viernes 22 de noviembre de 2024 13:55:17

LA FEROZ DISPUTA ENTRE SERGIO MASSA Y MIGUEL PESCE Y LA DECISIÓN UNILATERAL DE LIBERAR EL MERCADO

La orden se la dio el ministro a su hombre en el Central. La City ardió y los dólares financieros volaron. El FMI se hace desear, la frase de Massa a Cristina y el equipo económico que arma Milei.

Por Marceo Bonelli. Lisandro Cleri recibió este jueves una llamada directa de Sergio Massa. Era temprano, antes de la apertura de los mercados.

El ministro le ordenó: «Hoy no intervengas en los mercados». Cleri tembló. El vicepresidente del Banco Central está a cargo -después de la última corrida- de la influyente mesa de dinero.

La mesa decide cifras millonarias y la suerte del mercado. Minutos antes de las 10, Cleri volvió a chequear con Massa.

El ministro insistió: «Correte del mercado». La operación comenzó a ejecutarse. La City ardía al mediodía. Los dòlares financieros saltaron. El Contado con Liqui tocò los $500 y el billete bolsa pego un brinco del 6%.

Los bolseros y las cuevas enloquecieron. Había llamadas cruzadas y conocidos financistas golpeaban la puerta del BCRA.

Miguel Pesce recibía los reclamos pero desconocía la decisión política. Enfurecido, le envío un mensaje directo a Massa y después lo llamó, aunque sin éxito.

El ministro no le respondía el teléfono. Pesce tuvo una dura discusión con Cleri: «Ustedes están locos». Cleri se justificó: «Es una decisión estratégica de Sergio». Todo el mercado bramaba y pedía explicaciones. La imprevista medida provocó duras pérdidas a un conjunto de inversores que quedaron descalzados.

Se trata de agentes de bolsa y cuevas que se dedicban a hacer «rulos» con la compra y vena de bonos se y especulaban con el dólar. Se aprovechaban de la monotonía del BCRA.

Los inversores tuvieron una pérdida fuerte, un rojo de unos U$S 45 millones. Pesce al final habló con Massa. La pelea fue dura. Le reprochó que se haya cortado solo y Massa le respondió: «No te bancás una, los bolseros nos habían tomado el tiempo».

Parecen Los Pimpinela. Ya habían tenido un cruce el sábado en la reunión del equipo económico. El ministro le reprochó a Pesce la falta de reacción del BCRA frente al recalentamiento en abril del dólar y los precios.

La pelea viene de la última corrida cambiaria y de la demora que tuvo el Central en abril en aumentar las tasas.

Después todo se fue a la inflación. Ahora Massa hizo una puesta en escena política. Armó una escenografía para disponer -al final- una inmediata y mayor restricción monetaria.

También hubo cascotazos para Matías Tombolini. Massa le objetó la pasividad de Comercio frente a la remarcación de las frutas y las verduritas.

La cuestión provocó versiones de todo tipo. Hubo una especulación de que el equipo económico iba a tratar una devaluación.

Pero al final de la reunión quedó en claro una cosa: Massa no acepta esa receta y por ahora no piensa devaluar.

En la noche del sábado el propio Massa tuvo que ratificar en su cargo a Tombo. Las versiones de su salida surgen del entorno de Cristina. La Vice lo quiere acusar de la inflación y Tombolini dice que la intervención que anhela la Vice no resuelven el problema.

El sábado Tombolini contragolpeó: «Acá el problema es monetario, no de la Secretaria de Comercio». Le apuntó al propio Pesce. Y agregó: «Este es el único país del mundo donde hay inflación y el BCRA no tiene nada qué ver». La reunión fue larga y tediosa. Hubo momentos de delirio como cuando un funcionario propició congelar alquileres. También cobró el secretario de Agricultura Juan José Bahillo.

Ahora el andamiaje económico depende de la negociación con el FMI. Janet Yellen, titular del Tesoro, trasmitió una decisión a Wall Street: EE.UU. va a apoyar el acuerdo que Massa cierre con el FMI.

El staff del Fondo tiene una posición dogmática con el tipo de cambio y están desconcertados con una decisión del Central. Es que el FMI pide un salto en el dólar y Massa respondió esta semana con una menor devaluación diaria.

Luis Cubeddu y Leo Madcur tienen diferencias en tres puntos clave. La primera es cómo se ajustará el tipo de cambio. El FMI insiste con un salto cambiario del 30%.

Tampoco hay coincidencia en el monto del acuerdo y -menos aún- en el porcentaje que Argentina podrá utilizar para intervenir en el mercado de cambios.

La dos del FMI Gita Gopinath, cada vez con más peso en el organismo. Foto: Reuters

La dos del FMI Gita Gopinath, cada vez con más peso en el organismo. Foto: Reuters

Massa reclama un adelanto de U$S 12.500 millones y utilizar un 60% para disciplinar el mercado.

Kristalina Georgieva y Gita Gopinath -ahora la verdadera mandamás en el FMI- recibieron informes políticos de Argentina. Son memos duros y vaticinan meses muy difíciles hasta los comicios. Reflejan el caos político del Frente de Todos, las internas sin fin de Juntos y la aparición “perturbadora” de Javier Milei.

El equipo de Milei

El libertario elabora una respuesta a las dudas que generan sus audaces y polémicas propuestas. Está armando un equipo económico que incluye a viejos conocidos del establishment: Carlos Rodríguez, Roque Fernández, Horacio Liendo hijo y hasta Lucas Llach. Además tiene conexión con Domingo Cavallo y es fluída la comunicación con Mauricio Macri.

Esta semana, Milei y el profesor Rodríguez -el “enfat terrible” del monetarismo en Argentina- estuvieron cuatro horas reunidos puliendo la dolarización.

Roque, cuando fue ministro de Menem, y Rodríguez su asesor en jefe, intentaron en 1997 transformar la convertibilidad y disponer una dolarización. Enviaron a Carlos Guidotti a EE.UU. y allí Washington le puso bolilla negra al proyecto.

Javier Milei empieza a armar un equipo económico que de respuesta a sus pllémicas propuestas. Foto EFE

Javier Milei empieza a armar un equipo económico que de respuesta a sus pllémicas propuestas. Foto EFE

Igual, la preocupación del FMI se centra en el Gobierno: Alberto boicotea a Massa, Cristina a Alberto y la pelea deteriora la gestión.

Esos paper secretos de Washington definen como «disociada de la realidad» la gestión de la Casa Rosada. Massa volvió a reprocharle a Alberto sus “operaciones” para desgastarlo. Y este jueves se sumò Martìn Guzmàn con crìticas al ministro, después de una charla que tuvo con el Presidente.

Massa lo llamó ofuscado a Olivos: «Alberto dejen de boludear y jugar con fuego». El Presidente se hizo el distraído: «Yo no tengo nada que ver”. La pelea sin cuartel es por las candidaturas y no tiene límites. La disputa se da en la puerta del abismo económico: inflación disparada y el Banco Central sin dólares.

El Congreso partidario del martes tuvo hasta escenas delirantes. Tuvieron que separar al Cuervo Larroque y Santiago Cafiero que estaban a punto de agarrarse a las trompadas .

Ocurrió atrás del escenario y fue fruto de una discusión sobre la designación de la autoridad para oficializar los «frentes electorales» el próximo 14 de junio. Al final ambos tuvieron que ceder (Alberto no fue elegido ) y quedó el cuestionado Gildo Insfrán.

Cristina está desorientada: perdió su olfato político y Alberto, aún en debilidad, quiere jubilarla.

El lunes la Vice habló del tema con Massa. Le preguntó directamente: «¿Sergio qué tenés ganas de hacer?». Y Massa fue claro: «Ni en pedo voy a una interna». Dijo que su prioridad era definir un cierre de año económico sin turbulencias.

Cristina, por más relato que le meta, no es candidata por una cuestion: no le dan los números y sufriría una derrota electoral.

En las últimas horas lediò aire a Wado de Pedro. También evaluó y reflotó el tema de Axel Kicillof como candidato presidencial. Imagina una polarización entre el gobernador -economista también- y Milei.

Pero Axel no quiere saber nada. Por eso Cristina también tiene en carpeta un embrionario y nefasto «Plan 2024»:  buscar una derrota digna, insistir que fue proscripta para cuestionar el resultado de la elección y ya en diciembre empezar a tirarle piedras al nuevo Presidente. Clarìn.Fte. Identidad Corentina