¿LOS ECONOMISTAS NO LA VEN? DUDAS SOBRE CÓMO HARÁ EL BANCO CENTRAL PARA GANAR RESERVAS
Las reservas netas están en terreno negativo por US$ 4.568 millones. Hay inquietud acerca de si habrá dólares suficientes en la segunda parte del año para pagar deudas e importaciones.
Tal vez porque consideraron muy fuerte la amenaza del ministro de Economía, cuando dijo que la gente deberá vender dólares para pagar impuestos.
O porque Luis Caputo fue a fondo coronando el concepto de que los pesos serán un bien escaso, a punto tal que concluiría en una importante revalorización de la moneda nacional.
Los análisis técnicos de la nueva era de la política monetaria le asignan al Gobierno la capacidad de concentrarse en el objetivo de bajar la brecha cambiaria en el sendero imaginario que buscará la confluencia de la inflación con la devaluación de 2% mensual para fin de año.
La nueva etapa de la política basada en superávit fiscal, emisión cero y devaluación del 2% mensual se completó con el compromiso de que la mayor parte de los dólares que el gobierno compre en el mercado oficial, los venda en el mercado libre, aumentando la oferta en de divisas en el contado con liquidación o Mep. ¿ Y con las reservas del Central qué pasa?
Uno de los motivos que esgrimieron los operadores del mercado en las últimas semanas para justificar la suba del dólar blue fue que no veían al Banco Central aumentando sus reservas.
Ante ese resultado, las especulaciones financieras giraron en torno a si el gobierno tendría los dólares suficientes en la segunda parte del año para pagar la deuda y poder abastecer la demanda de importaciones.
Fue, en parte, esa visión la que gobierno buscó disipar con el tuit de Secretario de Finanzas, Pablo Quirno, anunciando que el Tesoro le compraría al Central US$ 1.538 millones para depositarlos en el Banco de Nueva York para el pago de los intereses de los bonos que vencen en enero.
En la búsqueda de dar seguridades (aunque no se sabe si lo logrará) está la decisión oficial de girar a Londres oro de las reservas (serían unos US$ 450 millones) con el supuesto objetivo de lograr algún financiamiento del exterior.
Según un informe reciente de la Fundación Capital que dirige Carlos Perez, «las reservas netas se ubican en el terreno negativo por US$ 4.568 millones y hacia adelante será difícil seguir acumulando».
Sostiene que «con un dólar blend (80% de las exportaciones al oficial y 20% al libre) que impide que el superávit comercial (US$ 7.700 millones estimado entre agosto y diciembre) se traduzca en superávit cambiario (US$ 6.400 millones de las exportaciones se liquidarán en el mercado financiero) los pagos de bopreal (bono para importadores) pendientes( US$ 1.457 millones hasta diciembre)» demandarían revisar alternativas que dinamicen el ingreso de divisas».
Entre los movimientos posibles se especula con una suba de la tasa de interés o una reducción transitoria de derechos de exportación para contribuir a serenar el mercado cambiario.
La estrategia oficial para reducir la brecha cambiaria, considerada una de las fuentes de la inflación al tener prácticamente clavado al tipo de cambio oficial, restando pesos y con un Banco Central vendiendo dólares en el mercado libre que previamente compra en el oficial le permite hacer una ventaja. Pero va en sentido inverso a una mejora de la competitividad.
Sobre ese punto, el último informe de Abeceb del ex ministro Dante Sica argumenta que «se mueve en dirección contraria a la necesaria para evitar el deterioro de la competitividad externa por el impuesto a los exportadores, el impuesto País y una tasa de devaluación inferior a la inflación. Juega claramente en contra de la acumulación de reservas».
Las dudas giran en torno al camino tomado por el gobierno sobre las reservas, partiendo de la base de que Caputo está dispuesto en jugar el futuro de su gestión atado al dólar semifijo y apostando a tener un resultado distinto al de la historia cambiaria reciente.
El economista Ricardo Arriazu, partidario firme del tipo de cambio fijo y estable, pone el foco para salir del nudo cambiario en el peso que tienen los impuestos sobre las importaciones. Es una asignatura que aún está pendiente en la actual gestión.
Caputo anunció que bajaría el impuesto País de 17,5% a 7,5%, pero la rebaja concreta sigue postergada.
Apostar a una reducción del impuesto a los ingresos brutos para aportar a una mejora del tipo de cambio real parece difícil de realizar en un contexto de estrechez financiera caracterizada por el «no hay plata» en las provincias.
La Argentina tiene una larga experiencia en vivir con situaciones de relativo atraso cambiario a lo largo de los años y no hay indicios sobre un posible volantazo, pero en este como en otros casos, los cepos, las restricciones y dificultades para la entrada y salida de capitales también constituyen un denominador común.
La moderación en la suba de los índices de precios, principal capital político del gobierno, se asienta en el superávit fiscal y en la estabilización del dólar a un valor que permita imaginar su sustentabilidad en el mediano plazo. Incertidumbres sobran en una economía estancada hace diez años.Fte. Ei