TIERRA SANTA: Francisco se detuvo a rezar en el muro que separa a Cisjordania e Israel
El Papa bajó de su coche y se detuvo unos minutos frente al alto muro de hormigón, en un punto donde se halla una torre de vigilancia. Allí apoyó su frente y oró ante la multitud atónita que lo miraba.
Francisco recorrió la ciudad de Belén en un auto descapotable, saludó a la multitud y se dirigió hacia la plaza Manger. En el camino, sorprendió a todos cuando se detuvo para rezar ante el muro que separa a Cisjordania de Israel. El Papa bajó de su coche y se detuvo unos minutos frente al alto muro de hormigón, en un punto donde se halla una torre de vigilancia. Allí apoyó su frente y oró ante la multitud atónita que lo miraba.
La construcción del muro, que Israel reivindica como medida para frenar los atentados en su territorio, comenzó en 2002 y deberá alcanzar a su término unos 712 kilómetros. La Corte Internacional de Justicia exigió en julio de 2004 su desmantelamientos por considerar «ilegal» su construcción.
Más temprano, el Sumo Pontífice se reunió con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, y, a la salida del encuentro, advirtió que «ya es hora de poner fin a esta situación que se hace cada vez más inaceptable». «Que se redoblen los esfuerzos y las iniciativas para crear las condiciones de una paz estable, basada en la justicia, en el reconocimiento de los derechos de cada uno y en la recíproca seguridad», reclamó.
«Ánimo a los pueblos palestino e israelí, así como a sus respectivas autoridades, a emprender este feliz éxodo hacia la paz con la valentía y la firmeza necesaria para todo éxodo», alentó.
Luego, en medio de un fuerte operativo de seguridad, Francisco recorrió los territorios palestinos y celebró una misa en Belén frente a la Basílica de la Natividad, lugar donde, según la tradición, María dio luz a Jesús. Allí, el Papa convocó a las autoridades israelíes y palestinas a un encuentro por la paz a realizarse en el Vaticano. «Construir la paz es difícil, pero vivir sin paz es un tormento», advirtió.
«Dirijo una invitación a usted, Mahmoud Abbas, y a Shimon Peres (presidente de Israel), para elevar junto a mí una inmensa plegaria implorándole a dios por la paz. Ofrezco mi casa en el Vaticano para que se realice este encuentro de oración», dijo el papa Francisco desde el escenario montado en la plaza Manger, frente a la Basílica de la Natividad, una vez que concluyó la misa.