sábado 23 de noviembre de 2024 00:24:02

JAPON: El OIEA confirma los daños en el núcleo de tres reactores

Las radiaciones en la central de Fukushima, seriamente dañada por el terremoto y el tsunami del pasado viernes, son «extremadamente altas» según la Autoridad de Regulación Nuclear de EE UU. El presidente de ese organismo, Gregory Jaczko, ha dicho en una comisión parlamentaria que hay «altos niveles de radiación» alrededor del reactor, lo que complica el trabajo de los operarios que trabajan allí. «Las dosis [de radiación] que podrían recibir pueden ser potencialmente letales en un breve periodo de tiempo». Aunque hoy el el Organismo Internacional de Energía Atómica ha confirmado que los núcleos de los reactores 1, 2 y 3 de la central están dañados; la principal fuente de radiaciones ahora mismo está en el reactor 4, cuya piscina de residuos ha experimentado una bajada en el nivel de agua dejando al aire las barras de combustible usado, que son altamente contaminantes. EE UU ha pedido a sus ciudadanos que viven a menos de 80 kilómetros de la central que abandonen el área o eviten salir de casa; mientras Reino Unidos, siguiendo el ejemplo de Francia, ha dicho a sus nacionales que den plantearse la posibilidad de irse de Tokio, a 240 kilómetros de la planta de Fukushima I.El reactor 4 experimento anoche (mañana en Japón), un segundo incendio en su edifico. Curiosamente, el reactor no presenta dificultades ya que estaba sin combustible en el momento del terremoto por labores de mantenimiento. La posibilidad de una fuga radiactiva está en la piscina de combustible usado, que se ha vaciado de agua, según la autoridad nuclear estadounidense, dejando al descubierto las barras de combustible usado, que son más radiactivas que cuando están en funcionamiento. En el momento en que las barras se reemplazan por unas nuevas, la viejas son depositadas en una pileta y cubiertas de agua, que circula por un circuito cerrado para refrigerar las barras. La NISA había informado previamente que se estaba preparando la inyección de agua tanto en esa piscina como en la del reactor 3, cuyo nivel de agua también ha descendido.

Sin embargo, siempre de acuerdo con la Comisión de Regulación Nuclear estadounidense, la subida de radiación podría dificultar los trabajos necesarios para recuperar el control en ese edificio, seriamente dañado por los dos fuegos que se han producido en los últimos días. La subida de los niveles de radiactividad ya provocó , la pasada noche, una evacuación durante unas horas de los trabajadores que quedaban en la central. Eran medio centenar de personas, ya que la mayoría de los 800 que en principio estaban, habían sido evacuados un día antes tras el empeoramiento de la situación. Tras unas horas con la central vacía, 180 operarios volvieron a Fukushima en un nuevo esfuerzo para refrigerar los reactores y las piscinas de combustible usado de la central. En los últimos días se ha intentado incluso con helicópteros, pero la operación ha tenido que ser abortada por los altos índices de radiactividad. No obstante, el Gobierno nipón mantiene la zona de evacuación en 20 kilómetros a la redonda de la planta y sostiene que los niveles radiactivos detectados no son perjudiciales para la salud.El director del OIEA, el japonés Yukiya Amano, ha anunciado que mañana se desplazará hasta el país para obtener datos de primera mano y ayudar a gestionar la crisis. Sus palabras, tras quejarse ayer de falta de comunicación por parte de las autoridades japonesas, han supuesto también la confirmación de que se está produciendo una fusión en el núcleo de esos reactores, lo que incrementa las posibilidades de una fuga radiactiva. EE UU ha pedido a sus ciudadanos que vivan a menos de 80 kilómetros de la central que abandonen la zona o eviten salir de casa. Horas antes, el Pentágono había anunciado la prohibición a todo su personal de entrar en esa área sin una autorización especial. Puesto que el Ejército estadounidense continúa asistiendo en las labores de emergencia, también ha anunciado que administrará tabletas de yoduro de potasio como medida preventiva a sus tripulaciones aéreas, un elemento encaminado a reducir el riesgo de las partículas radiactivas sobre la glándula tiroides.

Los problemas se acumulan en cuatro de los seis reactores de la central. El número 3 es el que mejor ejemplifica la situación: su núcleo se ha fundido al menos parcialmente y los sistemas de refrigeración no funcionan, situación que también se da en otros los reactores 1 y 2; se cree que hay daños en la estructura de contención, sospecha que se extiende al número 2; el edificio está seriamente dañado, como el del reactor 1; y en la piscina que almacena el combustible gastado, altamente radiactivo, ha bajado el nivel de agua, lo que preocupa a la agencia nuclear japonesa (NISA), cuya inquietud se extiende por el mismo motivo al reactor 4. La única nota mínimamente positiva es que, según ha dicho el gabinete de crisis del Gobienro japonés, los daños en la estructura de contención no parecen graves, una coraza fundamental para evitar una gran fuga radiactiva si se produjera una explosión en el núcleo. Con todo, la compañía que gestiona la central (la Tokyo Electric Power Company; abreviada como TEPCO) continúa inyectando agua de mar en los reactores 1, 2 y 3 para enfriarlos cuanto antes y evitar fugas. Los daños en las barras de combustible pueden ser el primer paso para que se funda el núcleo, ya que se calientan y comienzan a fundirse con los elementos metálicos que contienen. Se forma entonces un magma metálico muy radiactivo. Si la contención aguanta puede quedar dentro del edificio (lo que ocurrió en Three Mile Island, en EE UU en 1979). Si la contención falla y esa radiación sale fuera, la tragedia podría alcanzar consecuencias imprevisibles.Fte.elpais.com