EN MEDIO DE LOS DESPIDOS MASIVOS EL INCAA EXTENDIÓ EL CONTRA DE DECENAS DE ASESORES
Cecilia Diez, la gerente de Asuntos Internacionales e Institucionales, es una de los funcionarios a los cuales se le extendió el contrato
En medio de los despidos masivos en diferentes oficinas de la administración pública, el economista Carlos Pirovano, al frente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), decidió extender por un mes los contratos de 41 funcionarios del organismo.
Cecilia Diez, la gerente de Asuntos Internacionales e Institucionales, es una de los funcionarios a los cuales se le extendió el contrato. Según publicó NA, Diez había firmado una adenda para que el Incaa dispusiera de 110 mil euros anuales para viajes en acuerdo con el Marché de Film francés, con el que se organizaba el festival Ventana Sur.
Otros de los funcionarios beneficiados por la extensión de su contrato son Sergio Daniel Alves Mendes, subgerente de la Unidad de Sumarios Administrativos; Mariana Emilse Avramo, coordinadora de la Cinemateca Nacional, Giselle Soledad Couronne, subgerente de Recursos Humanos y Organización; y Alejandro Emiliano De Echeandia, quien se desempeña como coordinador de Desarrollo de Personal.
También los contratos de Carlos Alberto Rodríguez, el coordinador de Higiene y Seguridad, y Sandra Daniela Castro, la coordinadora de Administración de Personal, fueron renovados. Pero la lista continúa: la Gerencia de Exhibición y Audiencias, la Subgerencia de Desarrollo Federal, la Gerencia de Fiscalización a la Industria Audiovisual, la Gerencia de Fomento a la Producción Audiovisual, entre otros, seguirán en sus puestos un tiempo más.
Esta decisión de Pirovano resulta llamativa considerando que se había ganado la simpatía del gobierno de Javier Milei, justamente por encarar un proceso de ajuste en el organismo estatal. La medida ya provocó marchas de actores y referentes de la cultura en defensa de la institución.
En un momento en el que la industria cinematográfica y cultural se encuentra en alerta por los anuncios de achicamiento del Estado, la renovación de estos contratos genera incertidumbre sobre el futuro del Incaa y las políticas de fomento al cine nacional.