viernes 22 de noviembre de 2024 10:18:48

INTERNACIONAL: EN UN GESTO DE DISTENSIÓN ARGENTINA NOMBRA EMBAJADOR EN CHINA Y ESPERA CONTACT DIRECTO CON XI JIMPING

Se trata de Marcelo Suárez Salvia, un diplomático de carrera que cumple funciones en Trinidad Tobago. Su pedido de placet ya fue presentado en la embajada de china en la Argentina y en Beijing adelantaron que su aceptación formal no sufrirá demoras

En un gesto de distensión política, Javier Milei designó embajador en China: se trata de Marcelo Suárez Salvia, un diplomático de carrera que está cumpliendo funciones en Trinidad y Tobago. El pedido de placet ya fue presentado en la embajada china en la Argentina y desde Beijing adelantaron que no habrá demoras burocráticas.

Eso significa en el slang del régimen comunista que las actuales diferencias ideológicas y comerciales entre ambos gobiernos no se expresarán en una demora de los trámites formales para permitir que Suárez Salvia presente -cuanto antes- sus cartas credenciales ante Xi Jinping.

Milei y Diana Mondino explicitaron durante la campaña electoral su estrategia diplomática ante China. En ese contexto, el entonces candidato a presidente y su probable canciller aseguraron que respetarían los acuerdos comerciales entre privados y que tomarían una larga distancia del régimen comunista.

Xi había cerrado importantes acuerdos diplomáticos con Alberto Fernández que permitía a China desplegar su influencia geopolítica en América Latina a través de la iniciativa de la Ruta de la Seda. Con esos acuerdos apoyados en financiación blanda, el régimen chino podía construir represas hidroeléctricas en el sur, centrales nucleares en Buenos Aires, participar en la actualización del Belgrano Carga y montar emprendimientos de energía renovable en el norte.

La dependencia estructural de Argentina con China se profundizó con la crisis económica: sin el swap depositado en el Banco Central, no se hubiera podido pagar un vencimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y financiar las exportaciones entre ambos países. A lo que habría que agregar la negociación con Beijing para comprar aviones de combate destinados a la Fuerza Aérea.

Milei y Mondino ratificaron en Casa Rosada, lo que habían anunciado en la campaña electoral. Y esa decisión de poder encendió todas las luces rojas en Beijing.

Xi no pondría a disposición del nuevo gobierno su swap de 5.000 millones de dólares hasta que el presidente argentino aclarara su mirada diplomática ante el régimen comunista y explicara su posición respecto a la existencia -o no- del Banco Central. Además de confirmar que seguían en pie las inversiones asignadas en la Ruta de la Seda.

Luis Caputo necesita el swap chino y planteó su posición a Milei. El presidente compartió la mirada de su ministro de Economía y aplacó su discurso de campaña: en una carta formal que ya llegó a Beijing, Milei le pidió a Xi que renovará el swap por 5.000 millones de dólares que administra el Banco Central.

Con la carta en manos del protocolo chino, la diplomacia de Beijing avanzó otro paso. Informó a Buenos Aires que era necesario un contacto directo entre Xi y Milei -reunión presencial o llamada telefónica-, y que el swap dependía de esa formalidad institucional.

Es decir: sin cónclave o call, China no renovaba el swap. Y en eso estaba la canciller Diana Mondino, cuando la relación sufrió un nuevo enfriamiento. Beijing se enteró que la Casa Rosada había congelado las negociaciones para la compra de aviones de combate y que había optado por una oferta que, con astucia comercial, había presentado Marc Stanley, embajador de Estados Unidos en Argentina.

En este contexto, apareció la designación de Marcelo Suárez Salvia, que satisface otro reclamo puntual de la Cancillería china. Sabino Vaca Narvaja, embajador argentino designado por Alberto Fernández, terminó su trabajo diplomático y regresó a Buenos Aires, quedando la representación argentina con una funcionaria de escaso nivel.

En Beijing leyeron que a Milei y Mondino no le importaban los vínculos bilaterales entre ambos países, y por eso no habían decidido que permaneciera Vaca Narvaja hasta nuevo aviso. En ese momento, el presidente y su canciller confirmaban embajadores en Estados Unidos, Brasil e Israel, y hacían silenzo stampa cuando se le preguntaba sobre el sucesor de Vaca Narvaja, que tuvo una excelente relación con el régimen de Xi.

Milei y Mondino ahora tratan de ajustar la relación diplomática con China, frente a la necesidad de contar con el swap que sirve para financiar el comercio entre ambos países y eventualmente pagar un nuevo vencimiento al FMI. Desde esta perspectiva, el presidente le envió una carta a Xi por el swap y ya designó -junto a su canciller- al embajador Suárez Salvia.

Pero el régimen comunista es voraz: Xi llamó a su representante en Argentina, Wang Wei, para explicitar su malestar por la demora del gobierno en precisar las obras que mantendrá de los acuerdos que firmó con Alberto Fernández.

Wang viajó ayer a Beijing, y no sabe cuándo volverá. Xi pretende que Argentina continúe con las represas hidroeléctricas, la obra del Belgrano carga y la inversión en energía renovable prevista en el norte. Tres emprendimientos que también necesitan un aporte financiero del país, cuando Milei ya anunció que se paraliza la obra pública.

El presidente aguarda la llamada con Xi para describir su programa económico. Mientras tanto, espera que Suarez Salvia asuma como embajador y que el líder chino renueve el swap para enfrentar la negociación con el FMI.Fte. I