POLITICA: Schoklender dijo que Agentes de Inteligencia le pidieron que frenara las denuncias
Sergio Schoklender fue esta mañana a Diputados y repitió sus denuncias sobre las irregularidades y presuntos actos de corrupción que tiñen la construcción de viviendas sociales, como las que realizaba desde la Fundación de Madres de Plaza de Mayo. Pero, además, tuvo la astucia de guardarse un plato fuerte para los títulos de mañana: denunció que personal de la SIDE lo presionó para que planchara las denuncias hasta después de las elecciones, prometiéndole que el gobierno intecedería ante el juez Norberto Oyarbide, para despegarlo de la causa.
La reunión, organizada por las comisiones de Asuntos Constitucionales y Vivienda, comenzó pasadas las 10 y finalizó cerca de las 16. Fue cerrada al público por decisión de los propios diputados -en especial de Graciela Camaño, chocha de exhibir sus flamantes conocimientos de abogada-, quienes adujeron el secreto de sumario que impuso Oyarbide.
Schoklender reiteró los detalles sobre el plan de viviendas que relató en los medios durante los últimos días, pero no dejó a los opositores sin nada: los deslumbró con su relato de presuntas presiones de la SIDE y encuentros furtivos con espías de alto rango.
Según pudo reconstruir LPO mediante fuentes presentes en la reunión, afirmó que Aníbal Fernández le «envió» dos agentes de inteligencia que se reunieron con él en un bar hace un mes y le pidieron que planchara las denuncias hasta las elecciones, porque así “iba a obtener su recompensa”.
Cuando Patricia Bullrich intentó conocer quienes eran esos agentes, Schoklender sólo dio referencias. “Uno de ellos es el del balcón”, respondió.
La diputada de la Coalición Cívica mencionó al posible agente al que hacía alusión Schoklender, pero luego -muy nerviosa- pidió que se borrara su mención de la versión taquigráfica.
Por la definición de “el balcón” pareció hacer mención Fernando Pocino, director de Reunión Interior de la Secretaría de Inteligencia de la presidencia (SI), antes conocida como Side.
Ocurre que Pocino pareció hace dos meses en la filmación de una protesta de los albañiles del programa Sueños Compartidos suspendidos por la Fundación de Madres que administraba Schoklender, según reveló Carlos Pagni en una nota del diario La Nación, en la que identificó a Alberto “Pocho” Brizuela, jefe de Seguridad de Bonafini, también presente en la toma.
Finalizada la reunión, Bullrich y Graciela Camaño, titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales se refirieron a la actuación de los servicios de inteligencia.
“Hay operaciones de la Side para que la investigación no se active antes del 23 de octubre”, denunció Camaño. “Ha quedado acreditado el rol de la SIDE en la justicia argentina. Nuevamente los servicios de inteligencia están haciendo la tarea que no tienen que hacer”, remarcó Bullrich.
El cruce con Amadeo
El diputado del peronismo federal Eduardo Amadeo fue uno de los primeros en curzar duro a Schoklender, en este caso con una imputación: lo acusó, sin matiz alguno, de ser parte de la red de corrupción que denuncia.
El invitado no reaccionó pero, según los diputados que presenciaron la escena, fue la única tensa que tuvo el personaje del día en las 5 horas de sesión.
«Terminé asqueado por las cosas que contó [Sergio] Schoklender. Le dije en la cara que no es una víctima, sino que es un cómplice de una banda de delincuentes. Haber escuchado lo que se hizo con el dinero público bajo la excusa de los derechos humanos da asco», dijo Amadeo finalizada la sesión.
No la única entre diputados: ni bien se inició el plenario, Eduardo Macaluse, del Si, le reprochó a Graciela Camaño su decisión de que la reunión sea privada. Los gritos se oyeron desde el pasillo del anexo del Congreso, donde se realizó el plenario.
La caja negra
En las cinco horas que duró la sesión Schoklender volvió a detallar los pormenores del plan de viviendas que administró para la Fundación de Madres y terminó en la justicia.
Como anticipó, LPO, afirmó que contra lo que habían dicho en su visita en Diputados, Abel Fatala y Luis Bontempo, subsecretarios de Obras Públicas y de Desarrollo Urbano, visitaban seguido la Fundación de Madres de Plaza de Mayo e inspeccionaban las viviendas que se construían en los distritos. Los funcionarios habían dicho que tenían una relación casi nula con Schoklender.
A Fatala lo acusó también de financiar su campaña para jefe de Gobierno con la caja de la Fundación, que, aclaró, tenía un descubierto para fines electorales, siempre según la reconstrucción realizada a LPO por diputados presentes.
En ese sentido afirmó que había una “caja negra” de donde salía dinero para pagar movidas electorales como afiches, “sobresueldos” a funcionarios, actividades de la agrupación Las Cristinas, impulsada por Hebe; y favores personales como el departamento que se compró la hija de la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, valuado en 80 mil dólares.
Obras para los amigos
Schoklender admitió una discrecionalidad en el manejo de los fondos que la oposición viene denunciando como uno de los males endémicos del kirchnerismo, pero el enigmático abogado consideró pueril en tanto y cuanto las viviendas se construyeran.
“Nosotros éramos una ONG, recibíamos plata para hacer viviendas y las hacíamos”, se justificaba ante cada interpelación por el modus operandi del sistema, que incluía acuerdos puntuales con los distritos y algunas provincias. “Era el Poder Ejecutivo o Néstor (por Kirchner) el que elegía donde construir”, aclaraba.
Dejó evidente la discrecionalidad con la que se manejaba el sistema cuando admitió que existía una orden para que las provincias de Santa Fe y San Luis no sean favorecidas con planes de vivienda.
La única excepción, aclaró, fue el barrio toba de Rosario, una obra que, comentó Schoklender, impulsó él y el intendente Miguel Lifschitz aceptó recién después de un aval de su Concejo Deliberante, ya que el socialista no estaba acostumbrado a sortear una licitación pública.
Según el relato de los diputados, no pudo precisar bien el destino de «los anticipos de certificación de obra», que oscilaban en el 15% del total del proyecto y se abonaron también en aquellas que nunca finalizaron. «Decía que eso era siempre para pagar coimas y que él nunca pagó coimas, pero no donde quedó la plata», comentó uno de los legisladores.
Sí se las rebuscó para justificar el gasto de las viviendas, que debía ser menor al de los planes habituales por implementarse el sistema de construcción más moderno.
El ex apoderado de Madres llegó al Congreso pasadas a las 9.30 en un audi negro enviado especialmente por Graciela Camaño, en el que se retiró casi 6 horas más tarde.
Al llegar alcanzó dos CD y dos carpetas con documentación sobre la polémica Fundación de Madres, que los diputados acercarán a la justicia junto a la versión taquigráfica de la sesión.
El objetivo de los diputados de la UCR, el peronismo fedaral y el Pro es lograr que Oyarbide levante el secreto de sumario que mantiene casi desde que inició la causa. Hasta pensaron en hacer llegar la información a María Servini de Cubría, jueza con competencia electoral de la Capital, que actualmente se encuentra en no muy buenas relaciones con el Gobierno. Los bloques de centroizquierda (con la excepción de Bullrich) avisaron que se desentenderán del asunto. Fte.lapoliticaonline