POLITICA: A la Presidenta no le importa la investigación sobre sus actos de campaña
En La Matanza Cristina aprovechó el buen tiempo y desembarcó junto a Martín Insaurralde y otros candidatos K en el distrito con mayor peso electoral de la provincia de Buenos Aires, conducido por el ultra K Fernando Espinoza.
Desde que subió al escenario, Cristina se mostró muy suelta, despreocupada. Primero sonrió cuando su delfín, Insaurralde, dijo que el líder del Frente Renovador Sergio Massa y algunos otros opositores “morían porque el dedo (de Cristina) los señalara para ser el candidato K”. Luego, ya frente a los micrófonos y flanqueada por sus ministros, se refirió a la denuncia que presentaron Ricardo Gil Lavedra, Alfonso Prat Gay y otros precandidatos de UNEN. “ Cada vez que hay una campaña, empiezan con estas cosas. Pero yo tengo el cuero duro”, advirtió.
Enseguida, a modo de queja, comenzó a enumerar algunas de las causas que rozaron al kirchnerismo en los años electorales. Así, mencionó el caso Skanska (¿Cómo se llamaba esa causa con nombre de Yogur?”, bromeó) y denunció que en 2011, antes de las presidenciales, “intentaron manchar” a la titular de Madres de Plaza de Mayo Hebe de Bonafini con el escándalo Schoklender.
Afortunadamente para Amado Boudou, quien siguió el discurso al lado del gobernador Daniel Scioli, Cristina omitió referirse a Ciccone. Al vicepresidente pareció no importarle que esta semana la Justicia le negó el sobreseimiento por ese caso y en pleno acto hasta se animó a cantar y saltar contra Clarín.
Mientras Cristina volvió a hacer un repaso de la “década ganada”, el fiscal Di Lello rechazó cualquier intencionalidad política detrás de su decisión. “Hay una ley y a mí me pagan para aplicar la ley.
La denuncia me pareció correctísima y por eso le di curso ”, indicó en diálogo con radio América. Asimismo, si bien subrayó que para estos casos el Código Electoral prevé una inhabilitación de uno a diez años para ejercer cargos públicos, advirtió que “primero hay que verificar los hechos, y ver después si lo que dijo (Cristina) es interpretable como acto de campaña y ver que eso no contradiga otra responsabilidad que ella tiene como Presidente”.
Lo concreto es que el cierre del discurso que Cristina pronunció ayer volvió a tener un fuerte tono electoralista y estuvo casi dedicado exclusivamente a asegurar votos para la lista K.
“Aún falta un montón, pero lo que falta se hace profundizando este proyecto y no con un proyecto antagónico. Se hace con fuerza y coraje, con Martín (Insaurralde), Juliana (Di Tullio) y Verónica (Magario) que con orgullo van a sentarse en las bancas del Frente para la Victoria, que nunca traicionó al pueblo”, señaló.