Sexo y matrimonio: ¿una fórmula difícil de sostener?
“La cotidianeidad muchas veces carcome el deseo en las parejas. La vorágine laboral, la rutina y la escasa capacidad de asombrar al otro apagan la pasión. El sexo se convierte en una tarea más que hay que cumplir”
Los chicos el trabajo, las preocupaciones, el cansancio, la falta de tiempo o de oportunidades suelen ser algunas de las excusas para justificar la falta de contacto sexual. Claro que en la mayoría de los casos son argumentos verdaderos: efectivamente hay que atender a los chicos, cumplir con las responsabilidades y lidiar con posibles angustias y contratiempos de la vida cotidiana. Pero la mayoría de las veces el denominador común sobre el que se alzan los “impedimentos” es la falta de deseo.
Para algunos puede ser difícil y hasta doloroso reconocer que el hombre o la mujer con quien duermen a diario ya no les enciende ninguna pasión, que “se perdieron todas las ganas” e, incluso, la voluntad de generarla.
La cotidianeidad muchas veces carcome el deseo en las parejas. La vorágine laboral, la rutina y la escasa capacidad de asombrar al otro, que implica reactivar las impresiones de deseo, apagan la pasión y suele suceder que el sexo se convierte en una tarea más que hay que cumplir”, dice la sexóloga Susana Machado García.
La especialista cuenta que con frecuencia en su consultorio se encuentra con pacientes que con cierto pesar incluyen al sexo dentro de la lista de actividades que se ‘deben’ realizar en el día: “Me dicen: Llevé a los chicos al colegio, los retiré, fui a trabajar, cociné, puse la mesa, retiré la mesa, lavé los platos y cuando me metí en la ducha pensaba que todavía me faltaba…”.
Distintos estudios señalan que la prevalencia de la falta de deseo en las parejas es de un 40 por ciento aproximadamente. El estrés de la vida cotidiana figura entre las principales causas.
En una encuesta que realizó la marca de preservativos PRIME, el 68% de los hombres dijo que nunca le faltó deseo sexual, frente a un 42% de las mujeres. Y el 59% de los varones respondió que si no tenían ganas de hacer el amor se lo decían a su pareja mientras que el 41% de las mujeres dijeron que, en ese caso, eludían el tema.
“Con los años todo disminuye. Los ancianos no tienen el deseo sexual de los jóvenes. Aparte existe una pérdida de deseo ‘patológica’ debida a medicamentos, anticonceptivos con drosperinona, y conflictos maritales”, señala el sexólogo León Roberto Gindin.
El especialista plantea que hay que entender que la pasión no dura tanto tiempo. Generalmente -dice- se da al principio de una relación y luego se convierte en otras cosas, que no necesariamente desembocan en la cama. “El problema se da cuando existe una discordancia sexual: uno quiere más veces que el otro y entonces no entiende la falta de ganas del compañero y piensa cualquier cosa. Eso a veces crea grandes conflictos”, afirma Gindin.
En un estudio realizado en 2004 por IPSOS, el 25% de las mujeres y el 15% de los hombres encuestados dijeron vivir prácticamente sin relaciones sexuales desde hacía varios meses, y el 26% de ellos indicó ser indiferente a tales relaciones.
¿EL PASO DEL TIEMPO ANULA EL DESEO?
Para la psicóloga especialista en parejas, María de Jesús Ferrero, el paso del tiempo no puede funcionar como excusa para la pérdida del deseo, lo que sucede, dice, es que éste se va transformando. “Una pareja que sostiene un vínculo de larga data va mutando no solo en lo personal, sino también en la manera particular que tiene cada uno de llevar adelante el encuentro diario con el otro”, dice.
La especialista sostiene que los lazos de amor se ven atravesados por una realidad social, política y económica que dificulta el encuentro con el otro tanto en lo simbólico como en lo físico. Por lo tanto, plantea, para que se mantenga el deseo es necesario motivarlo.
“La ‘cotidianeidad’ con el otro muchas veces hace que se naturalicen dificultades o desencuentros que tal vez podrían ser puestas en cuestión a partir de repensar que tiempo no es igual a rutina, que el tiempo en realidad puede ser un aliado para el mejor conocimiento del otro y de uno mismo”, señala Ferrero.
Los especialistas advierten sobre la importancia de detectar el problema a tiempo. Sostienen que comunmente a los integrantes de la pareja les cuesta asumir o detectar que algo marcha mal en la intimidad: “A veces no registran esto que les está pasando. La insatisfacción sexual se manifiesta como otros problemas. Se quejan de los gastos, de las cosas cotidianas, se sienten frustrados y no saben bien por qué es. Aparece una sensación de insatisfacción generalizada e indefinida”, señala Machado García.
La sexóloga sostiene que muchas veces el problema se evidencia con alguna situación externa. “Por ahí recién se registra la falla cuando aparece un otro u otra y se despiertan sensaciones que parecían dormidas. A veces las situaciones de afuera hacen que uno se de cuenta de que algo no anda bien en la pareja”, afirma.
“La pasión no es la misma en el primer tiempo de una relación que después de cinco años y cuando hay hijos. Pero hay que darle importancia porque es parte de la comunicación. A veces no se dicen las cosas con palabras, pero el malestar se manifiesta en la cama. Hay que estar atentos”, alerta Machado García.
¿SE PUEDE REACTIVAR LA PASIÓN?
Las especialistas coinciden en que la falta de ganas no son tanto un problema como cuando además falta la voluntad de generala. Afirman que en esos casos ya no se puede hacer nada.
Por el contrario, si todavía no se perdió la voluntad de trabajar para recuperar la pasión de la pareja, recomiendan implementar algunas estrategias: “Es importante que se escuchen, que puedan “negociar” una manera singular de encontrarse teniendo en cuenta que el deseo está en constante movimiento, y por consiguiente uno está en su constante búsqueda. Solo se trata de dar un lugar a las necesidades propias y a las que puede manifestar el otro”, afirma Ferrero.Fte.eldía