sábado 27 de abril de 2024 08:38:33

EN UNA POLÍTICA DE ACERCAMIENTO EL PRESIDENTE MILEI VISITARÁ A VOLODOMIR ZELENSKI EN UCRANIA

Sería el primer presidente latinoamericano en pisar suelo ucraniano desde el inicio de la guerra, que ya lleva dos años

El presidente Javier Milei habría decidido viajar a Ucrania para reunirse con su par Volodímir Zelenski en un fuerte gesto en medio de la ofensiva rusa. De confirmarse, sería el primer presidente latinoamericano en pisar suelo ucraniano desde el inicio de la guerra, que ya lleva dos años.

El viaje está en los planes del presidente desde el comienzo de su gestión y habría sido conversado personalmente con Zelenski tras su ceremonia de asunción del 10 de diciembre. Una de las posibilidades de hacerlo fue en el marco de su gira por Davos, Israel e Italia, pero finalmente no fue un incluido en la agenda.

Fuentes cercanas al presidente afirman que todavía no está confirmado, pero existen intenciones concretas de llevarlo a cabo. El argentino es para el ucraniano el único líder que ha decidido pararse de su lado en el marco de la guerra con Rusia. El brasileño Lula da Silva ha marcado distancia y priorizó la alianza con Moscú en el marco de los BRICS.

Incluso desafió a la Corte Penal Internacional cuando dijo que le daría garantías al ruso Vladimir Putin para que participe de la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, a pesar de las órdenes de detención. Por su parte, el chileno Gabriel Boric ha mostrado cercanía y condenó a Rusia, pero ese apoyo no fue más allá. Por eso, una visita de Milei sería un fuerte gesto para Ucrania.

El alineamiento de Milei se contradice con la posición de Estados Unidos, principal sostén económico y armamentístico de Ucrania en la guerra, que decidió empezar a retirar ese apoyo. Incluso el exmandatario Donald Trump no está de acuerdo con seguir financiando a Ucrania y envía guiños a Putin para ponerle fin a la guerra.

Ante el inminente abandono de Estados Unidos, Francia intenta tomar la centralidad europea y amenazó con mandar tropas, algo que fue rechazado por su aliado europeo más importante, Alemania. La respuesta de Rusia fue la advertencia de una guerra nuclear.