Enrique de Rosa Alabaster: «La Argentina no está viviendo esto por casualidad»
Enrique de Rosa Alabaster describió en el programa Prisma, conducido por Jorge Victorero, la figura de la locura en el contexto particular de José López (funcionario de Julio De Vido en el gobierno de Cristina Kirchner) y en la sociedad. La indignación, el absurdo y el tejido social.
«El uso coloquial de la palabra loco, estamos refiriéndonos a una persona que ha perdido el contacto con la vida, con la realidad que llevaba antes, tiene un comportamiento por fuera de la norma esperada, pero por un rango que excede lo que podría ser un estado alterado de humor, emocional… Una persona puede perder su contacto con la realidad de un día para el otro? Si, de hecho pasa en los accidentes de tránsito. El sujeto de golpe se olvida que está en un auto y se olvida que hay otros, en algún punto enloquece, no es inimputable, pero enloquece…»
«El caso concreto de López es muy particular – continuó – La causa por la cual se la está citando es el vencimiento de la tenencia del arma. En un delito de lavado de dinero es difícil hablar de inimputabilidad.»
En Argentina todo resulta raro
«Lo que ocurre en todas estas causas, de hecho la causa Nisman… realmente el funcionamiento de la fiscalía, es extraño que vuelva a la justicia ordinaria, el manejo que hizo Viviana Fein, la parte pericial era muy extraña. La Argentina tiene estas cosas en las que todo resulta raro.
Volviendo al caso López y el dinero encontrado, refirió: «Es una causa de tal magnitud, uno pensaría que la tomarían grandes buffet de abogados, creo que hasta los números necesitan de un equipo contable para entenderlos.»
El trauma argentino
«Lo que viene pasando hace muchísimo tiempo, somos una sociedad atravesada por el trauma… la Argentina no está viviendo esto por casualidad, por décadas y décadas de absurdos. Cuando repetíamos de chico la frase de Ortega y Gasset, de argentinos a las cosas, que en realidad era mucho más amplia. Hasta los extranjeros se encontraba con un país de excesos, de absurdos, de cosas contrastantes, que nosotros después repetimos. Hemos vivido siempre un país de fracciones que nunca lograron conformar una unidad conceptual, de excesos en todo sentido que nos enorgullece: tenemos al Papa, tenemos a Messi y tenemos 40% de pobreza.»
«Si salgo de lo social y lo llevo a lo individual, es exactamente lo que pasa en un individuo traumatizado: no logra, aunque sea en lo mínimo, conceptualizar una unidad en nada, no logra sostener nada en el tiempo, no logra sostener un proyecto, esa fragmentación en la vida psíquica, en lo ampliado es lo que uno ve, está en la historia reciente de la Argentina.
Lo que hay que hacer, es volver a coser ese tejido social fragmentado. Somos una sociedad indigna, ha perdido la capacidad de indignarse. Hemos perdido la cuestión de que el otro sea un digno, vivimos en conflicto permanente con el otro, logramos vivir por parcelas. Esto de Messi no lo traje al azar, aparece Maradona, el héroe popular criticando a nuestro ícono deportivo: la explicación… no podemos tener ni un liderazgo deportivo unificado, todo tiene que ser roto, en conflicto.»
Violencia globalizada
«La Eurocopa ahora está en Francia, es interesantísimo el fenómenos social, terrible para los que viven allá; se ha transformado en un campo de experimentación social de modalidades de los violentos. Casualmente tiene que ver con la globalización de la violencia.
Los Hooligans, los ingleses de bajísima condición social, van borrachos, pelean entre ellos… así los describía «El País». Pero los rusos actúan como grupos comando, los esperaban agazapados, había una lógica casi militar. El delito en Argentina está pasando más o menos lo mismo: los grupos ligados a la droga se están cartelizando, el tema de la violencia no le estamos prestando la suficiente atención. Nos enfocamos en el tema #NiUnaMenos, por ejemplo, pero no nos enfocamos en que la sociedad se ha vuelto extremadamente violenta».
Edición y Gráfica: Infante Antonio para Multimedios Prisma