viernes 22 de noviembre de 2024 17:58:00

DE ACUERDO A LOS DATOS DEL INDEC LA POBREZA EN LA ARGENTINA ALCANZÓ EL 41,7% EN EL SEGUNDO SEMESTRE DE 2023

Según el organismo nacional, el gobierno del Frente de Todos a cargo de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner cerró a 19,5 millones de personas

La pobreza en Argentina subió al 41,7% a fines del 2023 y afectaba a 19,5 millones de personas, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). A su vez, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 31,8%. Dentro de este conjunto se distingue un 8,7% de hogares por debajo de la línea de indigencia (LI), que incluye al 11,9% de las personas.

Con respecto al primer semestre del año pasado, la incidencia de la pobreza registró un aumento tanto en los hogares como en las personas, de 2,2 y 1,6 puntos porcentuales (p.p.), respectivamente. En el caso de la indigencia, mostró un aumento de 1,9 p.p. en los hogares y de 2,6 p.p. en las personas. A nivel regional se observó un aumento de la pobreza y la indigencia en todos lados.

Esto implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la encuesta permanente de hogares (EPH), por debajo de la línea de pobreza se encuentran 3.193.297 hogares, unas 12.300.481 personas. Dentro de ese conjunto, 869.821 hogares se encuentran por debajo de la línea de indigencia, lo que representa 3.520.174 personas indigentes.

Según el Indec, se evidenció que en promedio “el ingreso total familiar aumentó 69%”. En tanto, “las canastas regionales promedio aumentaron 81,6% (Canasta Básica Alimentaria) y 75,8% (Canasta Básica Total)”. La cantidad de chicos de cero a 14 años en la pobreza llegó a un 58,4%, 6,5 millones de chicos en todo el país. Son 500.000 más que un año atrás, y casi 750.000 más que cuando Alberto Fernández y Cristina Kirchner reemplazaron a Mauricio Macri.

La pobreza en Argentina subió al 41,7% a fines del 2023 y afectaba a 19,5 millones de personas, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). A su vez, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 31,8%. Dentro de este conjunto se distingue un 8,7% de hogares por debajo de la línea de indigencia (LI), que incluye al 11,9% de las personas.

Con respecto al primer semestre del año pasado, la incidencia de la pobreza registró un aumento tanto en los hogares como en las personas, de 2,2 y 1,6 puntos porcentuales (p.p.), respectivamente. En el caso de la indigencia, mostró un aumento de 1,9 p.p. en los hogares y de 2,6 p.p. en las personas. A nivel regional se observó un aumento de la pobreza y la indigencia en todos lados.

Esto implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la encuesta permanente de hogares (EPH), por debajo de la línea de pobreza se encuentran 3.193.297 hogares, unas 12.300.481 personas. Dentro de ese conjunto, 869.821 hogares se encuentran por debajo de la línea de indigencia, lo que representa 3.520.174 personas indigentes.

Según el Indec, se evidenció que en promedio “el ingreso total familiar aumentó 69%”. En tanto, “las canastas regionales promedio aumentaron 81,6% (Canasta Básica Alimentaria) y 75,8% (Canasta Básica Total)”. La cantidad de chicos de cero a 14 años en la pobreza llegó a un 58,4%, 6,5 millones de chicos en todo el país. Son 500.000 más que un año atrás, y casi 750.000 más que cuando Alberto Fernández y Cristina Kirchner reemplazaron a Mauricio Macri.

El empobrecimiento de la población subió pese a una mayor cantidad de controles de precios, de planes sociales, nuevas moratorias jubilatorias, un tipo de cambio atrasado y servicios públicos completamente subsidiados. A esto se sumó una fuerte emisión de moneda para sostener artificialmente el consumo. Todo eso no logró evitar la caída de los ingresos de los trabajadores en medio de una inflación galopante que terminó triplicándose en el último año de gobierno de Fernández (fue de 211,4%).

En 2023, los sueldos -según el índice Salarios del Indec- tuvieron un año malo. Los trabajadores públicos reflejaron una caída real de 20,2%; los privados, una del 14,7%, y los informales, una del 31%. El desempleo bajó 5,7%. Sin embargo, el empleo que creció es el precario. Pues, cambió en su composición: avanzó el público y cuentapropista, pero se mantuvo estancado -desde 2011- el formal privado.

El deterioro de la economía y el avance de la inflación que erosionó el poder de compra de los salarios a lo largo del año pasado provocó un avance de los números de pobreza. Un año atrás, un 39,2% de las personas era considerada pobre en la Argentina y un 8,1%, indigente. Y hace seis meses esas cifras ya habían escalado hasta 40,1% y 9,3%. En definitiva, el avance de la indigencia fue más rápido: de un año a otro la pobreza creció 2,5 p.p. y la indigencia, 3,8 p.p.

El empeoramiento de los indicadores sociales se dio en paralelo con números favorables en los porcentajes de desempleo. Esto da cuenta de que el fenómeno está más explicado por la marcada caída del poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones. La inflación cerró el 2023 en 211,4%, la cifra interanual más alta en tres décadas.

En detalle, el informe del organismo estadístico mostró que la última foto de 2023 dejó ver que en los 31 conglomerados urbanos contemplados por la medición oficial, unas 12,3 millones vivían bajo condición de pobreza. Y 3,5 millones, en indigencia. Al proyectar desde ese muestreo de centros urbanos hacia la totalidad de la población las personas afectadas ascienden a 19,4 millones y 5,5 millones.

El empobrecimiento de la población subió pese a una mayor cantidad de controles de precios, de planes sociales, nuevas moratorias jubilatorias, un tipo de cambio atrasado y servicios públicos completamente subsidiados. A esto se sumó una fuerte emisión de moneda para sostener artificialmente el consumo. Todo eso no logró evitar la caída de los ingresos de los trabajadores en medio de una inflación galopante que terminó triplicándose en el último año de gobierno de Fernández (fue de 211,4%).

En 2023, los sueldos -según el índice Salarios del Indec- tuvieron un año malo. Los trabajadores públicos reflejaron una caída real de 20,2%; los privados, una del 14,7%, y los informales, una del 31%. El desempleo bajó 5,7%. Sin embargo, el empleo que creció es el precario. Pues, cambió en su composición: avanzó el público y cuentapropista, pero se mantuvo estancado -desde 2011- el formal privado.

El deterioro de la economía y el avance de la inflación que erosionó el poder de compra de los salarios a lo largo del año pasado provocó un avance de los números de pobreza. Un año atrás, un 39,2% de las personas era considerada pobre en la Argentina y un 8,1%, indigente. Y hace seis meses esas cifras ya habían escalado hasta 40,1% y 9,3%. En definitiva, el avance de la indigencia fue más rápido: de un año a otro la pobreza creció 2,5 p.p. y la indigencia, 3,8 p.p.

El empeoramiento de los indicadores sociales se dio en paralelo con números favorables en los porcentajes de desempleo. Esto da cuenta de que el fenómeno está más explicado por la marcada caída del poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones. La inflación cerró el 2023 en 211,4%, la cifra interanual más alta en tres décadas.

En detalle, el informe del organismo estadístico mostró que la última foto de 2023 dejó ver que en los 31 conglomerados urbanos contemplados por la medición oficial, unas 12,3 millones vivían bajo condición de pobreza. Y 3,5 millones, en indigencia. Al proyectar desde ese muestreo de centros urbanos hacia la totalidad de la población las personas afectadas ascienden a 19,4 millones y 5,5 millones.