Cinco decisiones que salvaron exitosas películas
Cuando se trabaja en una película, el director y sus productores tienen muchas decisiones que tomar. Qué actores elegir para el guión, dónde es mejor filmar, cuándo, definir con qué presupuesto se cuenta, etc y, por supuesto, resolver imprevistos de último momento. Son pulpos intentando asegurar que el producto final pueda convertirse en un éxito taquillero y cumpla con sus propias expectativas a la hora de contar la historia que querían.
Aquí, sólo una muestra de cinco grandes golpes de timón de producciones taquilleras…
Inicialmente, el actor Stuart Townsend fue contratado para ser Aragorn en la trilogía El señor de los anillos. Sin embargo, el día anterior a las fotos oficiales, el director Peter Jackson decidió reemplazarlo por Viggo Mortensen porque le parecía mejor opción. Para disgusto de Townsend, el instinto de Jackson fue acertado y Mortensen se convirtió en un gran Aragorn, ya que supo imprimirle al personaje cantidades adecuadas de tenacidad, rudeza, experiencia y compasión. Los fans de esta historia lo amaron y ahora resulta difícil imaginar cualquier otro actor dando el emocionante discurso pre batalla del retorno del rey: «Pudiera llegar el día en el que el valor de los hombres decayera, en el que olvidáramos a nuestros compañeros y se rompiesen los lazos de nuestra comunidad, ¡pero hoy no es ese día!». Inspirador.
El film Tiburón de Steven Spielberg es considerada una gran película y mucho de su crédito se lo llevan las intensas y emocionantes escenas de suspenso. Uno de los aspectos más destacables de esta producción es que el tiburón no se ve hasta la mitad de la historia. La audiencia sólo ve nadadores correr hacia afuera del agua por un peligro inminente, imaginando feroces ataques. Esto elevó el desconcierto y el suspenso. Lo que en realidad no se sabe es que esto ocurrió gracias a un feliz accidente: el tiburón mecánico que iban a usar en el rodaje presentó múltiples problemas y fallas. Por eso, en un esfuerzo por salvar el proyecto, Spielberg volvió a las obras de Alfred Hitchcock y encontró una manera de contar la historia sin mostrar al tiburón demasiado salvo cuando fuera estrictamente necesario. Resultó mejor que contratar a un adiestrador de tiburones y utilizar uno real para las escenas… ¿No creen? Robert Downey Jr. es el actor indiscutible del universo cinematográfico de Marvel, convirtiéndose en sinónimo de su personaje Tony Stark, desde que se vio la películaIron Man, en 2008. Pero, por absurdo que pueda parecer ahora, Marvel Studios, que temía que el actor no pudiera comprometerse debidamente, pensó en un momento en otra figura para interpretarlo. Pese a que el director Jon Favreau avalaba a Downey Jr.,Tom Cruise fue uno de los nombres considerados por el gigante cinematográfico para el papel de Iron Man y aunque se mostró interesado al principio, luego su atención quedó capturada por La guerra de los mundos (2005). Finalmente, y a pesar de las dudas iniciales, Downwey Jr. se apropió de este superhéroe, que además le permitió redimirse de su problemático pasado.
Después de trabajar con Harrison Ford en numerosas ocasiones, George Lucas quería evitar contratar al actor para su próximo proyecto y al hacer el primer film de la saga Indiana Jones, propuso a Tom Selleck para el papel principal. Incluso dijo que no podía ver a nadie más en ese rol. Sin embargo, un amigo de Lucas y el director de la película, Steven Spielberg, sí podría.
El inolvidable actor de Magnum se vio obligado a abandonar el proyecto por compromisos firmados con anterioridad, pese a que ya había hecho escenas de prueba que habían quedado a la perfección. Lucas tenía que encontrar entonces un reemplazo rápido. «Una noche -recordó Spielberg al hablar sobre este tema – supe que Harrison Ford podía ser un excelente Indiana Jones. Llamé a George Lucas diciéndole que habíamos tenido todo el tiempo al protagonista delante de nuestras narices y me dijo: ´Lo sé, es Harrison Ford´. Habíamos tenido la misma idea». El resto es historia.
El director de Volver al Futuro Robert Zemeckis sabía que Michael J. Fox era su Marty McFly, pero había un problema: al actor no lo autorizaban a tomarse un impasse desde la cadena de televisión para la que trabajaba [estaba haciendo la exitosa serie Lazos familiares] porque lo consideraban clave en el éxito de esta producción. Por lo tanto, Zemeckis tuvo que cambiar de planes y eligió como protagonista de esta historia a Eric Stoltz. ¿Qué pasó entonces? Con un mes de producción sobre las espaldas, el director se dio cuenta que su actor principal no era lo que buscaba y decidió volver tras sus pasos. Así entró nuevamente en escena Fox, quien encontró la forma de cumplir con los tiempos de la tele y de la película. Ahora si hablamos de presupuesto contratarlo a Michael fue más costoso para el proyecto porque su cachet era más elevado, pero claramente valió la pena, hizo de su Marty McFly un personaje inolvidable.