viernes 22 de noviembre de 2024 13:34:26

JUICIO DE AMIA: El gobierno da un giro en su política exterior

amia En un cambio sustancial de su política exterior, el gobierno de Cristina Kirchner enfrió en las últimas semanas su relación con Irán y, como contrapartida, estrechó los lazos con Israel, enemigo histórico del régimen de Teherán. Este zigzagueo en la estrategia diplomática del Gobierno tiene como telón de fondo la causa judicial por el atentado contra la AMIA.

Según confiaron a LA NACION cinco fuentes diplomáticas de primer nivel, la Cancillería suspendió el diálogo con Irán ante la nula respuesta del gobierno de Hassan Rohani para avanzar con el memorándum de entendimiento por la causa AMIA. El canciller Héctor Timerman llegó incluso a admitir que el diálogo con Irán por el polémico acuerdo está estancado . En el Palacio San Martín dijeron que en los hechos esto significa que los mensajes diplomáticos que hasta diciembre mantenían reservadamente ambos países se cortaron.

Este clima de frialdad se pudo percibir claramente el martes pasado, cuando el encargado de negocios de Irán en Buenos Aires, Ahmad Reza Kheirmand, ofreció en el Hotel Alvear un agasajo por el día nacional de su país: no hubo ni un solo funcionario del Gobierno. Apenas unos pocos diplomáticos de segunda línea de la Cancillería se acercaron al lugar y admitieron por lo bajo que el diálogo entre Buenos Aires y Teherán «está roto».

En paralelo, la Argentina tendió nuevos puentes con Israel, que despejan el clima de tensión que hasta hace poco tiempo existía entre ambos países.

Hay varias muestras concretas de que el vínculo ha mejorado sustancialmente. Entre otras señales, se prevén visitas de alto nivel político, habrá tareas de cooperación en materia de derechos humanos, un diálogo bilateral en asuntos jurídicos y una negociación que estaría por concretarse para la compra de aviones militares israelíes por parte de la Argentina.

Los gestos de la Casa Rosada a Israel e Irán son interpretados por analistas como una muestra de la falta de una política exterior clara y uniforme.

«Hay muy buen clima con Israel y estamos mucho mejor que antes», dijo a LA NACION un allegado al canciller Héctor Timerman. El parámetro «mejor que antes» que utilizó el funcionario del Palacio San Martín tiene que ver con la tensión que hace un mes y medio se desató con Tel Aviv. Esto fue cuando el ex embajador de Israel en Buenos Aires Itzhak Aviran afirmó que «la gran mayoría de los culpables [del atentado contra la AMIA] ya está en el otro mundo», y atribuyó esa acción a su Estado.

En ese entonces el Gobierno exigió a Israel que entregue cualquier información que tenga sobre el ataque y Timerman calificó los dichos de Aviran de «una extrema gravedad». Inmediatamente, la diplomacia de Tel Aviv hizo entender a la Argentina que las expresiones de Aviran corrieron a título personal y explicó que «están lejos del espíritu que impera en el gobierno israelí».

Una fuente diplomática israelí consultada por LA NACION expresó que ambos países dieron por superado el incidente desatado por los dichos de Aviran y remarcó: «Israel y la Argentina ya marchan juntos hacia una nueva etapa de acercamientos».

Para dar por superado ese momento, el 18 de marzo próximo llegará a Buenos Aires un funcionario de fuerte peso del gobierno de Benjamin Netanyahu. No trascendió aún el nombre y cargo del enviado de Tel Aviv, pero se sabe que llegará para participar del acto de conmemoración de los 22 años del atentado contra la embajada de Israel en la Argentina, que se hará un día después de la fecha real en que ocurrió ese ataque terrorista en 1992.

La visita del funcionario de Netanyahu también contemplará un encuentro con autoridades de la administración de Cristina Kirchner, para repasar la marcha de las relaciones entre ambos países.Fte.textuallanación