EL PRESIDENTE ALBERTO FERNÁNDEZ Y SU MINISTRO DE ECONOMÍA DEFINIRÁN LA AGENDA CON EMPRESARIOS Y LA CGT
Aún no hay detalles definidos sobre el anuncio del Presidente, que recién hablará con el Ministro de Economía hoy, después de la reunión de Gabinete, durante el breve trayecto entre la Casa Rosada y Salliqueló, donde se firmarán los contratos para iniciar el gasoducto Néstor Kirchner
Alberto Fernández anunció la convocatoria a empresarios y sindicalistas para lograr un eventual acuerdo de precios y salarios por dos meses sin que estuvieran definidos los detalles, ni los actores que se sentarán a la eventual mesa. De hecho, el Presidente recién empezará a conversar los lineamientos con el nuevo ministro de Economía, Sergio Massa, mañana a la mañana, después de la reunión de Gabinete, durante un viaje en conjunto a la localidad bonaerense de Salliqueló por la firma de los contratos para iniciar la obra del gasoducto Néstor Kirchner.
Desde el Gobierno aseguraron que Massa ya tiene delineado un programa, pero que por ahora lo mantiene en reserva. Tampoco lo conversó en profundidad con el primer mandatario, ni hay una fecha determinada para la convocatoria, aunque fuentes oficiales deslizaron que apuntan a la semana próxima.
Lo único que dejó saber el Presidente, ayer al mediodía durante un acto en Lomas de Zamora -al que iba a ir Massa pero del cual se ausentó inesperadamente-, es que el Gobierno buscará llegar a un “acuerdo de precios y salarios por 60 días”. Pero en los distintos ministerios vinculados con la temática no pudieron brindar mayores definiciones sobre los planes oficiales. Un funcionario de Economía deslizó a este medio que Alberto Fernández, al hablar de la nueva mesa de diálogo en público, “se subió” sobre un plan que el nuevo ministro tenía planeado especificar una vez que hubiera definido quiénes serán invitados a negociar y, sobre todo, la propuesta concreta.
En Presidencia admitieron que prácticamente no hay nada definido, pero aseguraron que el jefe de Estado y Massa conversarán sobre los planteos que harán a empresarios y sindicalistas después de la reunión de Gabinete que está prevista para hoy en la Casa Rosada desde las 7.30. Más específicamente, hablarán durante el viaje a Salliqueló, provincia de Buenos Aires, para participar de la firma de los contratos para empezar la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner desde Vaca Muerta hasta el oeste de la provincia de Buenos Aires.
Por ahora está planeado que sólo viajen el Presidente, Massa y el gobernador Sergio Ziliotto (porque un tramo de la obra atravesará la provincia de La Pampa). Pero no está confirmado si irá el nuevo secretario de Producción, Ignacio de Mendiguren. Es poco probable: se encuentra más abocado a un plan “de mediano plazo”, según dijeron desde Hacienda, para “sostener en el tiempo” el desarrollo productivo a través, principalmente, de nuevas líneas de crédito para promover las exportaciones y, en consecuencia, el ingreso de divisas en medio de la grave crisis de reservas del Banco Central. Tampoco se sabe si irá el titular de Comercio Interior, Matías Tombolini, que ayer acompañó a Alberto Fernández en lugar durante el vago anuncio en el acto junto al intendente en uso de licencia de Lomas de Zamora y actual jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde.
Por ahora, también es poco probable que asista el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, que se encuentra dedicado a la convocatoria del nuevo Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil -que estaba previsto para el 18 y se pasó al 22 de mayo- donde se definirá una nueva actualización del monto ante la suba de precios.
Este jueves se conocerá la nueva cifra de inflación -que según las proyecciones superaría el 8%- y el desfasaje del poder adquisitivo está el centro de las preocupaciones del Gobierno. En la nueva etapa de “dinamización” de la aletargada administración nacional tras la salida de Martín Guzmán, desde las distintas áreas empezaron a apurar diálogos con las cámaras empresariales y los sindicatos. En buena parte, porque tienen entre ceja y ceja la marcha que convocó la central sindical para el 17 de agosto durante la breve gestión de Silvina Batakis, y que se mantiene vigente, en un gesto que inquieta a la Casa Rosada a pesar de que la cúpula cegetista intentó bajarle el tono y aclaró que “no es en contra del Gobierno”.
Días antes del anuncio del Presidente, Massa había adelantado la misma convocatoria. Hace siete días, durante el anuncio de sus primeras medidas, el flamante funcionario había dicho que buscaría “asegurar un mecanismo que permita la recuperación de ingresos” de los empleados que reciban salarios entre los 50.000 y los 150.000 pesos. Pero hasta que Alberto Fernández apuró el aviso de la convocatoria, no tenía planeado dar mayores precisiones.
En paralelo, la semana pasada el jefe de Gabinete, Juan Manzur, ocupó un día entero a sendas reuniones con el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, y con la cúpula de la CGT. Según dijo, buscó transmitirles a los gremialistas lo “importante” que es para el Gobierno “asegurar los puestos de trabajo actuales” y “las oportunidades a futuro a partir de la inversión, del incremento de la producción y de agregado de valor a la producción local”. Estaba acompañado su flamante segundo en el mando, Juan Manuel Olmos, representante del Presidente en la coordinación ministerial que trabaja en una reestructuración del organigrama nacional, también para activar la gestión.
A pesar de que se mantiene en reserva la propuesta del Gobierno, una de las iniciativas de la agenda laboral que trascendieron en los últimos días es la promoción de otorgamiento de un aumento de suma fija para privados -en torno a los 30.000 pesos-, aunque una parte de la CGT lo resiste. No es el caso del triúnviro Pablo Moyano, que el sábado durante una entrevista radial sostuvo que “cualquier ayuda del Gobierno es bienvenida” y que no quiere “impedir que un trabajador que tenga salario bajo tenga la posibilidad de cobrarla”. Otras opciones sobre la mesa, no excluyentes, son la entrega de un bono por única vez, y la reapertura de paritarias. Esta última salida ya está en marcha. En varios sectores, especialmente los más poderosos, que cerraron este año por encima del 60 por ciento, ya empezaron a presionar a las patronales para revisar los porcentajes de los acuerdos salariales acordados entre abril y mayo, en consonancia con la agobiante espiral inflacionaria que ya se encamina a superar el 70% anual.Fte. I