EL MUNDIAL DE FÚTBOL DEJÓ MUCHAS ENSEÑANZAS PARA LA SELECCIÓN NACIONAL
Francia hizo todo al revés de argentina y se coronó campeón mundial de fútbol
Despacito se evaporan las burbujas del champagne francés que copan el final de esta aventura rusa perfecta, de una Copa del Mundo tal como la había soñado Vladimir Putin. Pasó el estallido. Ya fueron las celebraciones en el campo y la coronación bajo el diluvio que bañó a esta capital moscovita. También atrás quedaron esos festejos locos en la conferencia de prensa, con el entrenador Didier Deschamps empapado por sus propios jugadores, y en el vestuario, con el presidente galo Emmanuel Macron, siempre con Paul Pogba como comandante de la alegría. Ahora, después de las emociones y en el instante en que empiezan a ganarse su lugar las reflexiones, baja un mensaje feroz que atraviesa a la Selección Nacional. Lo emiten este Mundial que recién acaba y el nuevo dueño del universo futbolero. Las construcciones colectivas se imponen por sobre los fenómenos individuales. Los equipos antes que las estrellas. La organización y la continuidad, primero. Todo lo dice Francia. Todo lo debe escuchar y agendar Argentina. Después, es cuestión de gustos, claro.
¿Cuántos mediocampistas existen en el mundo con el carisma y la sensibilidad de Paul Pogba? Muy pero muy pocos. ¿Cuántos delanteros con la versatilidad, la clase, la generosidad y la productividad de Antoine Griezmann andan recorriendo el planeta? Muy pero muy pocos. ¿Cuántas estrellas con la frescura imparable y el futuro esplendoroso de Kylian Mbappé se encuentran hoy por hoy? Muy pero muy pocos, o casi ninguno.
Ni Pogba ni Griezmann ni Mbappé se ponen por encima de Francia, de una selección que no se ampara para soñar sólo en uno de sus intérpretes. Ellos no aparecen todo el tiempo. Ellos imponen sus calidades de a ratos. Mientras tanto, cuando no inciden en modo relevante en el juego, surge un equipo para sostenerlos. Todo al revés de Argentina y de Messi.
Francia exhibe a un arquero como Hugo Lloris, que mató las desconfianzas que lo acosaban con atajadas decisivas en varios partidos. Su único lunar resultó el blooper en el gol de Mandzukic. Dos marcadores centrales como Raphael Varane y Samuel Umtiti, guerreros para resistir atrás. Un equilibrista en el medio, como Ngolo Kanté, incansable para relevar, anticipar y pasarla con criterio. Dos laterales con notorias cualidades de proyeccióncomo Benjamin Pavard y Lucas Hernández. Todo al revés de Argentina, que llegó a Rusia sin certezas sobre su arquero, sólo con un marcador central afirmado, con inmensas dudas en el puesto de volante central y sin laterales convincentes.
Se da el lujo Francia de cerrar el Mundial sin que haya marcado un gol su centrodelantero Olivier Giroud, algo que no había ocurrido nunca en una selección campeona del mundo. El gigante también juega para el equipo. Tal vez sea el paradigma de ese mandamiento. Todo al revés de Argentina, que condena a sus goleadores por su baja eficacia y, a pesar de contar con Higuaín y Agüero, concluye justamente enfrentando a Francia con un falso “9”.
Este campeón del mundo es el más joven desde Brasil del 70, con una media de edad de 25 años y 10 meses. Todo al revés de Argentina, que redondeó aquí formaciones que rozaban o superaban los 30 de promedio.
A esta Francia la modeló Deschamps, que había sido clave como jugador en la mitad de la cancha en la coronación de hace veinte años en el Saint Denis de París, en la final contra Brasil. Este hombre que recién se convirtió en futbolista y técnico campeón del mundo, algo que sólo habían logrado Mario Zagallo y Franz Beckenbauer, asumió en 2012. Protegió a sus más sensuales individualidades con una idea nítida, tal vez conservador en su propuesta. Podría ser más generoso con el espectáculo, es real y es una pena, tan cierto como que Francia se adapta a diversas realidades del juego: espera, contraataca, presiona si lo necesita, lastima con la pelota parada y siempre da la sensación de que ganará. Todo al revés de Argentina, que cambió cuatro entrenadores en cuatro años y desembarcó en el Mundial sin ningún plan.
A Deschamps hay un grupo de jugadores que le regala cariño y lo respeta. Se notó en cada postal de la celebración. Hasta los suplentes lo abrazaban con un sentimiento especial. Todo al revés de Argentina, que finalizó con la relación entre los jugadores y Jorge Sampaoli deteriorada en su máxima expresión.
En esta selección que Deschamps construyó sólo se destacan nueve sobrevivientes de los finalistas frustrados de la Eurocopa 2016. Aquella vez eran titulares y hoy también lo son Lloris, Umtiti, Pogba, Matuidi, Griezmann y Giroud. En el banco estaba Kanté, ahora clave entre los once. Suplentes eran y lo son Mandanda y Rami. Al cabo, aunque sostuvo al eje de la formación (arquero, un central, dos medios y dos puntas), no tembló el DT en la renovación a pesar de que faltaban apenas dos años para el Mundial. Todo al revés de Argentina, que para reciclar cada puesto recorre siempre un camino de espinas.
Entre todas las premiaciones individuales, Mbappé fue acariciado como la figura joven de este Mundial. Al cabo, la estrella precoz recibió la misma distinción que en Brasil 2014 había sido para Pogba, hoy líder de este campeón del mundo. No es casual. Esfruto de un trabajo serio con los chicos realizado en Clairefontaine, ese centro de entrenamientos de la federación francesa inaugurado en 1988. Diez años más tarde, Francia coronó en su país. Dos décadas después, aquí. Y en el medio, en 2006, un subcampeonato del mundo. Todo al revés de Argentina, que era ejemplo en ese sentido en la época de José Pekerman, pero luego abandonó a los pibes y recién ahora trata de arrancar.
Lo mejor de Francia es que no parece que esta historia llena de gloria se cierre en la final que acaba de ganar. La conclusión la dispara una mirada breve. Mbappé se proyecta como rey del fútbol mundial y llegará a Qatar con 23 años. Ousmane Dembélé, con mínimo protagonismo aquí pero con inmenso futuro, aterrizará con 25. Pavard y Lucas Hernández, con 26. Pogba, Varane y Umtiti lo harán con 29. Griezmann y Kanté con 31. De los titulares, al cabo, sólo deberá reemplazar al arquero Lloris, a Matuidi y a Giroud. En el 2022, con tantas incertidumbres, ¿qué será de Argentina?