó Ganancias”. Incluso señaló: “Les dije a mis compañeros de la CGT que no iba a la reunión con Julio Cordero porque después nos iba a cagar, y pasó”. En el sector dialoguista, Andrés Rodríguez (UPCN), mostró una visión conciliadora: “Cordero todavía no nos cagó ni nos dejó de cagar”, sostuvo, aunque anticipó que si el diálogo “no da resultado, iremos al conflicto”.