EL PRESIDENTE ALBERTO FERNÀNDEZ DESCARTA SU OSTRACISMO POLÌTICO APUESTA A LA LEALTAD DE MASSA Y MANTIENE SU LARGA DISTANCIA CON SU VICE
El jefe de Estado asegura que la renuncia de Guzmán causó un “terremoto” en el Gobierno, sostiene que la prioridad es estabilizar la economía y preserva su intención de alcanzar otro mandato presidencial
Por Romàn Lejtman, enviado especial. Alberto Fernández apela a la ética de la responsabilidad de Max Weber para explicar que salvó al Gobierno cuando Martín Guzmán renunció por tuit y los mercados avanzaban implacables sobre las reservas del Banco Central. “Me podría haber ido. Había un cuestionamiento generalizado y una ofensiva de importantes jugadores de la City que presionaban sobre el dólar. Pero apelé a la responsabilidad institucional y banqué todo. Ahora estamos en otra etapa. Estamos reconstruyendo nuestro Gobierno”, se sinceró el jefe de Estado ante un núcleo cerrado de colaboradores que lo acompañó a la asunción presidencial de Gustavo Petro.
Guzmán renunció el 2 de julio, y Alberto Fernández aún mastica arena cuando recuerda ese acontecimiento político. “Fue abrupto. Yo entiendo las presiones y que quizás no aguantó más. Pero podía haber esperado dos semanas, y nos daba tiempo. Causó un terremoto institucional que afectó muchísimo a la estabilidad del Gobierno”, aseguró el Presidente a sus funcionarios de extrema confianza.
Alberto Fernández descarta su ostracismo político y cree en su capacidad para estabilizar la economía junto a Sergio Massa. “Yo decido las cosas. Siempre quise un ministerio de Economía con industria y agricultura adentro. Pero me objetaron el planteo antes de iniciar la Presidencia, y ahora me están dando la razón”, afirmó en un cónclave que protagonizó en el noveno piso del JWMarriot de Bogotá.
Antes de la reunión con Xiomara Castro -presidente de Honduras-, el presidente habló con su ministro de Economía. El diálogo es fluido y los dos asumen que el adversario político está en otro lado. “Lo acompañé a Sergio en 2013, y lo volví a acompañar en 2015. Somos amigos y valoró su lealtad. No vean fantasmas: los dos queremos lo mismo”, se atajó Alberto Fernández.
La agenda política compartida con Massa tiene tres etapas diferentes, acorde a lo que describió ayer el jefe de Estado en Bogotá: estabilidad del Gobierno, fortaleza del peronismo como herramienta electoral y por último la elección del candidato presidencial.
“Yo no me descarto, y quiero ir a las PASO. Pero ahora todo es prematuro y una tontería hablar de las candidaturas. Primero hay que estabilizar las variables económicas. Esa es la prioridad”, enfatizó Alberto Fernández.
La relación entre el Presidente y Cristina Fernández de Kirchner mantiene su status quo: fría, distante y rota.
La última vez que almorzaron en Olivos, CFK pidió la cabeza de Vilma Ibarra -secretaria Legal y Técnica-, Silvina Batakis -era titular de Hacienda-, Juan Manzur -jefe de Gabinete- y Claudio Moroni, ministro de Trabajo. La vicepresidenta propuso “ascender” a Ibarra con un nombramiento de ministra (para ocupar ese cargo estratégico), sugirió el cambio de Jorge Capitanich por Manzur y reclamó el desierto infinito para Moroni.
En ese encuentro a solas, Alberto Fernández y Cristina acordaron que Massa sea el titular del Palacio de Hacienda. “Yo defendí a los míos y Sergio es ministro de Economía. Adonde ven que estoy débil”, opinó el jefe de Estado.
Con su bandera institucional y partidaria de proteger al Gobierno, Alberto Fernández tiene muchísima cautela al momento de cuestionar a CFK, La Cámpora y el Instituto Patria. Sin embargo, distendido y en confianza, el presidente recuerda cuando los alfiles de Cristina propusieron alternativas horrorosas para segmentar las tarifas de los servicios públicos.
“Plantearon un esquema de geolocalizacion que nos hubiera acercado al precipicio y después propusieron un aporte cash que no ponía en un laberinto de constante actualización. Y al final terminó de la mejor manera: tenemos un modelo que va a funcionar y con Sergio vamos a lograr más ahorros que en tiempos de Guzmán”, pronosticó Alberto Fernández ante los miembros de su comitiva.
Alberto Fernández explicó a dos miembros de su delegación que el gobierno se dirige a una estabilidad política que considera esencial para que las medidas económicas funcionen. Y en este contexto, el Presidente rescata que CFK, la Cámpora y el Instituto Patria se muestran alineados con un programa que intenta cumplir las metas del FMI.
“Es una situación política que tenemos que valorar. Nos cuestionaron la negociación con el Fondo y ahora aceptan las metas que hace dos meses intentaron revertir”, consideró el presidente.
No le puso nombre y apellido a esa compleja situación institucional, pero en Gobierno se acuerdan cuando Cristina y Máximo Kirchner jugaron a implosionar el acuerdo.