CRISTINA ATACÓ A TODOS LOS PRESENTES Y NO PRESENTES VALIENDOSE DEL PRINCIPIO DE SUN TZU, “LA MEJOR DEFENSA ES UN BUEN ATAQUE” (EL ARTE DE LA GUERRA)
. En verdad, el papel de víctima lo vendió como una auténtica vendedora que trata de vender un buzón a un cliente que ya está cansado de “comprar buzones”
POR DAVID LEÓN. Como quien siente que se hunde en un mar de incertidumbres, la ex mandataria tiró manotazos de ahogado para todos lados y trató, en su aparente desesperación, de no olvidarse de nadie. Ligó hasta el presidente Macri y el Juez Bonadio.
No fue un discurso más, ella lo sabía y así lo hizo sentir a todos los que escuchábamos atentamente sus palabras, esas palabras que evidenciaron una aparente desesperación por dejar en claro que con su persona se obró con malicia. Si no se conociera un poquito de la historia reciente, la que la tiene acusada de ser la jefa de una asociación ilícita y que cada vez aporta más pruebas que refieren a la veracidad de lo actuado, creeríamos sin lugar a dudas que se está quitando los fueros a una “inocente muchacha peronista”, que lo único que hizo fue mostrarle al país que ella gobernó por y para el pueblo, que de lo único que es culpable es de darle esperanza a los más necesitados. En verdad, el papel de víctima lo vendió como una auténtica vendedora que trata de vender un buzón a un cliente que ya está cansado de “comprar buzones” y ese cliente cansado es el pueblo argentino.
Primeramente, Cristina Fernández lanzó frases como -“Han cambiado la Ley de fueros”- haciendo alusión a que lo han hecho para perjudicarla. Prosiguió sin rodeos y tiró -“Voy a ser la primer senadora allanada, además de ser la primer mujer presidenta y la primer senadora expulsada del bloque oficialista, como verá vocación de hacer cosas inéditas”- finalizó la oración tirándose flores, cual narcisista. Si bien, tiene razones para decir las cosas que expresa, ¿no cree usted que si no le debe nada a nadie, debería mostrarse más tranquila?, es un pensamiento que se me cae a la pasada y me hace mucho ruido. La actual Senadora continuó hablando y por un momento creí que estallaría en una crisis cuando dijo en tono fervoroso -“Somos grandes, mírenme a los ojos y díganme si en serio creen que los empresarios arrepentidos dicen la verdad… ¡¿En serio lo creen?!”- concluyo con un grito desesperado, haciendo referencia a que los arrepentidos mienten. También ironizó con el señor Presidente de la Nación, recordando que es Mauricio Macri, hijo de Franco, primo de Angelo Calcaterra y hermano de Caputo… Ironías que no cayeron del todo bien en el recinto, se podía observar en el rostro de los Senadores oficialistas y aliados, que escuchaban atentamente.
Por último y para ir redondeando sus ideas dijo -“Ningún Senador o Senadora se puede dar por no enterado de la utilización del Poder Judicial como un instrumento de persecución y proscripción de dirigentes populares”- acusación seria y que lanzó sin despeinarse, atacando y haciendo del ataque su mejor defensa, tal como lo establece Tsun Tzu en su libro “El arte de la guerra”, al menos desde lo estrictamente oral. Ella, la flamante Senadora, como una buena artista que sabe pelear batallas en la “guerra política” (si me permiten el término), aún cree que la puede pelear y sacarle jugo a una carrera política que desde lo judicial puede marcar su ocaso, aunque un sector del pueblo argentino piense lo contrario.
Concluyendo, Cristina les pegó a todos y no se olvidó de nadie, incluyendo al Juez Federal Claudio Bonadío, por quien manifestó: -“es un títere, en definitiva”-, dando a entender que los hilos los maneja el actual Presidente de la Nación. Aunque se haya defendido desesperadamente, el discurso de la Senadora solo ha quedado como un adorno más en este proceso judicial, dado que el Senado finalmente autorizó el allanamiento de los inmubles de la Doctora. ¿cómo seguirá esta novela?