POLITICA: En Salta hablan de una hipotética fórmula Scioli-Uturbey para 2015
El nombre de Juan Manuel Urtubey vuelve a ser pronunciando en el escenario político nacional, esta vez, como posible compañero de fórmula de Daniel Scioli, en la eventual dupla presidencial del peronismo en 2015. La trama de un importante entretejido donde aparecen Alberto Fernández y Francisco de Narváez.
Salvo alguna interpretación de la Constitución local extraída con fórceps, legalmente el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, no puede aspirar a un nuevo mandato provincial. Sabido es, además, que el joven mandatario tiene aspiraciones nacionales que, hasta el momento, sólo se ven frenadas por vaivenes y secretos del kirchnerismo en el arco nacional, que pretende una reforma para habilitar otra gestión de Cristina o buscará el “hombre” (o “mujer”) que pueda reemplazarla a partir de 2015.
Es en ese marco que, por enésima vez, el nombre de Urtubey vuelve a ser mencionado en los planos políticos nacionales en donde comienzan, ya, a acomodarse las postulaciones legislativas del año que viene pensando, siempre, en el horizonte que se abre para 2015.
Urtubey quiere (o quería) ser presidente. Pero no es fácil instalarse en un ambiente en donde la primera dentellada suele estar dirigida a las yugulares de los que se animan a levantar la cabeza.
Alberto Fernández, su asesor y operador ‘todo terreno’ (mediático y político), también quiere algo para sí: una banca de senador no le vendría nada mal. El tema es con quien y para quien.
El kirchnerismo más duro, sigue pensando en Cristina. Pero hay alguien que desvela a los muchachos K porque ese alguien tiene la misma o mejor imagen que la Presidenta y, para colmo, goza de la simpatía de casi todo el espectro político nacional. Es, nada más nada menos, que Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires e impedido, como Urtubey y Cristina, de una nueva reelección. Su meta, por supuesto, es la Presidencia de la Nación.
Scioli no es del agrado de los K, se sabe. Lo consideran un heredero de la vertiente menemista de los ’90 (aunque no le hacen asco al voto de Carlos Saúl en el Senado) y buscan hundirlo como sea para evitar su crecimiento. Hasta ahora, las arremetidas kirchneristas no han mellado la armadura de Scioli pero sí han sido golpes duros.
Por eso es que el bonaerense contraataca. Ya ha comenzado a charlar con los más recalcitrantes opositores internos al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires. Y va logrando importantes apoyos.
Scioli también busca por afuera y ya viene manteniendo una serie de encuentros (ocultados, ex profeso, para los muchachos K) con el excandidato Francisco de Narváez. Éste, a su vez, sigue con los puentes tendidos hacia el resto del Peronismo Federal y el duhaldismo provincial, así como hacia algunos dirigentes radicales que prefieren no perder terreno en el espectro bonaerense.
En este marco entra el nombre de Urtubey a jugar, otra vez, como importante referente de lo que puede avecinarse en el orden nacional.
Alberto Fernández ya ha mantenido fuertes contactos con Scioli y, como sucede entre quienes se sienten desplazados y vilipendiados por el kirchnerismno, la corriente de empatía se ha fortalecido.
Salvo un imponderable (que en la política argentina actual puede suceder en horas, apenas), Scioli va a trabajar para ser el candidato presidencial del justicialismo y de otras fuerzas que se vayan acercando. El único justicialista que puede hoy acompañarlo, es precisamente, Juan Manuel Urtubey quien ejerce la titularidad del PJ salteño, así como Scioli tiene la jefatura del PJ nacional. Ambos, saben que esas estructuras son importantes porque el kirchnerismo juega a desenvolver su propio esquema, con o sin PJ incluido. Los dos, además, desde hace tiempo vienen encontrándose en reuniones protocolares y en otras (varias más) bastante informales y casi secretas.
Urtubey, entonces, está de nuevo en el tapete de las grandes decisiones. Es probable, incluso, que por ahora el mandatario salteño trate de mostrar cierta equidistancia de estas especulaciones. El apriete económico del Gobierno nacional puede llegar a ser asfixiante si Urtubey se expone abiertamente como apoyando la posibilidad de acompañar a Scioli.
Esta tesis sobre la que trabaja Alberto Fernández, de que la fórmula del 2015 sea Scioli-Urtubey, no es descabellada y tiene cierto viso de posibilidad concreta.
El kirchrnerismo descartó a ambos, asegurando de este modo que el “cristinismo” se fortalezca con una especie de “nueva transversalidad” que vaya de una punta a la otra de los partidos políticos, única posibilidad de alejarse del “pejotismo” tan aborrecido.
Para el propio PJ, sólo Scioli garantiza seguir en el poder sin Cristina. Cualquier otro candidato K, estiman, tiene el camino marcado hacia la derrota.
En estos tiempos hacia el 2015, difícilmente surja una figura nueva dentro del arco peronista. Los que están ahora, sólo tienen fortaleza comarcana (los barones del conurbano, por ejemplo) que sólo reverdecerán al lado de figuras más tranquilas y con rostros nuevos. Scioli y Urtubey, precisamente, dan ese perfil.Fte.textual agensur.info