viernes 22 de noviembre de 2024 05:16:49

CORONAVIRUS: EL PRESIDENTE SOSTIENE LA VACUNACIÒN GRACIAS A SU RELACIÒN CON EL PRESIDENTE RUSO

La provisión de dosis está colapsada a nivel global y la colaboración del líder ruso es clave para evitar el desabastecimiento en plena segunda ola de COVID-19

La relación personal y geopolítica entre Alberto Fernández y Vladimir Putin permitirá que no se asfixie la campaña nacional de vacunación en plena segunda ola del COVID-19. El lìder ruso prometiò al presidente argentino que llegaràn miles de Sputnik V en los pròx,imos dìas, y si eso no ocurre habrá una crisis sanitaria ante la ausencia de dosis destinadas a los grupos de riesgo que aguardan su aplicación en todo el país.

Alberto Fernández también espera un voluminoso embarque desde China, pero Sinopharm debe responder a la demanda interna y sus vacunas recién volarían desde Beijing hacia fines de la semana próxima.En la Casa Rosada estàn preocupados: ya saben que la compañía asiática reducirá sus envíos en mayo y aún no hay stock para suplir esta falencia durante el invierno.

No se descarta una comunicación del jefe de Estado con Xi Jinping para que Sinopharm haga un esfuerzo de producción y no use como variable de ajuste a la Argentina.

Alberto Fernández volvió a hablar con Noubar Afeyan, titular de la empresa farmacèutica Mderna.  Y la respuesta fue casi una obviedad: Afeyan prometió al Presidente que las vacunas de Moderna podrían llegar hacia principios de septiembre.

La ùltima apuersta del gobierno se hizo en Washington. Felipe Solá protagonizó un call con Antony Blinken, secretario de Estado, y solicitó la posibilidad de adquirir las millones de vacunas de AstraZeneca que Estados Unidos guarda en sus depósitos y no utiliza por falta de autorización legal.

Alberto Fernández sabe que Joseph Biden ya envió dosis de AstraZeneca a México y Canadá y aspira a que la Casa Blanca repita idéntico movimiento geopolítico con la Argentina. No tiene inconvenientes en aceptar una donación humanitaria de los Estados Unidos, como sucediò la semana pasada con tres hospitales de campaña enviados desde el,Pentàgono.

Y si finalmente no se corona la donación, el Presidente pagarìa por las millones de dosis de Astra Zeneca que se apiñan en los hangares ubicados en Ohio y Baltimore. Jorge Arguello, embajador argentino en Estados Unidos, se quedó con la misión de continuar las conversaciones que iniciaron en Buenos Aires.

En este contexto de promesa incumplidas y negociaciones contra reloj, Alberto Fernández sólo tiene a mano la predisposición de Putin, un líder político que se formó en la KGB y no tuvo inconvenientes en invadir Crimea, intervenir en las elecciones presidenciales en Estados Unidos y detener a los referentes de la oposición en Rusia. Putin compite con Xi Jimping en su carrera por ocupar espacios geopol`ticos en Amèrica Latina y la Sputnik V es una herramienta de soft power formidable ante el acaparamiento de vacunas que ejecuta Estados Unidos y Europa desde la irrupción mortal del COVID-19. En Argentina, si la vacuna rusa no llega en las cantidades prometidas por el Kremlin, la situación sanitaria podría complicarse en plena segunda ola.

Alberto Fernández descarta que la necesidad de millones de dosis coloque al país en una situación de dependencia de China y Rusia, ante un tablero internacional de máxima incertidumbre económica y social causada por la pandemia del coronavirus. Necesitamos las vacunas. Es lo uicoque importa. El mundo está cambiando, y todos nos necesitamos mutuamente”, aseguró el presidente en Olivos. Por Romàn Lejtman.Fte. Infobae