SATELITE DE LA NASA: Podría caer en el sur de la Argentina, hasta Italia, Mongolia o Nueva Zelanda, el aparato de 6500 kilos y 11 metros de largo impactará entre las 23.30 y 5.30 horas
La posibilidad de que un satélite impacte sobre una región poblada desvela a los científicos de la NASA. Puede caer en Italia, Mongolia, la Argentina u otro país, incluso el océano. No lo saben. Por eso buscan recalcular la trayectoria del aparato antes de que se precipite en la madrugada.
Se trata del Satélite de Investigación de la Atmósfera Superior o Upper Atmosphere Satellite (UARS), por sus siglas en inglés), que la Agencia Espacial de Estados Unidos lanzó en 1991 a bordo del transbordador Discovery en su misión STS-48, para observar las capas altas de la atmósfera.
Después de 14 años, el satélite climático UARS de la NASA dejó de prestar servicios en 2005, tras lo cual fue puesto en una nueva órbita baja para luego estudiar su reingreso a la Tierra. Con 6500 kilos de peso y 11 metros de largo, el aparato tiene el tamaño de un colectivo compuesto por piezas de titanio, acero inoxidable y berilio», afirmó a LA NACION el astrónomo Rodolfo Vallverdú, de laFacultad de Ciencias Atronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de la Plata.
Según el experto, se calcula que caerán unos 545 kilogramos en 26 piezas que no podrán ser desintegradas debido a las altas temperaturas de rozamiento durante el reingreso del aparato en la atmósfera terrestre. Eso representa el 10% de la masa del satélite UARS, compuesto de 150 piezas.
Pese a la advertencia de la caída, la NASA insiste en que el riesgo para la población es extremadamente pequeño. La probabilidad de que alguno de los restos del satélite de investigación hiera a una persona es de 1 entre 3200, según estima la agencia.
Por el momento, sólo se sabe que el artefacto espacial impactará en las latitudes situadas entre el norte de Canadá y el sur de Sudamérica, en algún lugar entre los 57 grados de latitud norte y 57 grados de latitud sur. Es probable que caiga también en el Océano Índico, cerca de Papúa Nueva Guinea. En cualquier caso, Chile, México y Argentina siguen con mucha atención los últimos datos de la agencia espacial sobre su trayectoria.
«Hay muchos factores que pueden alterar la trayectoria, como la resistencia en el medio que puede encontrar o la rotación que tenga durante su reingreso. Eso es imposibles de predecir, ya que en su camino a través de la atmósfera hay cierta densidad de partículas que pueden variar su trayectoria final», indicó Vallverdú.
El astrónomo agregó que los satélites poseen siempre una reserva de combustible para que las agencias espaciales puedan controlar su reingreso y lo estrellen en forma segura en algún océano «En el caso del UARS la NASA tiene problemas para impedir que no caiga en forma controlada, o bien por falta de combustible o bien por algún defecto técnico que impide controlar su trayectoria final», puntualizó.
La agencia espacial estadounidense no está preocupada ya que repite que el riesgo de que uno de los 7000 millones de humanos que pueblan la Tierra sea alcanzado por uno de los 26 pedazos del satélite que sobrevivirían a su ingreso en la atmósfera «es extremadamente bajo».
«Existe una posibilidad en 3200 que alguien en algún lugar del mundo sea golpeado por uno de esos desechos, lo que en un planeta deshabitado en el 90% de su superficie, se transforma en una probabilidad de 0,03%», indica la NASA, que recordó que en 50 años de exploración espacial nadie resultó herido por un desecho caído en la Tierra.
Italia tomó la inusual iniciativa de advertir a sus ciudadanos que permanecieran en sus casas hoy para evitar el 1,5% de riesgo de que los restos del satélite caigan sobre algunas personas en el norte del país.
«La orientación del satélite aparentemente está cambiando y está reduciendo su velocidad de descenso», aseguró la Nasa en un informe de este mediodía. «Es demasiado pronto para predecir con certeza el momento y el lugar del reingreso, pero las predicciones serán más precisas en las próximas 12 a 18 horas», es decir entre las 23.30 y las 5.30 de mañana, hora argentina, agregó la agencia.
Entre los elementos del satélite que probablemente sobrevivirán a esta etapa y cuyo peso varía entre uno y 158 kg, la Nasa menciona los tanques de combustible de titanio totalmente vacíos y baterías de acero inoxidable.
Hasta la fecha, el artefacto más grande que se precipitó sobre la Tierra fue la estación espacial MIR, que cayó en 2001 de forma controlada sobre el océano Pacífico