ECONOMIA: La política energética del gobierno
ARTICULO PRODUCIDO POR EL DR RODOLFO ROSSI PARA EL MULTIMEDIOS PRISMA.
UN PROBLEMA PREVISIBLE: LA POLÍTICA ENERGÉTICA DEL GOBIERNO K
Según un Informe elaborado por la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) entre los años 2003 y 2009, nuestro país fue el único de América Latina, en el que la producción de energía primaria (petróleo y gas), se redujo (- 7 %). Durante tal periodo, otros países progresaron en su producción, como el caso Perú + 68 %, Bolivia + 51 %, Colombia +34 %, Brasil + 28 %, Chile + 14 %. Por su parte, un documento elaborado por ex Secretarios de Energía, señala que entre los años 2003 y 2010, la producción de energía primaria en Argentina descendió de 612 a 572 millones de barriles, equivalente unidad de medida a la que se recurre para poder contabilizar en una sola cuenta la producción de petróleo y gas. En el citado periodo, la producción de petróleo disminuyó un 18 % y la de gas un 8 %. Recientemente, la Secretaría de Energía de la Nación informó que en el año 2011, la producción de petróleo cayó un 6 %, en tanto que en gas, la disminución fue del 1,69 %.
En petróleo crudo la producción de 2003, que había alcanzado a 43,0 millones de metros cúbicos, cayó a 29,3 millones, en el 2011.
El fuerte deterioro productivo energético señalado, se reflejó principalmente en la Balanza Comercial Externa del año 2011, donde las exportaciones de Combustible y Energía representaron con US$ 5.928 millones, el 7 % del total y las importaciones de Combustibles y Lubricantes fueron el 13 % (US$ 9.610 millones) del total de los bienes ingresados al país. El déficit habría alcanzado a US$ 3.682 millones, según la Composición de las Exportaciones e Importaciones. Las exportaciones habrían bajado en el año 1 % en valor, en tanto que las importaciones aumentaron un 110 % en valor, que incluye un aumento del 36 % por precio y del 55 % por cantidad.
Evidentemente, nuestro país se transformó energéticamente dependiente del exterior, a diferencia del año 2006 por ejemplo, donde la Balanza Comercial de Combustible y Energía había logrado un superávit cercano a los US$ 6.000 millones, que representaba casi el 50 % del saldo positivo total de la Balanza Comercial del Ejercicio (US$ 12.410 millones).
Las estimaciones para el año 2012, señalan un déficit comercial energético externo superior a los US$ 5.500 millones. A la caída de producción referida se le adiciona la disminución real de reservas efectivas de hidrocarburos (las reservas determinan el real valor patrimonial de las petroleras), consecuencia directa de la falta de exploración y desarrollo, que en definitiva, vienen siendo eludidas por las cuantiosas inversiones que las mismas requieren, conjuntamente con los respectivos procesos de investigación, extracción e industrialización.
Recientemente la empresa YPF (Grupo Repsol 58,2 %, Grupo Petersen 25,4 %, Otros 16,4 %), que representa nada menos que el 50 % de la matriz energética nacional, señaló que durante el año 2011, había realizado inversiones por $ 13.300 millones, en exploración y producción de hidrocarburos. De la observación de su último Balance al 30/9/2011, se verificó un crecimiento en los últimos 12 meses, de su endeudamiento, de $ 4.159 millones y una simultanea disminución de su Patrimonio neto de $ 530 millones. Resulta muy difícil insertar el nivel de inversión señalado, en el referido Balance. Sin embargo, desde la incorporación del Grupo Petersen en el año 2008, hasta la fecha, la distribución de dividendos en efectivo, alcanzó la friolera de Euros 3.273 millones, equivalente a US$ 4.320 millones. En un mercado que requiere una gran necesidad de inversiones, imprescindibles para la atención de una demanda en expansión, es de difícil explicación semejante pago de dividendos en efectivo realizada. No cabe duda, que el Gobierno Nacional con representantes en el Directorio de la Empresa, también fue coparticipe de las decisiones asumidas, que en definitiva debilitaron a la empresa y perjudican al país.
Por otra parte, también es de señalar que el suministro de energía «barata», que con la aplicación de la «sintonía fina», ahora se intenta corregir, ha causado el serio desequilibrio fiscal durante el año 2011, de $ 41.000 millones, que en el mejor de los casos se reduciría en el corriente año a $ 29.000 millones, con los ajustes que se intentan realizar.
Y en cuanto a las reservas de hidrocarbonos, de los reservatorios no convencionales (shale oil y shale gas) informados recientemente por YPF de 22.807 millones de barriles, no dejan de constituir una fantasía extravagante. De las mismas 21.167 millones, revisten la calidad de «recursos prospectivos», ya que a la fecha no se han perforado pozos descubridores; 1.525 millones serían recursos «contingentes», basados en descubrimientos, no comercializable por el momento y solo 116 millones serían considerados como «reservas». Es de destacar, que para la explotación de los recursos «contingentes», se requerirían inversiones por US$ 42.000 millones, importe, que en las actuales circunstancias domésticas e internacionales de sus accionistas, va a ser muy difícil conseguir.
Lo real es que las reservas probadas de petróleo de YPF alcanzarían, cuanto más a 5 años y las reservas probadas de gas se agotarían, posiblemente, en menos de 5 años (Información a la Comisión Nacional de Valores y a la Securities and Exchange Commission de Nueva York, de Marzo de 2011). Se ha señalado con antelación, la gravitación que tiene YPF en el cuadro energético nacional. Esta cuantificación de reservas constituiría un patrón de medida a nivel general. Resulta francamente inexplicable que las autoridades públicas argentinas hayan ignorado durante al menos ocho años, la caída de la producción de energía primaria y de sus reservas probadas. Todos las observaciones anteriores llevan a concluir, que en estos últimos años ha fallado la política energética del Gobierno. O quizá, lo que habría fallado es la carencia de una política energética nacional.
Difícil panorama o perspectivas del sector energético del país, consecuencia y resultado de una política improvisada y probablemente poco profesional. Los productos de tales factores, generalmente, se pagan y quizá ello, ya se estaría haciendo notar.