viernes 22 de noviembre de 2024 13:13:47

Las chicas toman diez veces más que el límite tolerado por su cuerpo

El rol de la mujer viene mutando generación tras generación y el alcohol –especialmente entre adolescentes y mujeres jóvenes– se convirtió en un aliado para bajar las barreras de la inhibició

mujeres-tomando¿Qué se espera de una chica que llega con sus amigas a un boliche? ¿Se espera el mismo rol pasivo que hace décadas, cuando el hombre tenía que “buscarla” toda la noche para ganarse, a lo sumo, un beso? ¿O se espera otra cosa: por ejemplo, que no pretenda que le paguen un trago, que se muestre autosuficiente, que encare y que no tenga pruritos morales a la hora de irse con alguien que acaba de conocer? El rol de la mujer viene mutando generación tras generación y el alcohol –especialmente entre adolescentes y mujeres jóvenes– se convirtió en un aliado para bajar las barreras de la inhibición y cumplir con lo que ahora se espera de ellas. Eso es lo que dicen los expertos, las estadísticas dicen el resto: la mayoría de las mujeres toma durante una previa 10 veces más de lo adecuado para su metabolismo.

¿Qué se espera de una chica que llega con sus amigas a un boliche? ¿Se espera el mismo rol pasivo que hace décadas, cuando el hombre tenía que “buscarla” toda la noche para ganarse, a lo sumo, un beso? ¿O se espera otra cosa: por ejemplo, que no pretenda que le paguen un trago, que se muestre autosuficiente, que encare y que no tenga pruritos morales a la hora de irse con alguien que acaba de conocer? El rol de la mujer viene mutando generación tras generación y el alcohol –especialmente entre adolescentes y mujeres jóvenes– se convirtió en un aliado para bajar las barreras de la inhibición y cumplir con lo que ahora se espera de ellas. Eso es lo que dicen los expertos, las estadísticas dicen el resto: la mayoría de las mujeres toma durante una previa 10 veces más de lo adecuado para su metabolismo.

Los datos provienen de un trabajo hecho entre mujeres de entre 16 y 22 años por el Centro Médico Fundación DAAT a la salida de colegios y universidades. “Las mujeres metabolizan menos el alcohol que los hombres, por eso un consumo adecuado en una mujer es de 125 cc. por día de alcohol, el equivalente a una copa de vino tinto,mientras que para el hombre es del doble”, explica Viviana Baranchuk, médica nutricionista y directora de la investigación. Ahora bien: según el trabajo, el 85% de las chicas consultadas toma en una previa un promedio de 1.250 cc.

“Toman para deshinibirse y no sólo en la previa del boliche sino en la previa de cualquier situación que les genere tensión emocional. Un ejemplo es tomarse unas copas de vino antes de una cita”, agrega Baranchuk. Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para el estudio de la Mujer (FEIM) suma: “Lo que obtienen es una desinhibición momentánea. Hoy, una chica que no tiene rápidamente relaciones sexuales es considerada una mojigata y es marginada. Es lamentable que vivan el ejercicio de la sexualidad como una forma de no quedar relegadas: el placer no existe”.

“Hombres y mujeres están reinventandose. Entre otras cosas, están poniendo en crisis el modelo de las relaciones sentimentales, que ya no son de una vez y para siempre. Eso nos lleva a una contradicción fuerte entre lo que acarreamos como sociedad y este nuevo espíritu de vivir el momento”, dice José Moreno, sociólogo y miembro del Observatorio de la Subsecretaría de atención a las adicciones de la Provincia. “En esa búsqueda, el alcohol tiene efectos deshinibiotrios, relaja, permite que el sujeto se libere y ayuda a romper ciertas taras de esta contradicción. Pensemos en una mujer que hoy tiene ganas de salir y pasar una noche con alguien desligada de un vínculo sólido y a largo plazo: el alcohol ayuda a adormecer las reglas y las condenas que se imponen”.

Deshinibirse no es, sin embargo, la única razón por la que las mujeres toman. Y muchas veces, eso que comienza en la adolescencia por diversión termina convirtiéndose en lo que se llama “consumo problemático” con el paso del tiempo (ver aparte). El gobierno de la Provincia estudió a las mujeres atendidas en el último año por consumo problemático de alcohol y preguntó, entre otras cosas, por qué toman. El 44% contestó “por conflictos familiares”, el 15% por “soledad”. El resto, para “estimularse”, “vivir nuevas experiencias” y por la “presión grupal”.

¿Toman más que antes las mujeres? “Aumentó muchísimo el porcentaje de chicas que llegan con una intoxicación alcohólica y ya es parejo con la cantidad de varones. Además, por su metabolismo, la mujer necesita menos alcohol que el varón para tener una intoxicación alcohólica grave”, dice Martha Braschi, toxicóloga del Hospital Fernández y del Gutiérrez.

“Llegan desde los 14 años, algunas caminando mal o comiéndose las vocales, otras directamente en coma. Si pueden hablar, cuentan que tomaron bebidas de alta graduación, pero lo que me sorprende es cómo cambió la mirada frente al hecho de estar borrachas: en mi época, si vos te emborrachabas eras una papelonera mientras que ahora, si no estás borracha sos una ‘careta’. Empiezan a tomar para deshinibirse, sí pero ¿cuándo lo lograron, terminan de tomar? No: terminar de tomar es volcar, vomitar, hacerse pis en encima”.

Lo de hacerse pis encima no es una forma de decir. La idea detrás de las fiestas “Mea culpa” (ver recuadro), por ejemplo, es ésta: la barra es libre hasta que alguien no aguanta más y entra al baño a hacer pis. Cuando eso pasa, se corta el alcohol. ¿Qué hacen algunas chicas para no ser responsables de eso? Cuando no aguantan más, se agachan, se corren la bombacha y hacen pis en algún rincón del boliche.

“Las mujeres metabolizan menos el alcohol que los hombres, por eso un consumo adecuado en una mujer es de 125 cc. por día de alcohol, el equivalente a una copa de vino tinto,mientras que para el hombre es del doble”, explica Viviana Baranchuk, médica nutricionista y directora de la investigación. Ahora bien: según el trabajo, el 85% de las chicas consultadas toma en una previa un promedio de 1.250 cc.

“Toman para deshinibirse y no sólo en la previa del boliche sino en la previa de cualquier situación que les genere tensión emocional. Un ejemplo es tomarse unas copas de vino antes de una cita”, agrega Baranchuk. Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para el estudio de la Mujer (FEIM) suma: “Lo que obtienen es una desinhibición momentánea. Hoy, una chica que no tiene rápidamente relaciones sexuales es considerada una mojigata y es marginada. Es lamentable que vivan el ejercicio de la sexualidad como una forma de no quedar relegadas: el placer no existe”.

“Hombres y mujeres están reinventandose. Entre otras cosas, están poniendo en crisis el modelo de las relaciones sentimentales, que ya no son de una vez y para siempre. Eso nos lleva a una contradicción fuerte entre lo que acarreamos como sociedad y este nuevo espíritu de vivir el momento”, dice José Moreno, sociólogo y miembro del Observatorio de la Subsecretaría de atención a las adicciones de la Provincia. “En esa búsqueda, el alcohol tiene efectos deshinibiotrios, relaja, permite que el sujeto se libere y ayuda a romper ciertas taras de esta contradicción. Pensemos en una mujer que hoy tiene ganas de salir y pasar una noche con alguien desligada de un vínculo sólido y a largo plazo: el alcohol ayuda a adormecer las reglas y las condenas que se imponen”.

Deshinibirse no es, sin embargo, la única razón por la que las mujeres toman. Y muchas veces, eso que comienza en la adolescencia por diversión termina convirtiéndose en lo que se llama “consumo problemático” con el paso del tiempo (ver aparte). El gobierno de la Provincia estudió a las mujeres atendidas en el último año por consumo problemático de alcohol y preguntó, entre otras cosas, por qué toman. El 44% contestó “por conflictos familiares”, el 15% por “soledad”. El resto, para “estimularse”, “vivir nuevas experiencias” y por la “presión grupal”.

¿Toman más que antes las mujeres? “Aumentó muchísimo el porcentaje de chicas que llegan con una intoxicación alcohólica y ya es parejo con la cantidad de varones. Además, por su metabolismo, la mujer necesita menos alcohol que el varón para tener una intoxicación alcohólica grave”, dice Martha Braschi, toxicóloga del Hospital Fernández y del Gutiérrez.

“Llegan desde los 14 años, algunas caminando mal o comiéndose las vocales, otras directamente en coma. Si pueden hablar, cuentan que tomaron bebidas de alta graduación, pero lo que me sorprende es cómo cambió la mirada frente al hecho de estar borrachas: en mi época, si vos te emborrachabas eras una papelonera mientras que ahora, si no estás borracha sos una ‘careta’. Empiezan a tomar para deshinibirse, sí pero ¿cuándo lo lograron, terminan de tomar? No: terminar de tomar es volcar, vomitar, hacerse pis en encima”.

Lo de hacerse pis encima no es una forma de decir. La idea detrás de las fiestas “Mea culpa” (ver recuadro), por ejemplo, es ésta: la barra es libre hasta que alguien no aguanta más y entra al baño a hacer pis. Cuando eso pasa, se corta el alcohol. ¿Qué hacen algunas chicas para no ser responsables de eso? Cuando no aguantan más, se agachan, se corren la bombacha y hacen pis en algún rincón del boliche.