POLITICA: ¿A que presidente extranjero preferimos?
Producido por Carlos Fara. Dilma Rousseff es la presidenta del continente preferida por los argentinos: es la que posee mejor imagen y más alta intención de voto (el 40% la elegiría como Presidenta). En el otro extremo se encuentra Fidel Castro, pese a que abandonó el cargo formal en 2008, es el de peor imagen, aunque lo votaría el 10 %. Quizá estos datos sean una muestra de los caminos muy diferentes que abrazaron dos ex guerrilleros. Como si esto fuera poco, el segundo preferido es Pepe Mujica, otro hombre que supo adherir a una organización política armada.
Desde 2005 nuestra consultora mide todos los años la imagen de los principales mandatarios del continente y su hipotética intención de voto si fuesen candidatos a presidente en la Argentina, aunque de manera individual y no compitiendo entre ellos. El ranking resultante está lógicamente influido por el grado de conocimiento que tienen los líderes, por lo que las comparaciones son relativas. En esta oportunidad se midió a Rousseff (Brasil), Mujica (Uruguay), Morales (Bolivia), Correa (Ecuador), Chávez (Venezuela), Piñera (Chile), Santos (Colombia), Obama (EE.UU.), Humala (Perú), Calderón (México) y Castro (Cuba).
De estos once presidentes, Humala, Santos y Calderón son reconocidos por menos del 40%, lo cual no cuenta para el análisis dado que realmente la gente no sabe de quiénes se tratan. México es un país lejano para los argentinos, mientras que los jefes de Estado de Colombia y Perú asumieron hace relativamente poco como para que se hable lo suficiente de ellos.
No debe sorprender que Dilma sea la favorita por, al menos, dos razones. En primer lugar, porque Brasil ha pasado a convertirse en el país modelo para los argentinos, desplazando a la extensa preeminencia que poseía España. Al caer la Madre Patria en problemas severos, sumado a que la Nación vecina es hoy una de las potencias emergentes a nivel mundial, y además viene de la seguidilla de dos liderazgos simpáticos al imaginario popular –Lula y Dilma–, la consagración era natural. Vale comentar que Lula fue creciendo en este ranking a medida que fueron pasando los años, obteniendo el primer puesto en sus últimos tiempos. La segunda razón es que Dilma es una mujer de larga militancia, de carácter y centroizquierda. Cualquier parecido con Cristina Kirchner no es pura coincidencia: los imaginarios coinciden muy fuertemente.
Sorprende un poco la mala imagen actual de Fidel Castro, ya que llegó a tener el primer lugar hace seis años, compitiendo con la figura de su par venezolano. Ya hace cuatro años que viene cayendo –con oscilaciones– y sólo lo votaría el 10%, pese a que llegó a querer votarlo el 31% en 2005.
¿Por qué sucede este cambio? En primer lugar, la gente es sensible a cómo dicen los medios internacionales que le va al país en cuestión, y en el caso de Cuba, pese a que están ocurriendo tibios cambios, da cuenta de que el modelo está en serios problemas. En segundo lugar, cuando las cosas no van bien la mirada romántica se diluye, dando paso a otras consideraciones como la ausencia de democracia en la isla. Otro que ha llegado a estar en el tope es Chávez, aunque lleva dos años de recuperación en su imagen. Probablemente su enfermedad esté ayudando en dicho repunte. Pero al igual que sucede con Fidel, las noticias que vienen de Venezuela no son prósperas para que la sociedad se forme una imagen positiva.
Un tercer caso de declinación sustancial es el presidente de EE.UU. Obama era en los últimos dos años una figura estelar en este ranking. Pero las dificultades por las que atraviesa su país, sumadas a la derrota demócrata en 2010, lo ha desgastado brutalmente, al punto que hoy posee la mitad de intención de voto respecto a la que tenía tan solo un año atrás, al igual que su imagen personal.
Evo Morales tiene la particularidad de un estabilidad alta, con un incremento progresivo en los últimos tres años: hoy está tercero en el ranking. Sin duda que el hecho de ser el primer presidente indígena de su país, y su consiguiente carácter popular, lo mantiene en ese lugar.
En la medición de finales de 2011, salvo Fidel y Obama, todos los mandatarios han crecido en imagen respecto a un año atrás. En esa misma tendencia están Piñera, Correa y Mujica. En esto influye sin duda el momento en que fue realizada la última encuesta: diciembre del año pasado, cuando asumió su segundo mandato la presidenta CFK, y la Argentina tocaba uno de sus máximos niveles de optimismo de los pasados ocho años. Ya se sabe que la opinión pública en algunos momentos tiende a ver todo color de rosa.