HUMOR POLÌTICO: EL QUE NO VOTA NO MAMA
El gobierno no se cansa de repetir que, tanto en el manejo de la pandemia como en el plan de vacunación, estamos entre los mejores países del mundo
Vamos gente, esta vez hay de todo para elegir. A votar y dejarse de joder. El que no vota, después que no se queje. Antes que nada, vaya desde acá nuestra admiración para los dueños del Grupo Indalo, Oil Combustibles, C5N y demás boliches, por el talento para resolver el temita de los famosos 8.000 millones de pesos (en su momento, casi 1.000 palos verdes). Primero contrataron como abogado al “presidente” Alberto Fernández, después contrataron al abogado de la Vicepresidenta y finalmente, entre todos, convencieron a la AFIP de que se retire como querellante en la causa. Unos capos. Cristóbal López y Fabián de Souza son como La Casa de Papel pero sin la máscara de Dalí. Felicitaciones, enhorabuena y que la disfruten. Chapeau.
Dicho esto, vamos a lo importante. El gobierno no se cansa de repetir que, tanto en el manejo de la pandemia como en el plan de vacunación, estamos entre los mejores países del mundo. Se ve que la campaña electoral no les dejó tiempo para leer los datos. Ayudémoslos.
En el tema vacunas, la Argentina aplicó las dos dosis necesarias al 39% de la población. Según el ranking global del NY Times, hoy estamos en el puesto 56 del mundo, o sea que 55 países vacunaron mejor que nosotros. Ni hablemos del ranking de Our World in Data de la Universidad de Oxford (el que usa todo el mundo) porque ahí figuramos en el puesto 65, seguramente con datos manipulados por el lawfare contra Cristina.
Con respecto al manejo de la pandemia estamos en el puesto N°10 de los peores del planeta con 2.479 muertos por millón de habitantes, apenas superados por Brasil que tiene 2.734 muertos por millón de habitantes y que ocupa el puesto N° 8. O sea, el manejo de la pandemia del dúo Cristina/Alberto fue casi tan exitoso como el de Bolsonaro. La diferencia sustancial entre Bolsonaro y los Fernández es que el inútil que tienen los brasucas no pretende disimularlo como los nuestros.
Para que no digan que solo marcamos los errores, destaquemos lo dicho el jueves por Cristina cuando declaró que Tecnópolis era como su casa y que la había construido en solo 8 meses. Si bien no esperábamos menos de la gran arquitecta egipcia, es todo un mérito el hecho de que antes demoraba años en hacer una simple pirámide de piedra y ahora en solo 8 meses te hace un Tecnópolis con luces, micrófonos, escenario y tantas cosas más. Bravo (y sí amigo lector, hay que seguirle la corriente porque, viendo el discurso del jueves, estamos a un minuto de que se autoperciba como Napoleón Bonaparte).
A propósito del discurso de Tecnópolis, ella destacó como un acto de honestidad y transparencia que en 2003 salió de su pisito en Recoleta y cuando terminó en 2015 volvió al mismo departamento. Se olvidó de aclarar que en el medio se compró 4 hoteles en la Patagonia, varios pisos en Puerto Madero y le encontraron 5 palos verdes en una caja de seguridad. La realidad es que cuando se fue de la Rosada en 2015 no le quedó más remedio que volverse al pisito de Recoleta porque los de Puerto Madero y los hoteles estaban todos alquilados a Lázaro Báez y Cristóbal López. Pequeño detalle que ella no contó y que a la oposición, como siempre, se le escapó entre las piernas.
Aclarados todo estos asuntos, vamos al tema del día: gracias a Dios, hoy votamos.
Nos pasamos los últimos 10 años diciendo que las PASO no servían para nada porque eran elecciones internas de los partidos en las que generalmente no competía nadie y llevaban lista única. Y justo ahora que hay internas por todos lados, la gente los putea y no quiere ir a votar. Vamos gente, esta vez hay de todo para elegir. A votar y dejarse de joder. El que no vota, después que no se queje.
Hasta en el Frente de Todos, donde nunca hay internas (ahí no se discute sino que se obedece), esta vez tienen varias. Modestas, porque sólo hay internas en Santa Fé, Tucumán y alguna provincia más, pero algo es algo. Hay que darles tiempo. Algún día entenderán que la democracia canadiense o la uruguaya es un poquito mejor que la venezolana o la cubana que tanto admiran.
En principio, digamos que hay candidatos para todos los gustos. Al que le gustan los culos, hay una candidata que te muestra el culo, al que prefiere tetas, hay otra candidata que te ofrece un buen par y al que le tira más el complejo de Edipo lo tenés a Randazzo que te viene con la mamá incluída.
Para el que busca la cosa más heavy, Milei es el candidato ideal. Campera de cuero, mucho rock pesado, gritos, insultos, todo muy sano. Esperemos que Milei no decepcione y para la elección de noviembre aparezca con la campera negra, rompiendo guitarras al grito de “¡Muera Keynes y todos los zurdos de mierda!” y matando pollitos a pisotones sobre el escenario. Es el Kiss de la política nacional.
Si a usted no le gusta lo bizarro y prefiere votar contenido político, hay una amplia oferta. Por ejemplo, la izquierda. Por suerte todavía no aparecieron trotskistas meneando el orto por televisión y por ahora siguen debatiendo política. Los tipos guardan cierta seriedad, si es que podemos llamar seria a gente que todavía te defiende el Muro de Berlín y te dicen que Stalin era malo pero no tanto.
Entre los espacios mayoritarios, Juntos por el Cambio te ofrece variedad y hacen internas en cada pueblo del país. Es la especialidad de la casa.
Los de Capital tienen 3 opciones. Tenés a Rubinstein que fue mi compañero de banco durante toda la primaria en la Escuela N°1 Distrito Escolar 1, Juan José Castelli, colegio emblemático de la educación pública argentina de la que salieron grandes valores de la democracia. Nobleza obliga, debo decir que al mismo con nosotros iba Sergio Schoklender lo cual demuestra que, a veces, la educación pública también falla.
Está López Murphy a quien conocemos desde hace muchos años, especialmente del 2003 cuando casi llega a ser presidente. Recordemos. En la primera vuelta de aquella elección ganó Menem (24%), luego Kirchner (22%), López Murphy (16%) y Lilita (12%). Por suerte los radicales tienen esa rara tendencia a disgregarse. Si López Murphy y Lilita se hubieran juntado (16%+12%= 28%), hubiesen ganado la elección y nos perdíamos los 18 años de kirchnerismo que estamos disfrutando. Por eso es tan importante ir a votar y hacerlo bien. No sea cosa que por andar votando boludeces nos perdamos los segundos 18 años de kirchnerismo.
Por supuesto, también está la favorita de ese espacio: María Eugenia Vidal. Sobre Mariú no vale la pena hablar mucho más porque de eso se ocupa Kicillof, todos los días y a toda hora. De ahí que no le quede tiempo para explicar los datos de pandemia y vacunación. No hay problema, para eso estamos nosotros.
En el Frente de Todos, se destaca Santoro cuyo pasado radical le da una pátina de terrícola humano normal con cierto volumen político. Cuando haya que votar cosas comunes puede andar bien. Veremos de qué se disfraza cuando Cristina lo mande votar la reforma constitucional para incorporar la reelección indefinida y eliminar la independencia de la Justicia que, según declaró Ella, es una rémora de la Revolución Francesa.
La que se hizo notar mucho es Tolosa Paz que va de candidata por la provincia de Buenos Aires. Supongo que también tendrá algún volumen político pero no lo sabemos porque cuando habla es lo más parecido a un mensajes de voz de whatsapp en velocidad 2. Por suerte, va a sacar el 100% de los votos de su interna por lo que todo indicaría que a partir de mañana esta muchacha debería calmarse un poco. Veremos.
Finalmente amigo lector, hoy elegimos a los candidatos que competirán en noviembre. Nuestra responsabilidad es ponernos el barbijo, ir a votar y después sentarnos frente al televisor con la tranquilidad de saber que los de Juntos decidieron evitar los globos y el bailecito. Todo un avance para la República.
Solo nos resta saber qué inventa esta vez el Gobierno para que, cualquiera sea el resultado, salgan a decir que hoy ganaron ellos una elección en la que, en realidad, no compiten contra nadie. Como vimos el jueves en Tecnópolis, delirar es la especialidad de la maison.Por Alejandro Borenstein. Clarìn. Fte. Identidad Correntina