Al final el gobierno decidió que Boudou presida el acto en Tucumán
Hay un cambio de táctica urdida en la Quinta de Olivos. Al menos por ahora. Luego de evitar mostrarlo, Boudou reemplazó a Cristina Kirchner ayer, lo hará mañana, a priori con discurso obligado, y encabezará la sesión en el Senado al otro día.
Al mediodía quedó claro que el Gobierno prefería pagar el costo político de mostrarlo antes que el de ocultarlo tras su procesamiento en la causa Ciccone. En representación de Cristina Fernández de Kirchner, por su reposo médico que mañana cumplirá una semana, al final Amado Boudou fue el encargado de agasajar al mandatario armenio Serzh Sargsyas ante los flashes.
Entre otros funcionarios, en el almuerzo en la Cancillería, era de la partida el presidente provisional del Senado, Gerardo Zamora, el segundo en la línea de sucesión. Y, según había adelantado horas antes el gobernador anfitrión, José Alperovich, quien iría al acto por el Día de la Independencia a Tucumán en lugar de la jefa de Estado, con excusa; y del Vice, sin justificativo salvo el operativo ocultamiento. Por lo que entre el dicho y el hecho saltaba una contradicción en la estrategia oficial que, recién por la tarde, quedó saldada: al no poder evitarlo y salir airoso en el intento, Boudou subirá al escenario del festejo oficial del 9 de Julio.
La incógnita sobre su presencia en la celebración patria surgió desde que el último parte médico presidencial, relevando la evolución de la ?faringolaringitis aguda severa?, estimaba un reposo ?hasta el miércoles inclusive?. El protocolo indicaba que Boudou debía ocupar la silla que dejaría vacante Cristina Kirchner. Sin embargo, en plena táctica para exponer lo menos posible al Vice, los rumores surgieron. A pesar incluso de que el titular del Senado aún mantenía en agenda el viaje.
Alperovich pareció dar crédito a las versiones cuando confirmó que Zamora sería la máxima figura institucional en el evento, según publicó La Gaceta de Tucumán. El mandatario provincial afirmó haber recibido la orden de Cristina Kirchner por teléfono. También descartó la visita de los cuatro presidentes latinoamericanos invitados.
«?Por ahora va. Nadie nos indicó lo contrario?», intentaban disipar las dudas que Alperovich había convertido en certezas en el despacho de Boudou. Cerca del ex ministro de Economía recriminaban ?»operaciones internas?» dentro del kirchnerismo para explicar la supuesta confirmación de su ausencia. La única información del Gobierno había sido la esquiva respuesta del Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, al prometer en su conferencia matutina que con el correr de las horas se detallaría la comitiva que viajaría a San Miguel de Tucumán.
A esa altura, analizaban en distintos despachos, tanto en los que respaldan como en los que huyen del Vice cuestionado, peor era un injustificable faltazo a un discurso de Boudou por cadena nacional. Sin viaje protocolar programado (como el oportuno paso por Cuba mientras el juez Ariel Lijo dictaba procesamiento) ni enfermedad de último minuto, su eventual ausencia en el acto patrio revelaría como nunca antes hasta qué punto el caso Ciccone afecta al Gobierno.
Por otro lado, gracias a la fiebre mundialista, la óptica kirchnerista apuesta al vaso medio lleno. ?»Si hay un día que estás obligado a mostrarlo (a Boudou), ¿qué mejor que a horas de que la Selección juegue la semifinal?»?, reflexionó una fuente oficial, anticipando una polémica mediática licuada apenas toque la pelota Lionel Messi.
Hay un cambio de táctica urdida en la Quinta de Olivos. Al menos por ahora. Luego de evitar mostrarlo, Boudou reemplazó a Cristina Kirchner ayer, lo hará mañana, a priori con discurso obligado, y encabezará la sesión en el Senado al otro día. Resta ver si se mantiene la próxima semana, con el viaje presidencial a Brasil para la Cumbre del BRICS. El Vice volverá a quedar al frente del Poder Ejecutivo. Pero ahora procesado. Algo que la faringolaringitis evitó que ya ocurriera el miércoles pasado, cuando volvió al país.Fte.cronista.com