JUSTICIA: Estoy convencido mi cliente es inocente ahora tengo que convencer al Juez
Artículo producido por el Abogado penalista Dr. Hugo López Carribero. El caso ha dado un giro inesperado. Estoy convencido, mi cliente es inocente. Ahora tengo que convencer al juez.
La creación escrita siempre fue solo un pasa tiempo para mi. Yo no soy
escritor, soy abogado penalista. La diferencia se ilustra de manera muy
pertinente mediante el contraste entre quien dice que desea ser escritor
(aquí no estoy yo), y quien afirma que desea escribir (como yo). La
primera persona desea ser reconocida en las reuniones sociales, mientras
que la segunda se prepara para pasar, gratuitamente, muchas horas de
soledad delante de su escritorio; la primera busca posición, la segunda un
proceso; la primera desea ser, la segunda hacer.
No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y
decirlo. Oscar Wilde.
El abogado penalista es la persona que, con título universitario, se
dedica a defender en juicio los intereses de los litigantes y también de
aconsejar sobre cuestiones jurídicas.
En este marco, la mayor cantidad de escritos, fuera de mi profesión, la
realizo durante el verano, y es por eso que sugiero a todo el mundo que
deje descansar a su abogado durante el mes de enero, en toda la feria
judicial. Cuando él regrese va a estar con mayor lucidez mental y mejor
ánimo para darle solución a su problema.
El arte del escritor es una tarea muy noble. Yo no me siento capacitado
para ser escritor. Pero dejo por escrito los pensamientos y las vivencias
de un abogado especializado en Derecho penal y en criminología, un área
vidriosa de la comunidad jurídica. Pienso, pero no soy un pensador,
escribo pero no soy un escritor.
Entiendo estos escritos de esta manera. Con la convicción de que los cosas
no son como las vemos, sino que las vemos como somos. Si los psiquiatras
oyeran mis pensamientos, en muchas ocasiones con seguridad aseverarían la
necesidad de darme un largo tratamiento. Somos muchos los que estamos en
esa vereda.
He recibido críticas, de todo tipo por lo que escribo, especialmente por
mi publicación anterior “Cuentos Carcelarios”.
Muchas veces la ira invadió mi temperamento y tuve el impulso de vengarme
de aquellos difamadores consuetudinarios. Sin embargo, más tarde terminé
comprendiendo que el olvido suele ser la manera mas refinada de la
venganza. Es este marco hay saber diferenciar la sonrisa bondadosa de la
risa burlona. Usted lector, pruebe olvidar, y si lo logra, además sanará
su propia alma.
Sin embargo yo nunca dudo que un grupo reducido de personas pueda cambiar
el mundo. Después de todo siempre fue así.