miércoles 24 de abril de 2024 05:29:24

EL PRESIDENTE MACRI ENFOCADO EN LA BUSQUEDA DEL SUBMARINO Y LAS LEYES QUE SE DISCUTEN EN EL CONGRESO

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El Gobierno debió sufrir el déficit y los yerros comunicacionales del Ministerio de Defensa y los militares, pero contó con una ayuda impensada que logró mantener en raya la situación durante casi toda la semana: Enrique Balbi, el vocero de la Armada

Mauricio Macri siente que su Gobierno fue expuesto en demasía ante las alternativas de la desaparición del ARA San Juan que desangraron ánimos y esperanzas en los últimos ocho días. El Gobierno debió vivir ese luto sin declarar casi al mismo tiempo que atendía las lógicas funciones del Estado, la negociación de las reformas que fueron para el Congreso y las esquirlas de ambos procesos.

 Ayer comenzó a tomar forma el proceso que terminará en el ramillete de leyes económicas, fiscales, tributarias y laborales con que Macri relanza su Gobierno y, de paso, cumple con muchas de las reformas que había prometido en la campaña electoral de 2015. En materia previsional, el duro trance se pasó con ayuda de Miguel Pichetto, que, a presión, llevó los cambios en el texto adonde la lógica de lo posible indicaba. La laboral, el segundo hueso por roer, tendrá una obvia demora para que la CGT se cotice en el Congreso. Es el minué también acordado con Pichetto.

Y en medio llegó la tragedia del San Juan. De toda esa difícil cobertura de más de una semana hay algunos datos que no pueden dejarse de lado.

El Gobierno debió sufrir el déficit y los yerros comunicacionales del Ministerio de Defensa y los militares, pero contó con una ayuda impensada que logró mantener en raya la situación durante casi toda la semana: Enrique Balbi, el vocero de la Armada.

Ayer por la tarde quedó claro que el Gobierno ya había tomado debida cuenta de las virtudes de Balbi. En el último parte, tras el anuncio sobre la existencia de la explosión, el vocero mostró al macrismo trabajando en equipo y atendiendo la situación sin fisuras; también con el Ministerio de Defensa. Ese parte de Balbi reflejó que algo comenzó a moverse en la política. Explicó, en su informe, los que serán ejes a cuestionar o aclarar según cómo evolucione la crisis por la desaparición del San Juan por parte de damnificados y la política toda.

“La antigüedad no es obsolescencia”, acotó sobre el estado del San Juan; si la Armada hubiera contado con la información sobre la anomalía acústica podría haber volcado todo el esfuerzo de búsqueda en esa zona; la dotación es de 37/38 tripulantes, hay 44, pero la unidad puede alojar hasta 55, fueron argumentos que ya responden preguntas que vendrán.

En el proceso por conocer la verdad hubo una acción clave por parte de un hombre que en su momento y por otros temas no fue debidamente escuchado por el Gobierno. Rafael Grossi, experto en temas nucleares, aportó desde Viena, donde es embajador, el informe de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. Es el mismo que no fue apoyado por Susana Malcorra cuando tuvo chances concretas de ser el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica; la Cancillería estaba ocupada por entonces en otras candidaturas.

Macri estaba decidido, se sabe, a cambiar las cabezas de las fuerzas antes de este evento. Ahora deberá avanzar en una reforma del área bastante más sofisticada. Está claro que una vez terminado el operativo (sin claridad aún sobre su final ya que el último parte de la Armada reconoce que no existe idea alguna sobre la ubicación del submarino), es seguro que habrá cambios en las fuerzas.

En el Ministerio de Defensa quizás las cosas sean más lentas. Se abrirá un proceso en el que el Gobierno deberá atender quejas y hasta reclamos legales de los familiares de la tripulación. Por eso el último parte de Balbi ayer repasó prolijamente cada uno de los peligros frente la responsabilidad de la fuerza.Fte.ámbito

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