viernes 22 de noviembre de 2024 02:39:17

Ante la poca ficción, los realities, ¿repiten la fórmula de las novelas clásicas?

Para que exista un bueno con el que la gente se identifique, es necesario que haya una figura antagonista que ponga «palos en la rueda»

0013101720En la televisión, realidad y ficción se mezclan constantemente y aunque se hable de cosas reales, el guión (aunque no esté escrito) siempre está presente y la fórmula de los clásicos culebrones se repite en los realities.

Para que exista un bueno con el que la gente se identifique, es necesario que haya una figura antagonista que ponga «palos en la rueda». Los buenos son muy buenos y los malos muy malos, pero al final terminan mostrando su corazón. En la televisión como en la vida, aquellos a los que todo les costó tienen que tener su revancha.  MasterChef:

Si bien la cocina es la protagonista, el reality tiene roles bien definidos. Por un lado el «malo», que podría ser Alejo, que semana a semana hace más fuerte su personaje. Incluso sus comentarios soberbios hacia sus compañeros y el haberlos tildado de «rústicos», hacen engrandecer a los buenos.

Matías, en su momento cumplió el mismo rol y no se destacaba por su desempeño en la cocina sino por sus críticas a sus compañeros.

De la otra vereda están los «buenos», aquellos a los que les costó llegar y buscan con la victoria en el juego la revancha que la vida aún no les dio, como fue el caso de Elba el año pasado y este año podrían ser Francisco y Jacinto.

El primer día Francisco enamoró al jurado con un plato de su infancia y automáticamente su historia ganó un lugar en el juego.

Por otro lado están los «antihéroes«, divertidos y queribles, que tal vez no lleguen a ganar ni a tener el rol protagónico, pero sí el cariño de la gente. Podría ser el caso por ejemplo de Sebastián, que semana a semana tuvo problemas para superar las pruebas: es bueno, se preocupa por sus compañeros, llora, el jurado lo reta y hasta sufre accidentes (un día se quemó las manos al atajar una bandeja). Este personaje haría las veces de «amigo bueno del protagonista».

En la versión Junior del programa también se pueden observar los roles, aunque por tratarse de niños, no están tan marcados.

Gran Hermano:

Aunque en el reality de América los roles no están tan definidos, cada participante cumple un papel en la historia y muchas veces los roles van rotando.

Brian, por ejemplo, es el chico bueno, al que las cosas le costaron y como en las mejores telenovelas, es el personaje pobre que se enamora de la chica rica, Marian, fórmula que nunca falla.

Si bien no hay «malos» definidos, Matías puede cumplir muy bien la función, silencioso, el joven hace irritar a todos los participantes y hace las veces de figura antagonista.

Angie, que tuvo un paso corto por el ciclo, cumplía un rol parecido al de Brian, con una historia de vida dura. Fte.Infobae