VENEZUELA: El gobierno recorta espacios a la libertad de prensa
En Venezuela las derrotas de los bandos enfrentados desde hace casi tres lustros se miden por las bajas sufridas en el control de los medios de comunicación. El pasado fin de semana la oposición parece haber perdido definitivamente la última baza de la televisión, el canalGlobovisión, que en mucho contribuyó a romper el consenso que el chavismo pretende imponer en torno a su proyecto.
Todo empezó el viernes por la noche cuando el periodista FranciscoKico Bautista, uno de los frontales opositores al régimen, decidió transmitir en su programa “Buenas Noches” parte de una intervención del líder opositor Henrique Capriles, que en las horas previas no había sido emitida en directo como era costumbre. El sábado por la tarde las redes sociales se hicieron eco del posible despido de Bautista por desobedecer la orden de la nueva directiva de impedir la salida de Capriles.
El domingo la mujer de Bautista, la también periodista Ibéyise Pacheco, confirmó el rumor. Para sorpresa de la audiencia opositora Capriles se pronunció sobre el despido cuestionando la decisión y el origen de la fortuna de uno de los propietarios de la planta, Raúl Gorrín. Sus palabras fueron casi el epitafio sobre la lápida de un canal que se caracterizó por su estilo combativo. “A los trabajadores de Globovisión mi eterno agradecimiento por habernos permitido una ventana para hablarle a nuestro pueblo”.
Después de las elecciones presidenciales del 14 de abril el canal pasó a manos de tres empresarios sospechados de sus vínculos con el chavismo: Juan Domingo Cordero, Raúl Gorrín y Gustavo Perdomo, propietarios de una compañía menor dentro del sector de los seguros. Aunque la directiva saliente pidió un voto de confianza a la audiencia los hechos se han encargado de demostrar que hay un plan para concretar un drástico cambio de línea editorial.
El periodista designado para asumir la dirección del canal, Vladimir Villegas, no asumió su cargo por diferencias con los dueños sobre el alcance de su gestión. La semana pasada el diputado Ismael García, conductor de un programa dominical llamado “Aló, Venezuela”, dejó su cargo a petición de la junta. La salida de Bautista podría abrir el grifo de nuevas renuncias a juzgar por la plena solidaridad de sus compañeros Carla Angola y Pedro Luis Flores, que han prometido pronunciarse sobre el despido en la siguiente emisión. Otros presentadores de la planta iniciaron una campaña en Twitter con la etiqueta “preocupa la salida de @kicobautista de Globovisión”, mientras que la cuenta del canal en la red social ha perdido casi 300 mil seguidores desde el viernes debido al descontento de su público.
Parecen obvios los intentos de los nuevos dueños de minimizar la opinión en aras de un contenido más informativo. La semana pasada los estrenados propietarios de Globovisión se reunieron con el presidente Nicolás Maduro. No se han dado a conocer los detalles de lo que para la oposición, visto lo que ha ocurrido desde entonces, luce como una traición. Parece difícil pensar de otra forma en un país polarizado y que entiende a televisoras y periódicos como trincheras de combate antes que como espacios con el sacrosanto deber de informar. Ha sido en todo caso una noticia infausta para la causa de la libertad de prensa, justo el mismo día que se cumple un nuevo aniversario, el sexto, del cierre de transmisiones en señal abierta de Radio Caracas Televisión. Una incómoda efemérides.