COMBUSTIBLES TRAS LA ADVERTENCIA DEL GOBIERNO A LAS PETROLERAS COMO SIGUE LA SITUACIÓN EN LAS ESTACIONES DE SERVICIO
Durante el fin de semana, siguen las largas filas para cargar combustible en estaciones de servicio; una postal que se viene repitiendo desde el jueves por la noche ante la escasez de combustible que empezó en el interior del país y finalmente llegó al Área Metropolitana de Buenos Aires.
Consultado sobre la escasez de combustible, el ministro-candidato dio una larga respuesta para dar a entender que la política del gobierno no es la causal de problema y terminar intimando a las petroleras a que solucionen el problema a más tardar el martes por la noche.
“Lo primero que les quiero contar es que el sector petrolero argentino está batiendo récords de producción. Lo segundo que les quiero contar es que en algún momento algunos especularon que, según el resultado electoral, iba a haber una devaluación. Y entonces, por ahí, guardaron. Y después hubo algunos otros que especularon con que vencía el acuerdo de congelamiento y entonces venía un nuevo precios, y se hablaba de un 20% de aumento, 40% de aumento. El sector petrolero argentino es uno de los que tiene mayor crecimiento de mercado global. Tiene tipo de cambio diferencial para liquidar, tiene reducción de impuestos para tener congelados los precios, tiene reducción de impuestos para importar y claramente además hace valer su potencia económica”, dijo el candidato presidencial del oficialismo, antes de descerrajar su advertencia: “Para que quede claro: si el martes a las 12 de la noche no está resuelto el abastecimiento, desde el miércoles no van a poder un solo barco de exportación, porque, primero, el petróleo argentino es para los argentinos”.
Ayer, la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha) había asegurado que “se transita un sendero hacia el normal abastecimiento de combustibles” y planteó la necesidad de “evitar la catarsis colectiva” en las estaciones.
“De continuarse con el plan encarado, entendemos, de acuerdo a las previsiones del Gobierno y las petroleras, que esta situación tenderá a solucionarse progresivamente en los próximos días”, confió Cecha. Por eso, la entidad solicitó a operadores, actores económicos, formadores de opinión y, en especial, la ciudadanía “mantener la paz social en nuestras estaciones, evitando generar una catarsis colectiva, que solo redundaría en una mayor presión sobre los surtidores, dilatando el proceso de normalización que el sistema de expendio requiere”.
En tanto, Carlos Acuña, líder del Sindicato Obreros de Estaciones de Servicio, GNC, Garages, Playas de Estacionamiento y Lavaderos de Autos (Soesgype) y cosecretario general de la CGT, dijo que habló con el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, sobre la situación y que ambos coincidieron en que se trata de “un boicot” por parte de las empresas petroleras por el resultado electoral.
Ni las explicaciones oficiales ni la de los conocedores del sector tranquilizan a los automovilistas, para quienes la falta de combustible es una cuestión muy palpable.
Largas colas y enojo
Los testimonios que en los últimos días se pudo recoger en estaciones de servicio porteñas son elocuentes:
Uno de ellos se declaró “muy preocupado: el auto lo uso para trabajar y ya no sé qué hacer, intenté conseguir nafta varias veces y hasta estoy pensando en vender el auto”.
Un fletero contó en una YPF de Palermo que tenía nafta “por ahora” pero hacía cola para ver si podía cargar unos bidones “para asegurarme de tener los próximos días”. Otras dos personas señalaron que necesitaban nafta para un viaje que tenían agendado el fin de semana y estaban haciendo cola porque pensaban que sería imposible conseguir nafta durante el fin de semana.
Una mujer haciendo cola en una estación de servicio declaró que era la cuarta en la que intentaba conseguir combustible y ya casi había gastado todo el que le quedaba recorriendo la ciudad para ver dónde podía cargar.
En una estación de Shell, un cartel indicaba que solo quedaba un tipo de nafta. Y en otra de YPF los carteles indicaban que ya no había, de ningún tipo. A los autos que entraban por la rampa, los playeros le hacían gestos de que siguieran y salieran, sin detenerse.
“Estoy buscando buscando y no consigo. Me tiene nervioso porque tengo que salir a trabajar y si no consigo gasoil no puedo laburar. Lo primero que voy a hacer es comprar cantidad. 200 litros para tener”, dijo un hombre sobre la desesperante situación.
Otro testimonio contó que era la tercera estación en la que intentaba cargar. “La verdad, no se puede estar así”, señaló y puso el foco en la diferencia de precios entre estaciones. “La última vez que hubo las elecciones, al otro día cerraron todas las estaciones. La única que tenía fue YPF. Ya ni importa el precio, necesito cargar como sea. Hay que cargar, hay que seguir, si no, no sé, voy a tener que vender el auto”, aseguró.
Otro automovilista señaló que tenía algo de nafta pero buscaba cargar “por las dudas, porque no sabe cuándo puede volver”. De los precios, dijo, “en este momento no me fijo”.
Un automovilista reconoció a este medio que estaba haciendo cola en una estación “ya hace como una hora y media” y que era la cuarta estación en que paraba. “En las otras directamente no hay. En mi casa no tengo, y si no cargo nafta ahora, no llego a mi casa”, explicó. Como en el caso anterior, coincidió en que ya no le importaba el precio, sino “tener nafta para poder volver; me di cuenta en la calle que no podía parar y en las que paraba había tres cuadras de cola.
Cuándo se normalizará el abastecimiento
Desde el área energética, que encabeza la secretaria de Energía, Flavia Royón, indicaron que ya empezaron a descargar buques con combustible importado (gasoil y naftas) y se está reforzando la logística de distribución y estiman que a mediados de la semana próxima el abastecimiento “debe estar normalizado”.
El viernes Royón recibió a ejecutivos de las principales operadoras de combustibles: concurrieron el presidente YPF, Pablo González; Martín Urdapilleta, de Trafigura (marca Puma); Marcos Bulgheroni, de PAE (Axion) y Andrés Cavallari de Raízen Shell. Allí se acordó la importación de 10 buques, por unos USD 400 millones y en un comunicado el gobierno apuntó al “récord” de consumo de combustible debido a situaciones como el fin de semana XXL del 13 al 16 de octubre, con récord de movimiento turístico, mayor actividad del campo y aumento del consumo el fin de semana electoral por expectativa de devaluación y aumento de precios, cosas que efectivamente luego ocurrieron.
En una entrevista radial, el presidente de la Federación de Expendedores de Naftas del Interior, Alberto Boz, dijo que el problema central es la falta de dólares para importar, que al prolongarse llevó al agotamiento de los stocks y estimó que la situación podría normalizarse en unos 10 días, aunque agregó que el inicio de la descarga de los buques “aliviaría bastante la situación”.
Boz aclaró que las estaciones tiene reservas para servicios esenciales como la policía, bomberos y servicios sanitarios de emergencia y descartó que exista un acaparamiento del combustible especulando con futuros aumentos.
Tormenta perfecta
Desde las empresas y el gobierno hablan de una “tormenta perfecta”. Por un lado, hay una “parada técnica importante” de la refinería de YPF en La Plata, que rebanaría entre 30 y 40% la capacidad de refinación de la planta y Refinor, otra planta refinadora, ubicada en Salta, fundamental para la provisión de las provincias del NOA, también en parte propiedad de YPF; está totalmente parada.
Más allá de esa confluencia de factores, desde las empresas señalan que la escasez de todo tipo de combustible, no solo de gasoil, como ocurrió en el invierno de 2022, es en gran medida resultado de la política económica-en especial, del atraso del precio de los combustibles- y el hecho de que las empresas son forzadas a importar combustible a pérdida. Por caso, el precio internacional del crudo Brent cerró el viernes a USD 90 el barril, contra menos de USD 60 que se paga en la Argentina por el “barril criollo”. A principios de octubre el barril de Brent había caído a USD 83, después de haber rozado USD 95 a fines de septiembre y volver a trepar por sobre los USD 90 tras el ataque terrorista de Hamas en Israel.
En pesos, sin embargo, el precio de los combustibles en la Argentina aumentó muy por debajo de la inflación y del precio internacional. Un informe de Vanessa Toselli, economista del Ieral de la Fundación Mediterránea, precisa que el precio aumentó 102% interanual; 35 puntos porcentuales por debajo de la inflación, y sigue siendo el más barato de la región, incluso medido al tipo de cambio oficial. Para la nafta premium, el precio promedio a nivel nacional alcanzó los $347,2 al mes de septiembre, con un aumento de 101,9% interanual, casi 35 puntos por debajo de la variación del IPC.
Con 86 centavos de dólar por litro de gasoil, la Argentina registra precios semejantes a los de Colombia y Paraguay, pero 25 % inferiores a los de Brasil, un 40 % por debajo de Chile y un 56 % menos que los vigentes en Uruguay En el caso de la nafta premium, el precio promedio a nivel nacional alcanzó los $347,2 en septiembre, antes de los aumentos post elecciones, un 101,9% de aumento interanual.
La base de datos Global Petrol Prices, tomando como referencia el precio de la gasolina 95, equivalente a la nafta súper, y el precio de Buenos Aires, muestra a pesar de los aumentos de este año, Argentina es por lejos el país de combustibles más baratos del Mercosur.
Desde Economía, en cambio, alegan que el costo del combustible y el margen de las empresas no son los últimos componentes que determinan los valores de mercado. “Los biocombustibles y los impuestos tienen un peso importante en el valor en surtidor y ambos fueron intervenidos por el Estado para evitar que las empresas resignen margen”, dicen, y argumentan que en el marco de la política de precios el valor del “barril criollo”, aunque inferior al precio internacional, “permite a las empresas productoras mantener la rentabilidad y sostener inversiones y al sector refinador producir combustibles a costos competitivos”. Además, dicen, la política del “barril criollo” se compensa con exportaciones “a precios sensiblemente superiores”, por las que las empresas tienen amplia rentabilidad.
Los expendedores son el mostrador final de la cadena. “Las Estaciones de Servicio no tenemos injerencia en la falta de una adecuada provisión de combustibles. Nuestra actividad consiste en poner a disposición de los clientes la totalidad del volumen en nuestros establecimientos, viéndonos ahora imposibilitados de disponer de las cantidades necesarias por factores totalmente ajenos a nosotros. Ello pone en jaque la supervivencia de nuestros negocios y hace que los consumidores deban trasladarse entre distintas estaciones de servicio para lograr abastecerse del combustible necesario”, dijeron en un comunicado en el que exigieron al Gobierno “arbitrar las medidas conducentes a regularizar la situación: todos necesitamos combustible y en estos momentos no hay el suficiente para atender a la demanda. Urge una pronta solución”.