viernes 22 de noviembre de 2024 19:25:58

PESE AL MEGAESCÁNDALO DE CORRUPCIÓN EL PAPA INVITÓ AL CARDENAL BECCIU AL CONSISTORIO

El alto prelado fue defenestrado en septiembre de 2020 y se encuentra en el banquillo en el maxi-proceso por corrupción en curso en el Vaticano; se trataría de un gesto porque este sábado el purpurado cumple 50 años de sacerdocio

¿Perdón? ¿Rehabilitación en ciernes, en el caso de salir “limpio” del maxiproceso que se está dando en el Vaticano? ¿O un simple gesto pastoral?

Son las preguntas que retumban en los pasillos del Vaticano desde que ayer, en lo que apareció como una noticia bomba, trascendió que el papa Francisco lo llamó al cardenal Angelo Becciu –en el banquillo en un megajuicio por corrupción-, para invitarlo a la reunión de cardenales que comienza el sábado próximo.

Hasta hace poco una de las personas más influyentes del Vaticano, Becciu, de 74 años, no participaba de ningún evento de este tipo desde fines de septiembre de 2020, cuando repentinamente fue defenestrado por Francisco al salir a la luz denuncias de corrupción en su contra. Entonces Becciu no perdió su título de cardenal, pero se vio obligado a renunciar a sus derechos cardenalicios, entre ellos, participar de las reuniones de purpurados, es decir, los consistorios y, sobre todo, del cónclave.

El cardenal Angelo Becciu habla con los periodistas en una conferencia de prensa en Roma, el 25 de septiembre de 2020

El cardenal Angelo Becciu habla con los periodistas en una conferencia de prensa en Roma, el 25 de septiembre de 2020

Fue el propio Becciu quien anunció la noticia el domingo pasado, al final de la misa que celebró en una Iglesia del bellísimo Golfo Aranci, localidad sobre el mar de su Cerdeña natal, donde estaba de vacaciones. “El sábado me llamó el Papa para pedirme que participara de una reunión con todos los cardenales que tendrá lugar en los próximos días en Roma”, le dijo el purpurado a los fieles, para explicarles por qué ya no iba a estar el domingo siguiente, según los diarios La Nuova Sardegna y L’Unione Sarda.

El consistorio de cardenales comenzará el sábado próximo, cuando el Papa creará 20 nuevos cardenales y seguirá el lunes y martes siguientes, cuando todo el Colegio Cardenalicio se juntará para reflexionar junto al Papa sobre la nueva constitución apostólica “Predicad el Evangelio”, que transformó radicalmente a la curia romana.

“Estoy muy emocionado por este gesto del Papa. Se lo agradezco de corazón y confirmo mi plena comunión con él”, dijo Becciu a la agencia ANSA, evidentemente contento por su regreso al ruedo después de casi dos años de exilio forzado. Pero tanto fuentes cercanas al cardenal, como del Vaticano, dejaron trascender de que su retorno no significa ningún reintegro de los derechos cardenalicios o absolución papal, sino de una invitación “ad hoc” del Papa, relacionada con el hecho de que el 27 de agosto Becciu cumple 50 años de sacerdocio, según pudo saber.

Cardenal Giovanni Angelo Becciu de Italia

Cardenal Giovanni Angelo Becciu de ItaliaANDREAS SOLARO – AFP

“Becciu es tratado como un cardenal emérito [mayor de 80 años], que puede asistir a los consistorios, pero no puede participar del cónclave”, explicó una fuente, que recordó el principio de presunta inocencia y que consideró que las cosas sólo podrían cambiar en caso de salir absuelto en el proceso en curso. Este se reanudará a fines de septiembre y nadie sabe cuándo podrá llegar a terminar con una sentencia, ya que fueron citados más de 200 testigos, entre ellos el número dos del Papa, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y el actual sustituto, el monseñor venezolano Edgar Peña Parra.

También el portal del Vaticano, Vatican News,  hizo entender que la invitación del Papa a Becciu sólo tenía que ver con un gesto. De hecho, recordó que “los derechos del cardenalato no se refieren a la participación en la vida de la Iglesia; los cristianos están llamados a participar, según su estado: en el caso de los cardenales, esto puede incluir una invitación -a veces personal- para asistir a ciertas reuniones reservadas para ellos”.

El caso de corrupción

Bajo sospecha por haberle pasado dinero del Óbolo de San Pedro, el fondo papal destinado a los pobres, a una cooperativa de un hermano suyo en su diócesis de origen, Becciu había sido obligado a dejar su cargo de prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos el24 de septiembre de 202o.  Las acusaciones se habían extendido luego a su rol en la millonaria y controvertida compra de un edificio de lujo en Londres cuando era sustituto de la Secretaria de Estado y en el envío de unos oscuros giros de dinero a Cecilia Marogna, una joven mujer luego apodada “la dama del cardenal», de origen sardo, como él.

El Palacio de Londres, al centro del juicio que está teniendo lugar en el Vaticano, fue recientemente vendido  a un precio mucho menor al que había sido adquirido. Becciu, que siempre proclamó su inocencia, es el primer cardenal que se encuentra en el banquillo en un proceso por corrupción y malversación de fondos semejante, que involucra a otras nueve personas. El cardenal es acusado de abuso de poder, peculado e intento de sobornar a un testigo y excolaborador muy cercano, monseñor Alberto Perlasca, para que se retractara. En el juicio, que comenzó en julio del año pasado y en el que fue interrogado tres veces, Becciu se defendió hablando de acusaciones infundadas.

No es la primera vez que el papa Francisco tiene un gesto benévolo hacia Becciu, que fue uno de sus hombres de confianza desde que fue electo, en marzo de 2013 y hasta octubre de 2018, siendo el número dos de la Secretaría de Estado, cargo “heredado” de Benedicto XVI. El Jueves Santo del año pasado, en plena pandemia, desconcertando a todos el exarzobispo de Buenos Aires fue a celebrar misa a la capilla del departamento privado de Becciu. Entonces algunos recordaron que, en los buenos tiempos, el Jueves Santo el Papa solía ser invitado a almorzar por Becciu en su casa, junto a algunos curas romanos.

Hace casi un año, el Papa no ocultó que esperaba que Becciu saliera bien del actual megaproceso en curso. “Yo quiero de todo corazón que sea inocente”, dijo, en una entrevista a la radio española Cope,  en la que recordó que el cardenal sardo lo había ayudado mucho. “Es una persona a la que tengo cierta estima como persona, o sea que mi deseo es que salga bien. Pero es una manera afectiva de la presunción de inocencia, vamos. Además de la presunción de inocencia, tengo ganas de que salga bien. Ahora, la justicia es la que va a decidir”. Por Elizabetta Piqué