EL PRESIDENTE ALBERTO FERNÁNDEZ JUEGA SUS ÚLTIMAS CARTAS: COMO ES SU PLAN PARA IR POR LA REELECIÓN
El presidente y su entorno, cada vez más acotado, buscan construir una alternativa que le permita buscar la reelección el año próximo
Parece disparatado considerar hoy, que Alberto Fernández pueda ambicionar seriamente su reelección. La gestión fue totalmente deficiente, su poder fue diluido por los otros actores de la coalición de gobierno, sus ministros expulsados por esos mismos contendientes internos y su imagen pública ha sido afectada por el grotesco.
Sin embargo, no puede negarse qué en la política argentina, todo es posible. Fernández lo sabe y apuesta a una construcción que le permita, primero imponerse en la interna del Frente de Todos y luego, ir por el milagro de la reelección.
El presidente entiende que el relativo «éxito» económico de Sergio Massa, que en algún punto detuvo el deterioro económico y consiguió cierto alivio financiero lo beneficia, en tanto el tigrense, no aspirará a ser presidente en 2023. «Sergio no va a ir, va a apostar todo a 2027 porque sabe que ahora, él puede estirar la mecha para que le explote al próximo, pero explotar va a explotar y no tiene que ser a él mismo», razonan en el albertismo.
El presidente está tejiendo con algunos gobernadores, una opción que derrote en una PASO al kirchnerismo y termine de sacarlo de carrera de cara al futuro, sueña con un segundo mandato sin la carga de tener que obedecer a Cristina, a Máximo, sin la presión de los (Andrés) Larroque y los (Wado) De Pedro.
Para eso, cuenta con una ayuda ¿inestimable? Dicen en la Casa de San Luis, que Alberto devolvería a Adolfo Rodríguez Saá a la órbita nacional y que el puntano, sería el candidato a vicepresidente de Fernández en su intento reeleccionario. Después de aquel gobierno de 8 días, «el Adolfo» se refugió en San Luis. Es cierto, fue candidato en 2003 y Senador Nacional luego, pero, desde entonces, no volvió a hacer una apuesta presidencial.
Cómico, ocurrente, el albertista consultado sobre la posibilidad responde «Y, no sé» y estalla en carcajadas celebrando su chascarrillo y recordando las reconocidas virtudes de «la Turca» Sesín. Recuperada la compostura, resalta: «es una posibilidad, ellos lo toman como un hecho, pero Alberto es inconstante«, asegura quien lo conoce hace años del peronismo porteño.
Pero también se barajan otras opciones. Ninguna renovación, ni dirigente joven, ni mucho menos mujer, son todas alternativas tradicionales. Con insistencia, una parte de los consejeros de Fernández, mencionan a Daniel Scioli. Tienen melancolía de la elección que hizo en 2015 y creen que puede ser un aporte de solidez a la fórmula. «Perdió por un punto con (Mauricio) Macri en el ballotage, puede ser importante», dicen sin considerar que pasaron 8 años y el Pichichi ya no es lo que era.
Elecciones 2023: el rol de Scioli
El ex motonauta, también tiene cuentas pendientes con Cristina, muchos creen que, si hubiese derrotado a Macri en aquella ocasión, su destino habría sido el que hoy sufre Alberto: gobernar sin gobernar, a expensas de los deseos K. De hecho, su débil gestión en la Provincia de Buenos Aires, estuvo permanentemente condicionada por las manipulaciones del gobierno de Cristina.
«Mirá, los planes sociales ahora los manejamos nosotros con el (Movimiento) Evita, no La Cámpora. Si nos fumamos apoyar a sus candidatos, ellos (por el grupo de Emilio Pérsico) no tienen un presidencial a quien poner, y a Wado no es que van a salir hordas de la clase media a apoyarlo, tenemos muchas chances», analizó un asesor presidencial exaltado por la presunta chance.
El mayor problema del presidente es su imagen pública, no solo por la mala gestión, las internas o su pérdida de poder. Lo que más lo ha afectado ha sido su incontenible tendencia a «hablarse encima».
Un hombre serio y cercano a Fernández se preocupa: «eso no se como lo resolvemos, empezar a comunicar bien desde ahora no alcanza, porque todos van a estar buscando en qué detalle entramos en el ridículo, la gente se acostumbró al meme de Alberto, es como el pibe que toman de punto en el colegio, una vez que sos meme no torcés esa idea así nomás», asegura con consternación y no sin una gran parte de razón.