viernes 26 de julio de 2024 20:47:07

EDITORIAL: Se avecinan muchos problemas para Moyano

Sectores del gobierno han decidido pisar el acelerador con los jueces que tienen causas contra el líder sindical. Lo quieren procesado y tal vez privado de libertad, antes de mitad de año. Tienen un doble objetivo: dejar claro a la sociedad que ni siquiera los gremialistas oficialistas tienen privilegios judiciales; y segundo y mucho mas importante, dar comienzo a un plan de renovación de la cúpula sindical que se cristalizaría en el segundo gobierno de CFK.

Si hay algo que no puede negarse al nuevo entorno de la presidente, es su vocación de poder. Los hombres que rodean a la ex primera dama de Néstor Kirchner, van realmente por todo y creen que controlar con hombres propios el poder sindical, es la base de su construcción política.
Las causas que complican a Hugo Moyano, como la de la mafia de los medicamentos, no las inventaron desde el gobierno. Son reales y cuantan con pruebas relevantes que complican al gremio de camioneros que conduce el secretario general de la CGT. Pero los tiempos de esos expedientes si están monitoreados y operados por funcionarios del gobierno que marcan el ritmo de acuerdo a conveniencias políticas.
Hoy el proyecto oficial incluye, darle el primer golpe a Moyano antes de las elecciones, para que quede claro que el gobierno no lo protege, dada la mala imagen que tiene el camionero en la sociedad, especialmente en la clase media que el kirchnerismo busca conquistar. Y por otro lado, dar inicio al plan mayor, que implica, reelecta Cristina, descabezar a los viejos secretarios generales de los gremios y por ende la CGT y reemplazarlos por otros más jóvenes y más cercanos al gobierno, incluso desde lo ideológico.
Moyano sabe bien lo que esta pasando. No fue un acto de generosidad el día que le avisó a Gerónimo Venegas en la cancha de Independiente que iban tras el y que podían apresarlo, fue una acción de defensa común, la búsqueda de reestablecer alianzas, porque el sabe que es quien sigue. Por eso ahora busca reunificar la CGT, para establecer un polo de poder que pueda resistir la embestida oficial.
No es una guerra fácil. El kirchnerismo, después del deceso de Néstor ha virado. La estrategia de buscar enemigos “ideológicos” pero absolutamente debilitados que implementaba el fundador del kirchnerismo se ha transformado en la apertura de batallas reales donde el ganador no está claro de antemano.
Al principio del kirchnerismo se seleccionaron enemigos débiles. La corporación militar fue uno de ellos. Juzgados y detenidos por las atrocidades de la dictadura en el gobierno de Raúl Alfonsín; desfinanciados y con su logística hecha pedazos a consecuencia de ese desfinanciamiento durante Carlos Menem; fueron presa fácil de los simbólicos avances K que buscaban únicamente un golpe de efecto en la sociedad para ganar adeptos y fortalecerse después de llegar al gobierno con el 22% de los votos. Simbólicos repito, porque Kirchner nunca fue enemigo sino todo lo contrario, de los jefes militares con base en Rio Gallegos, durante su larga gobernación, por ejemplo.
Pero esto es otra cosa. El movimiento obrero es un batalla real. El ganador no esta puesto de antemano y todo puede ocurrir, y tanto el desarrollo como el resultado de esta pelea tendrá consecuencias político sociales al menos relevantes. Una de ellas se produce de inicio: la fuerza con que se intenta manipular al Poder Judicial a este fin, es incomparable con la influencia que otros gobiernos hayan ejercido en otras etapas, donde la seducción primaba sobre la presión. Es una consecuencia importante, porque genera un severo daño institucional a la división de poderes. Pero es apenas el inicio.Por Lujis Sangiorgio