ECONOMÍA: LA CAÍDA DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA FUÉ MAS FUERTE DE LO ESPERADO Y RETROCDIÓ EL 1,4% EN NOVIEMBRE
En la comparación tanto interanual como con el mes anterior, la contracción fue mayor a lo previsto, con un retroceso de 0,9% respecto de 2022
La actividad económica entró en fase recesiva de una manera más profunda que lo esperado hace ya dos meses. Según publicó el INDEC, la economía cayó un 0,9% interanual en noviembre, un dato mayor a lo esperado por analistas, que pronosticaron un retroceso de sólo 0,5% para el penúltimo mes del año pasado. Sin embargo, el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) arrojó una contracción más fuerte en términos interanuales y también respecto octubre.
En la medición desestacionalizada, en comparación con el mes anterior, el indicador anotó una caída de 1,4%. El EMAE es considerado un indicador clave ya que adelanta la tendencia del Producto Interno Bruto (PIB) del país, que se conoce de manera trimestral con mayor rezago.
En ese sentido, el registro hace prever que el cuarto trimestre del año cerrará con un fuerte signo negativo y coronará la tercera caída consecutiva medida en trimestres. Es decir, durante todo el año pasado, la economía argentina creció sólo durante los primeros tres meses en promedio. A partir de ahí, se anotaron retrocesos. En el tercer trimestre del año, por caso, la actividad económica sufró una caída de 0,8% con respecto al mismo período del año anterior.
Por lo pronto, en noviembre último con relación a igual mes de 2022, nueve sectores de actividad que conforman el EMAE registraron subas en noviembre, entre los que se destacan Explotación de minas y canteras (+6,7% ia) y Hoteles y restaurantes (+3,8% ia). El sector Explotación de minas y canteras (+6,7% ia) fue a su vez el de mayor incidencia positiva en la variación interanual del EMAE, seguido por Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (+3,6% ia).
Por su parte, seis sectores de actividad registraron caídas en la comparación interanual, entre los que se destaca Industria manufacturera (-4,8% ia), que aporta 0,9 puntos porcentuales a la variación interanual del EMAE.
Con esos datos, la actividad durante todo el año pasado se encamina a cerrar con una caída de 1,5%, lo que es un retroceso menor al previsto en un inicio, cuando la sequía amenazaba con una retracción más profunda. Así, hasta noviembre, el EMAE anotó una cañida de 1.3%, variación en la que influyeron los fuertes vaivenes del año y también las políticas de expansión fiscal en plena campaña electoral que contribuyó a morigerar la suba.
En ese sentido, hubo dos factores claves que incidieron para que la recesión hacia fines del año pasado no fuera más pronunciada. Por un lado, paradójicamente, los sucesivos episodios de tensión cambiaria que estimularon inusuales fenómenos de stockeo en los supermercados y otros comercios para mecanismo de anticipación a la suba de precios ante las repetidas corridas cambiarias. También la incertidumbre en cada instancia electoral produjo el mismo fenómeno.
Por otro lado, la campaña electoral en sí misma es un habitual promotor de mayor dinamismo económico, ante el mayor gasto público del oficialismo de turno. La última campaña presidencial estuvo lejos de ser la excpeción y, bien por el contrario, marcó un récord en términos de ensanchamiento del déficit fiscal como consecuencia del excesivo gasto electoral.
Ninguno d elos dos factores estará presente este año, para cuando los analistas consultados por el Relevamiento de Expectativas del Banco Central (REM) prevén una nueva caída de 2,6%, que se revertiría recien el próximo año. En el Gobierno son aún más pesimistas y manejan una previsón de un retroceso de hasta 4% anual, con una recesión profunda pero rápida. Es decir, prevén que el rebote llegará hacia fines del tercer trimestre y que se acentuará con fuerza en los últimos meses del año, en el contexto de una macroeconomía más ordenada, con inflación en baja.Fte-I