viernes 19 de abril de 2024 19:47:48

ARTICULO PRODUCIDO POR EL RECONOCIDO ECONOMISTA EX PRESIDENTE DEL BCRA DR RODOLFO ROSSI.
A la primera semana de Enero de 2012, la Base Monetaria alcanzaba a $ 216.247 millones, equivalente a US$ 50.113 millones, en tanto que las reservas internacionales eran de US$ 46.426 millones. Desde hace algún tiempo se acabaron las “reservas de libre disponibilidad”, según los propios cálculos del BCRA. Seguramente, las autoridades económicas nacionales no pueden estar tranquilas frente a esta situación.

Las exportaciones de Bienes y Servicios del corriente año, en el mejor de los casos, apenas alcanzarían las realizadas en el año 2011, de US$ 85.000 millones, influenciadas en esa performance, por las derivaciones de la crisis económica de Europa y su incidencia en la reducción del precio de los productos agropecuarios y también por una caída del comercio con Brasil, que también sufriría los tropiezos de un menor nivel de actividad económica interna. En la estimación citada, se omite la afectación de la continuidad de la sequía en el campo argentino y su consecuencia en la menor producción de maíz y soja, estimando que el nivel de exportaciones agropecuarias estarían en el buen nivel del año 2011.

Por su parte, las inversiones de equipamiento y la necesidad de insumos industriales determinará, que no obstante las trabas y demoras que sufran las importaciones, gran parte de las mismas se tendrán forzosamente que realizar para no afectar un nivel de actividad económica básico a nivel interno (lo probable, es que se disminuyan las importaciones destinadas al consumo, que habían alcanzado el 14 % de total general). Pero, las perspectivas de las importaciones energéticas tanto de fuel oil, como la compra de gas natural licuado a través de barcos, que posteriormente se regasifica y las importaciones de gas de Bolivia, determinarían un desequilibrio sectorial externo no inferior a los US$ 6.000 millones (de difícil financiamiento), que superarían en casi un 50 % el déficit energético del año 2011.

En definitiva, el Saldo de la Balanza Comercial en el año 2012, se reduciría a alrededor de US$ 7.000 millones, frente a casi US$ 11.000 millones del año 2011.

En la Cuenta Corriente del Balance de Pagos, los intereses netos no tendrían mayor variante en relación al año anterior (- US$ 3.000 millones), presuponiendo reducir las Utilidades y dividendos netos transferidos al exterior de los US$ 8.500 millones, del año 2011, a US$ 6.000 millones, por “persuasión” de las autoridades nacionales. En definitiva, el saldo de la Cuenta Corriente del Balance de Pagos sería negativo en alrededor de US$ 2.500 millones, constituyendo un desahorro externo líquido.

Adicionalmente, las Obligaciones Financieras externas del corriente año alcanzan a US$ 5.760 millones, que deberán ser certeramente cumplimentadas y por si fuera poco, no se debería reducir la relación Reservas de libre disponibilidad/Base Monetaria, o Reservas Internacionales/Medios de Pago, dado que con ello, la confianza en la moneda se afectaría seriamente. El “cepo cambiario” establecido desde fines de Octubre pasado, ha reducido la demanda de Dólares por parte de inversores y ahorristas residentes en nuestro país (de todas maneras es dable una estimación de acumulación externa, por parte del sector privado de US$ 6.000 millones en el año), aunque parecería que la potencial inflación que se insinúa (aun con la desaceleración económica) y también las inevitables subas salariales (aun estimando un “tope racional” del 18 %), acentuarían la revalorización del Peso. (Valor administrado por el BCRA, estimado a fines de Diciembre de 2012: $/US$ 5,05)

Bajo estas circunstancias y estimaciones prudentes, la afectación por Variación de Reservas Internacionales sería superior a los – US$ 14.000 millones, que parcialmente podría ser reducido por créditos de Organismos Internacionales (Banco Mundial, BID, BIS) y aun por créditos al Sector Privado, aunque en conjunto, no superarían los US$ 4.000 millones atento las actuales vigentes situaciones económicas internacionales y nacional. Este alto desequilibrio debe solucionarse. Variadas y hasta atribuladas serían las alternativas posibles.

Frente a la dura situación financiera que presenta el año 2012 a nuestro país, no es de dudar la aplicación de “Sintonía Fina”, por parte de sus autoridades públicas, que en definitiva, es la incursión de un crudo ajuste en la cuentas públicas y externas nacionales, para reubicarlas en una “sintonía disciplinada”, que nunca se debió haber perdido, máxime con la existencia de muy buenos años anteriores de altos precios externos, que asentaron un crecimiento, que en definitiva pudo haberse consolidado con estabilidad económica y plena solvencia. Hoy en día, tenemos que recurrir a imposiciones, regulaciones, vedas, e incluso probable deterioro del nivel de vida de la población, por haber gastado quizá, en demasía, “sin sintonía”.

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