miércoles 4 de diciembre de 2024 10:13:33

ECONOMÍA: SIN DEVALUAR EL GOBIERNO PREPARA LA ERA DE LA «COMPETENCIA DE LAS MONEDAS»

El Gobierno busca aprovechar la relativa estabilidad cambiaria y leve baja de la inflación esperada para febrero, para ir por un paso más. La entretela del diálogo con el FMI y qué puede pasar ahora

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El Gobierno negocia en estas horas su máxima apuesta económica para el futuro inmediato: la aplicación del esquema de la «libre competencia de monedas». O el título que finalmente le imponga Javier Milei a la idea. Ya lo habló personalmente con Gita Gopinath, la número dos del FMI, e interpretó en aquel encuentro de una hora cuarenta minutos de la semana pasada, que el Fondo Monetario Internacional no podrá trabas. Tampoco apoyos específicos.

En estas horas es Luis «Toto» Caputo quién habla del tema con la titular del organismo financiero Kristalina Georgeiva y con la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos Yanet Yellen. Se supone que tampoco desde el gobierno de Joe Biden habrá negativas importantes a la idea, con lo que Milei considerará que cuenta con luz verde para avanzar en su proyecto económico más importante desde que llegó al gobierno el 10 de diciembre del año pasado.

Si finalmente el ministro de Economía logra cierto aval (aunque sea de neutralidad) desde el FMI y los Estados Unidos en la Cumbre de Ministros de Economía y Finanzas del G20 de San Pablo, probablemente el anuncio de inicio del proceso de «libre competencia de monedas» formaría parte del mensaje que Javier Milei presentará en sociedad en la Asamblea Legislativa del primero de marzo. Acto constitucional que, este año, será nocturno.

La idea que Milei y Caputo tienen en mente es una primera etapa de la «libre competencia» donde cualquier moneda aceptada por la sociedad, conviva con la doméstica. Esto es, que cualquier transacción pueda realizarse en dólares, reales, euros o pesos chilenos, a la vez que también el peso argentino tenga vida libre. Pero manteniendo como obligatorias algunas obligaciones fiscales y tributarias para realizarse en pesos, como el pago de impuestos, salarios públicos, pago a proveedores y giros a las provincias por coparticipación.

Esto implicaría que la moneda local tenga vigencia plena y fuerte, al menos por un período importante, con lo que no habría fuga rápida y directa hacia las monedas más fuertes. Tampoco cambios masivos de carteras financieras de corto y mediano plazo.