EGIPTO: «El pueblo quiere la caída del régimen», coreaban los activistas congregados hoy en las calles; cientos de ellos permanecen durante la noche en la plaza principal, pese al toque de queda
Miles de personas se movilizaron en el centro de El Cairo para exigir la renuncia del presidente egipcio Hosni Mubarak y de los recién nombrados vicepresidente, Omar Suleimán, y primer ministro, Ahmed Chafic, bajo un clima de caos y tensión que dejó más de un centenar de muertos en menos de una semana.
«El pueblo quiere la caída del régimen», «¡Mubarak vete!», coreaban hoy los manifestantes congregados en Midan Tahrir, la Plaza de la Liberación en el centro de la capital, que vive desde el martes pasado al ritmo de una revuelta popular.
«Mubarak, Omar Suleimán, Ahmed Chafic, todos se deben marchar. Hace treinta años que este régimen está en el poder, ¡basta ya!», expresó un manifestante que dice pertenecer a la Gamaa Islamiya, de los islamistas radicales.
Laicos, islamistas, jóvenes y ancianos se codean en estas protestas sin precedentes desde que Mubarak llegó al poder en Egipto, en 1981. Mubarak anunció el nombramiento de un nuevo primer ministro y la creación del cargo de vicepresidente, que dejó en manos del jefe de los servicios secretos, para intentar aplacar la protesta.
«El ejército debe elegir entre Egipto y Mubarak», se podía leer en una gran banderola desplegada en el centro de la ciudad.
Egipto está «en el inicio de una nueva era», proclamó Mohamed ElBaradei, designado en nombre de una Coalición Nacional por el Cambio, que nuclea a varias formaciones opositoras, entre ellas a los Hermanos Musulmanes para negociar con el régimen del presidente Hosni Mubarak . Se trata del ex director general de la agencia nuclear de la ONU (AIEA) y Premio Nobel de la Paz que se apersonó por la noche en la plaza Tahrir, epicentro del la rebelión, repleta de manifestantes pese al toque de queda que en principio rige desde las 16 locales (11 de Buenos Aires) hasta las 08 de la mañana.
Enfrentamientos opusieron en los últimos días a manifestantes antigubernamentales y la policía, ausente en las calles de El Cairo, donde los ciudadanos se encargan ellos mismos del tráfico y se reagruparon por barrios en comités armados para defenderse de los saqueos.
«El gobierno quiere que la población piense que Mubarak es la única opción frente al caos», señaló Sameh Kamal, un joven manifestante, haciéndose eco de la idea muy extendida de que el régimen quiere sembrar la anarquía.